Capítulo 3 "Desertando"

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Podía ser que no debiera interesarse en un sujeto que no estaba de su parte, pero sabía que si lograban averiguar que le había ayudado podían hacerle daño y por extraño que resultara, una parte de él no quería que lo hicieran, quizás por culpa de la compasión o porque había pasado mucho tiempo desde que creía que podía confiar en alguien.

-Tenemos que irnos...- le avisó el moreno.


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El castaño había sido tomado por sorpresa por aquella acción, pero antes de que pudiera salir de su asombro, escuchó al moreno hablar y lo siguiente que supo era que estaba corriendo mientras era sujetado por el más bajo.

¿Qué se suponía que hiciera? Y aunque quisiera encontrarle sentido a lo que hacían, no entendía por qué debía acompañarle, pero no tuvo el valor para cuestionarle en ese momento cuando podía escuchar la alarma sonar incesante a la lejanía entre más se alejaban y sentía su pecho latir apresurado con cierto temor e inseguridad sin estar muy seguro de si el motivo se debía al personaje que corría unos pasos delante de él o era porque se sabía perseguido por las personas del centro de reeducación y obediencia para las que trabajaba como una de sus pruebas.

Sabía que tenían que ocultarse porque era peligroso moverse por cualquier lugar en ese momento y sabía que si no había nada que les cubriera podrían dar con ellos si utilizaban aparatos aéreos para buscarlos además de peinar la zona porque las cantidades les dejaban en desventaja en eso de no ser vistos. Se detuvo y miró al castaño parecer perdido de alguna manera, así que le tomó de la cara y le dio un par de palmadas con suavidad en sus mejillas cuando no pareció escucharlo –tu muñeca- le repitió y aunque estaba seguro de que el castaño ignoraba lo que haría, este la extendió –la otra, donde está tu brazalete- le explicó.

-Espera, ¿qué haces?- cuestionó y cerró los ojos cuando vio al moreno con intención de golpearle con una piedra o eso pensó hasta que escuchó el sonido del metal. El moreno golpeó con fuerza hasta que destruyó la luz brillando en el brazalete del menor y luego procedió a hacer lo mismo con el suyo hasta que vio el color esfumarse.

Sabía que probablemente les estaban rastreando en esos momentos, además de que el brazalete funcionaba como un localizador la mayoría del tiempo, por lo que antes de hacer algo más debían evitar que les dieran sus posiciones a las personas de las que estaban huyendo en esos momentos para evitar que les encontraran.

-Tenemos que cambiar de rumbo y escondernos cerca de la montaña, el bosque nos ayudará a ocultarnos- le avisó y aunque le vio con intenciones de hablar, no le prestó atención y lo llevó junto con él.

No había planeado llevar a nadie por las desventajas que ello representaba, además de que no se podía confiar en cualquiera, pero al parecer lo había olvidado en esos momentos y cuando sintió que el castaño trataba de zafarse quizás debido a la brusquedad de su agarre o porque no quería ir con él, solo le sujetó más fuerte; no podía dejar que lo encontraran y este lo delatara.

El sol estaba en lo alto y deseó que hubiera sido más tarde ese día, así la oscuridad les ayudaría a pasar desapercibidos con mayor facilidad, pero no se podía hacer nada al respecto más que pensar rápidamente en sus opciones y tomar la mejor de ellas.

Poco a poco el sonido iba apagándose, lo que le indicaba que estaban lejos y a pesar de que sintió la necesidad de detenerse por un momento para recuperar el aliento, no podía confiarse, así que siguió tratando de no pensar mucho en ello ni en el joven al que sujetaba que parecía estar en las mismas condiciones que las suyas.

No supo cuánto tiempo había transcurrido cuando se detuvieron una vez adentrados en las profundidades del bosque y aunque no conociera el lugar, perderse era mucho mejor que ser encontrado por aquellas personas, así que no le importó demasiado ese aspecto de su plan.

Vio al más alto respirar agitado luego de sentarse en el suelo y revisó rápidamente los alrededores con la mirada, tratando de agudizar el oído al mismo tiempo para encontrar cualquier ruido que le pudiera indicar que había alguien cerca de ellos que pudiera causarles problemas.

-¿Por qué querías huir?- escuchó preguntar a una voz algo jadeante a sus espaldas, probablemente debido al cansancio y el hecho de que no se habían detenido ni a tomar un pequeño respiro –podrías haber terminado bien el período- agregó y el más bajo volteó a mirarlo con una sonrisa burlona en la cara.

-¿De verdad eres tan ingenuo para creer tal cosa?- cuestionó y cuando notó su mirada supo entonces que no era distinto a todos los demás –no importaba lo que hiciera, yo no soy perfecto, nunca iban a dejar que saliera sin importar que me reformara, tenerme ahí solo era una excusa y un intento patético para justificar mi exterminio- le explicó.

-Nadie extermina a nadie- dijo el castaño encontrando sus palabras sin ninguna clase de sentido cuando estaba seguro de que si hubiera seguido llevando el programa como hasta ese día podría haber salido del centro de reeducación y obediencia para regresar a la sociedad luego de haberse descarrilado un poco.

-Todos saben que para lograr esa perfección en la que se dice vivimos, se necesitan eliminar unas cuantas imperfecciones... o en otras palabras, eliminar a todos aquellos que fuimos encarcelados por pensar de otras maneras o cuestionar las cosas, así de simple-

-Te equivocas- nadie mataba a nadie, todos lo sabían, vivían en una sociedad sin malos pensamientos.

-Cree lo que quieras, eres un usuario "S" después de todo, ellos te han amoldado para que creas esa idea de una utopía inexistente o quizás existente a costa de quitarle a las personas todo aquello que las hacía felices-

-Somos felices-

-¿De verdad lo crees?- preguntó inclinándose un poco, dejando su rostro cerca del suyo, intimidándole de alguna manera con su único ojo visible por el largo de su flequillo –reír por el protocolo, vestir según el día de la semana... a eso no se le llama felicidad- dijo y se irguió para luego mirar a otro lado, dándose cuenta que el lugar parecía estar tranquilo –iré a buscar cosas que nos puedan servir, todavía hay sol pero en un par de horas estará tan oscuro que no podremos ver más allá de un par de pasos- y antes de que el castaño dijera algo le sujetó para levantarlo del suelo y ató sus muñecas con el trozo de cordón que aún guardaba.

-¿Qué es lo que haces?- cuestionó sin comprender.

-Asegurarme de que no huyas o intentes avisar a los tuyos- respondió terminando de hacer el último nudo.

-¿Por qué hablas de las personas como si tú no fueras una de ellas?-

-Es porque yo no soy una de ellas- le respondió dejándolo callado con su respuesta –espera aquí, regresaré en algunos minutos y no trates de huir o puedes perderte, además de que dudo que puedas hacer algo si un animal salvaje se te aparece, así que guarda silencio y espera sentado obedientemente como sabes hacer usuario "S"- le dijo con cierto aire burlón y aunque pudo ver que su forma de dirigirse a él le había molestado, no le tomó la menor importancia.

No sabía por qué se estaba tomando tantas molestias cuando se notaba que el castaño creía toda esa tontería que decían y se repetía en la ciudad como una plegaria y se daba cuenta de que tal vez lo había juzgado mal, era igual al resto.

Mientras caminaba juntando algunas ramas que pudieran servirle para una fogata al tiempo que intentaba encontrar algo para comer, recordó que había dejado al castaño de cierta manera libre, pero dudaba que se alejara cuando tenía las muñecas atadas juntas y no conocía nada del lugar y si había algo que los usuarios que no pertenecían a su categoría temían, era no tener el control de la situación ni que no hubiera reglas las cuales seguir igual que siempre. Todos acostumbraban hacer lo que les decían, seguir instrucciones, patrones y reglas que controlaban todo a su alrededor e incluso su propia vida, lo que les hacía estúpidos, influenciables y temerosos de todo aquello que se saliera de sus cánones establecidos, por lo que podía estar seguro de que no tenía que preocuparse mientras nadie del centro de reeducación u otro lugar los encontrara.

Cuando regresó vio al castaño sentado en el suelo y este solo desvió su mirada cuando se topó con la suya como si no quisiera darle el placer de que se enterara de que había hecho lo que le había ordenado como si tuviera alguna clase de poder sobre él y sonrió porque le resultó divertido cuando estaba seguro de que no era una reacción típica de un usuario perteneciente a la elite social que nunca cuestionaba nada ni pensaba más allá de lo permitido, por lo que solo reaccionaba de acuerdo a lo autorizado.

Dejó las ramas a un lado y se acercó al castaño para desatarle las muñecas luego de notar que parecían haber enrojecido un poco, dándole a entender que había tratado de soltarse pero no dijo nada al respecto ya que supuso que era una reacción normal y le habría preocupado más que se hubiera quedado sentado sin siquiera intentar algo.

-Come, probablemente necesites subir un poco tus niveles de azúcar luego de lo sucedido- dijo poniéndole un par de moras en las manos, no era mucho pero le servirían para sentirse mejor si la situación de la huida le había afectado a su cuerpo.

-¿Niveles de azúcar?- preguntó sin entender.

-Lo olvidaba... solo cómelas mientras acomodo la madera- era normal después de todo que no estuviera al tanto de ello cuando sus únicas lecturas permitidas tenían que ver con lengua, matemáticas y reglas sociales.

-¿Por qué me trajiste contigo cuando al parecer se ve que no estás complacido de tenerme cerca?- preguntó el menor mientras lo veía sin comprender qué hacía acomodando aquellas ramas en lo que parecía ser un círculo en la tierra. Dudaba que el pelinegro lo necesitara cuando lo único que quería al parecer era escapar del lugar de reeducación y eso ya lo había hecho, así que no entendía por qué estaba él ahí cuando ese no era su lugar.

-Es porque probablemente te iban a hacer daño si sabían que me habías ayudado- no era del todo mentira lo que decía el menor, en realidad estaría mejor solo pero luego de actuar precipitadamente tenía que asumir las consecuencias de sus acciones, así que tenía que soportarlo por unos días hasta estar seguro de lo que haría ahora que por fin estaba libre.

-¿Por qué sigues diciendo que las personas hacen daño? En realidad eso nunca sucede en nuestra sociedad y la realidad es que eres la única persona que he visto en mi vida que ha lastimado a alguien, así que no sé por qué pareces tratar de lograr que piense que estoy mejor contigo cuando siempre he estado seguro con el resto de las personas-

-Yo no estoy tratando de hacer nada, es cuestión tuya creer lo que quieras, pero soy sincero con lo que digo así que a mi no me importa lo que pienses-

-¿Qué haces?- preguntó cambiando de tema, algo a lo que el mayor comenzaba a acostumbrarse en esos momentos, porque a pesar de que el castaño cuestionara sus palabras, parecía tener curiosidad por todo aquello que hacía y en ese momento verlo frotar dos varillas de madera parecía causarle alguna especie de confusión.

-Trato de encender una fogata, prenderle fuego-

-No sé qué es una fogata, pero dudo que el fuego se cree de esa manera- le dijo desde su posición –el fuego solo puede ser creado con un dispositivo especial-

-Según la sociedad- le completó y sonrió satisfecho cuando comenzó a ver un ligero tono gris que indicaba que faltaba poco para que la madera empezara a encenderse como buscaba –no quisiera contradecirte, pero al parecer el fuego también puede crearse sin usar un dispositivo especial- se burló, pero la sonrisa no le duró mucho porque vio al castaño mirar aquello como si fuera una maravilla cuando era algo tan antiguo que ya todos habían olvidado que nombre tenía o que era posible.

El menor se había sentido fascinado, era la primera vez que veía a una persona hacer tal cosa y conforme las horas fueron pasando y el sol comenzaba a ponerse, siguió con su mirada al moreno, observando lo que hacía y es que de alguna manera le resultaba llamativo aunque no entendía por qué realizaba ciertas cosas tal y como hacía en ese momento en que estaba sentado contra el tronco de un árbol y parecía usar una piedra extraña con un lado plano para raspar un trozo de madera que había encontrado en el suelo y que probablemente había pertenecido a uno de los tantos árboles que los rodeaban.

-¿Cuál es tu nombre?- preguntó, haciendo que el moreno elevara la mirada y dejara de hacer lo que hacía por un momento antes de verlo continuar con su tarea –dudo que te llames sujeto agregó al notar que no respondía.

-¿No deberías presentarte tú primero?- cuestionó mientras tallaba la madera –pensé que los usuarios "S" sabían de modales-

El menor frunció el ceño y aunque hubiera querido decir algo, se dijo que por esa ocasión lo dejaría pasar –Kyuhyun, me llamo Cho Kyuhyun- se presentó sin apartar la mirada de él.

-Yesung, puedes llamarme así- le respondió sin mirarlo.

-¿Yesung?- repitió –es un apodo peligroso, hace referencia a algo que está prohibido-

-Entonces llámame sujeto si no te agrada-

Negó –Yesung está bien, además no hay nadie más aquí- dijo y el mayor sonrió dejando a un lado suyo la madera y la piedra que estaba usando para tallar; al parecer el castaño estaba resultando ser más diferente de lo esperado cuando había creído que reaccionaría escandalizado por un nombre como ese que hacía alusión a algo ilegal.

-¿Cuál es tu edad?- cuestionó, ahora que estaban entrando en confianza tal vez no le vendría mal conocer un poco más al sujeto que le estaría acompañando en esos días porque no iba a dejar su cuello en las manos de cualquiera cuando este podía ser uno de sus obstáculos más grandes para recuperar lo que le habían arrebatado aquellas personas que le encerraron.

-13 años-

-Tu edad real, no tu edad de programación- le específico porque dudaba que fuera tan joven cuando era mucho más alto que él y un usuario "S" no se hacía de la noche a la mañana, así que asumió que aquella edad había sido el comienzo de su escala categórica para obtener el grado de elite que tenía en esos momentos.

-Cumplí 17 años dos meses atrás-

-Entonces eres así como un hermano pequeño- sonrió divertido –yo cumpliré 18 unos meses antes de que el año termine, así que soy mayor que tú-

-¿Hermano pequeño?- ¿por qué usaba tantos términos que no comprendía? Comenzaba a creer que se estaba inventando muchas cosas de esas pero dudaba que lo hiciera cuando no estaba permitido hacer tal cosa.

-Olvídalo-

-Yesung- pronunció con cierta cautela por lo que significaba aquella palabra -¿por qué querías huir? Dices que lo hiciste porque no te iban a dejar salir a pesar de que pasaras las pruebas, algo que yo realmente no creo, ¿hay otra razón además de esa?- no sabía con seguridad por qué creía que había otra razón, pero por extraño que pareciera no creía que el moreno estuviera tan empeñado en escapar sin importar lo que tuviera que hacer como casi matar a un hombre cuando solo buscaba su libertad, siendo que en ese caso estaba seguro de que no le habría dado importancia a nada más, no le habría arrastrado junto con él y solo se habría escondido en algún lugar sin preocuparse por nada más a diferencia de lo que hacía en ese momento preguntando y respondiendo sus dudas.

-¿Por qué asumes que yo te lo diría si hubiera otro motivo para ello?-

-Porque de alguna manera pareces confiar en mí-

-Es presuntuoso de tu parte creer que es así cuando solo he confiado en tres personas en toda mi vida- Kyuhyun no dijo nada y es que de cierta forma aquello le hizo sentir extraño, habiendo tantas personas ¿cómo no podía confiar en más de ellas? Al parecer Yesung era muy distinto de él y no solo en cuanto a su categoría, sino en muchas otras cosas.

La noche había caído y luego de escuchar las palabras "duerme, yo me quedaré vigilando", se encontraba recostado en el suelo tratando de conciliar el sueño aunque la sensación extraña de dormir en este y sus pensamientos no parecían permitírselo, en especial esos últimos referentes a Yesung. Es cierto que pensaba que el mayor era extraño y que se suponía que era peligroso hasta donde recordaba según los informes que le habían permitido tener y más luego de ver de lo que era capaz, pero por extraño que pareciera en ese momento eso le había dejado de preocupar, ¿cómo una persona que se decía era peligrosa le estaba cuidando? Es cierto que tal vez pensaba que lo delataría si no lo vigilaba, pero dudaba que no pudiera deshacerse de él si lo quisiera cuando no había dudado en el momento en que le hizo aquello a ese guardia con tal de que no avisara a los demás.

Y a pesar de lo que se decía, una parte de él creía que Yesung tenía algo de razón aunque no le constara debido a que siempre había sido sincero o eso creía y es que no parecía tener nada que le preocupara perder salvo su libertad, pero esa ya la había obtenido y dudaba que la dejara escapar.

Esperaba que no hubiera problemas con sus padres después de lo sucedido y que no les bajaran de categoría cuando se habían acostumbrado a vivir de acuerdo a las reglas de su nivel de elite desde hace varios años atrás.

Yesung miró al castaño que le daba la espalda y que se mantenía a una distancia considerable del fuego en la oscuridad de la noche y sintió cierta lástima de él, no por el hecho de que estuviera durmiendo en la tierra sino por el hecho de que pareciera ignorar todo lo que sucedía a su alrededor al igual que la mayoría, personas sin pensamientos más allá de los que se les establecía pensar y hacer. Kyuhyun le parecía un chico listo porque al parecer lo era, pero su mente no estaba bien encaminada y se encontraba atrapada entre las reglas y los patrones de la sociedad y se preguntó qué sería mejor, dejarlo en la ignorancia de aquella utopía a la que se aferraba en creer o abrirle los ojos, pero no era algo que le incumbiera realmente y sabía que muchos preferirían mantenerse ignorantes de la realidad para vivir sin preocupaciones de ningún aspecto, moviéndose como máquinas en lugar de seres humanos.

Escuchó un ruido al fondo y trató de diferenciar alguna figura entre la oscuridad, tomó la vara de madera que se había mantenido tallando y se levantó del suelo, con suerte no habría nada de que preocuparse.


Sus ojos se abrieron lentamente y se sintió desorientado por un momento hasta que se sentó y escuchó una voz a su espalda –dormiste más de lo que esperaba- volteó y pareció que el mayor se dio cuenta de su confusión porque no hizo ningún comentario al respecto –come un poco antes de que se enfríe- lo escuchó decir y se dio cuenta que había algo de color negruzco en el fuego junto a la madera.

-¿De dónde sacaste la comida?- cuestionó viendo al moreno en cuclillas apartando lo que sea que fuera aquello del fuego que apenas parecía estar presente, aunque supuso que era normal que se apagara después de estar encendido desde la noche.

-Encontré una gallina cuando buscaba si había agua cerca de aquí- mintió y sonrió internamente porque el castaño ni siquiera pareció poner en duda sus palabras a pesar de que era ilógico encontrar una gallina en medio del bosque, pero supuso que eso le ayudaría a alimentarse como era debido porque estaba seguro de que estaba acostumbrado a comer a diferencia suya y si quería moverse tenía que asegurarse de que el menor pudiera seguirle el paso.

-No sabía que había centros granjeros en el bosque- comentó y aunque tuvo ciertas dudas en llevar eso a su boca, sentía su apetito comenzar a aflorar, además de que aquel ojo negro a la vista parecía mirarlo esperando que comiera.

-No los hay- murmuró por lo bajo, lo suficiente como para que el menor no le escuchara.

-¿Sabes?, eres extraño- dijo mientras le veía mover la madera con una varita como esperando que eso ayudara de alguna manera a que el fuego se mantuviera.

-Para mí tú también eres extraño- le respondió con la vista en aquel débil naranja oculto en el centro que parecía querer extinguirse.

-Haces cosas que nunca había visto, ¿dónde las aprendiste?- y era sincero en ese momento, tenía curiosidad de la persona que le estaba dando alimento y se había tomado la molestia de quitarle los zapatos mientras dormía.

Nadie nunca se había tomado tantas molestias con su persona, aunque si lo admitía nunca había sabido de nadie que hiciera tal cosa, incluso cuando se trataba de si mismo hacia alguien más.

-Y tú haces cosas muy predecibles, pero también hay algo diferente en ti que te hace distinto a los demás-

-¿Distinto?- y Yesung volteó a mirarlo.

-Cuestionas lo que sucede...- respondió -¿quién eres exactamente Cho Kyuhyun?-



"Y su mirada le atravesó de más de una manera a pesar de que carecía de sentido, pero quizás todo había dejado de tenerlo desde el momento en que su muñeca fue tirada para expulsarle de un lugar donde cumplía un papel que le había sido asignado"



Menos de 24 horas desde su escape...

Without Love {YeHyun}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora