Capítulo 8

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Lauren

Esos dos vasos hicieron efecto rápido  en mi sistema y Camila, bueno ella estaba contando los peores chistes que había escuchado en mi vida, a pesar de eso, me reía como nunca y no aseguro que sea la gran cantidad de alcohol que acababa de consumir.

-¿Entonces tu mejor amiga se enamoró de un flaquito y tras del hecho creía que iba a enamorar a todas las chicas?, que tipo tan estúpido- no paraba de reír con las historias que ella me contaba- tu amiga se llevó el premio gordo eh.

-Nunca la vi llorar, en realidad es muy fuerte pero se que le dolió- ella río un segundo y prosiguió:- estuvo enamorada de ese petardo durante 5 años,  ¡¡5 AÑOS!!.

-Vaya, eso es amor real- le dije incrédula,  5 años es mucho tiempo

-No lo sé ,  pero ella es de esas personas que se entregan con el corazón y es difícil, así que cuando lo logra lo hace sin dudar.

-Suena muy profundo- tomé el vaso que aún tenía una pequeñísima cantidad de brandy y lo bebí- ¿Cual es tu motivo de viaje?.

Ella tosió y me miró con nerviosismo.

-Vaca... vacaciones- miró a un punto detrás mío- vacaciones, voy a visitar a mi abuela.

-Oh que lindo, ¿sabes que seria mas tierno?

-No, ¿que cosa?- balbuceo

-Que tu historia fuera real- reí un poco, esta vez se debía al efecto de alicoramiento en mi sangre- Camila, ¿Cual es la razón de tu viaje?.

-Necesito arreglar cosas por allá.

-Eso suena un poco mas real, pero no me convence- vi hacia su vaso y lo tomé,  aun quedaban unas gotas de vodka. No quería desperdiciar nada.

-¿Por qué no me creíste?

-¿De verdad preguntas?-ella asintió - Camila, soy una persona que se fija en cada detalle de los demás,  veo debilidades o potenciales, veo la verdad o la mentira, percibo los temores y la valentía, me encanta conocer ese tipo de cosas- ella me miraba con detenimiento- supe que me mentías  cuando reaccionaste así por mi pregunta. No es tan difícil.

-Ahora si estoy asombrada.

-Suelo tener ese efecto en todos- sonreí, como si hubiera ganado un encuentro.

Ella me miró de mala forma.

-Lauren, ¿Tu ego tiene límites?.

-No es ego, bueno, no ahora. Solo es seguridad de sí misma.

Camila

Ella no cambiaba, no del todo, la sentía diferente, pero no había cambiado en ciertas partes de su personalidad.

Seguía teniendo la seguridad intacta, no dudaba. Era como un cocodrilo: solo decía lo justo y no gastaba sus energías.
Me seguía asombrando. Ella no mentía, ese efecto lo causaba en todo el mundo,  no importaba su género o su edad, no importaba su religión o su orientación sexual, ella lograba un efecto en quien sea que la viera o tuviera una platica con el lado filosófico de Lauren. Era realmente inteligente.

-Camila- me llamó y yo seguía aturdida en mis pensamientos- Camila- me llamó nuevamente.

-Dime.

-¿Tienes...- estaba muy nerviosa y eso me daba mucha ternura- tienes...novio?

-No-respondí sin dudar

-¿No?- Abrió los ojos, tanto así que sentí que se le iban a salir de sus orbitas- ¿No estas en ninguna relación?

-jaja, no Lauren.

Si ella supiera de quien estaba enamorada, oh vamos no es tan difícil.

-Yo tampoco- lo dijo como si me estuviera aclarando una duda- en realidad... sigo entregada al recuerdo de hace tanto tiempo- dijo con una sorprendente seriedad- sigo entregada a esa chica de la cual no recuerdo su nombre- mire sus ojos y ella se esforzaba por recordar, por... recordarme.

-Lauren mi verdadero motivo de viaje fue una promesa.

Inmediatamente la ojiverde a mi costado con una piel impecable, giró su torso hacia mi y yo baje la mirada.

-Voy al baño- asentí.

Me preocupaba que ella fuera al baño por alguna razón en particular.

Y me imagine a Lauren haciendo del #1 o del #2. Me reí al imaginarme a Lauren Jauregui, diosa de diosas, cuerpo perfecto, ojos esmeralda, y miles de nombres más,  haciendo fuerza para hacer popó.

-Le puedes pasar esto a la chica que de acaba de ir al baño- era Katherine- es mi número- aclaró.

-Lo siento, no creo que ella quiera aceptar este- me detuve a mirar aquel papel que tenia una marca de labios con un labial realmente rojo- papel, o servilleta.

Una servilleta con unos labios y su número telefónico, que cliché.

-¿Por qué no?, ella es realmente bonita y por lo que he escuchado no tiene pareja- me sonrió y sus dientes impecablemente blancos salieron a la luz.

-¿Escuchaba nuestra conversación?  No creo que a sus jefes les agrade escuchar una queja de un pasajero diciendo que usted intentaba coquetearle a su novia- ella me miraba con tanta molestia que me hacía sentir como un pedazo de basura.

En ese instante me imagine una bolsa de basura color dorado y otra de color negro. Yo vendría a ser la de color dorado y Katherine seria la otra de color negro.

Muy preciso, podría decirse.

-Con permiso- Lauren había llegado- ¿Sucede algo?

-No, ¿Cierto, Katherine? - ella solo se limitó a asentir e irse al fondo del pasillo.

Lauren se acomodó en si sitio y agarro el libro que había estado leyendo de rato en rato durante el vuelo: La rebelión de las ratas.

-¿Así que soy tu novia?- ella me miraba divertida y tenia un movimiento de cejas que me irritó y me logro poner los nervios de puntas.

-¿Cuanto escuchaste?- No la miraba a los ojos, la vergüenza me comía por dentro.

-Lo suficiente- respondio con las comisuras de sus labios ligeramente elevadas y con su dedo índice trataba de disimular una sonrisa- Lo suficiente.

El Vuelo (camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora