Capítulo 21

777 72 15
                                    

Camila

Pasaron 20 minutos y el cielo se largó a llover. 《Que oportuno》

-Casi nunca llueve en esta ciudad- explicó el taxista- y menos como ahora.

-No soy de aquí, así que esto no es novedad en mi país- mi mirada se fijaba en la ventana.

-Si te pones audífonos y escuchas una canción deprimente, te vas a sentir como en un musical- su comentario me hizo reír y deje de ver hacia la ventana.

El acento de ese hombre- o chico- era divertido. A diferencia de Estados Unidos, él hablaba de forma muy educada y tenia una voz sexy le daba un aire a "chico misterioso". Moví mi cabeza de lado a lado intentando borrar esos pensamientos.

Unos ojos color verde aparecieron en mi mente.

Lauren... ya la extrañaba con necesidad. Sus comentarios egocéntricos y su forma de ser tan tierna... la necesitaba.

-¿Estados Unidos?- dijo el taxista interrumpiendo mis pensamientos.
Me tarde un poco en entender su pregunta

-Vivo ahí, pero nací en Cuba.

-Mi tía es de Cuba- mire el espejo delantero y noté que el taxista tenia una sonrisa hermosa y se le formaban hoyuelos en ambas mejillas.

-¿Cual es su nombre?- me atreví a preguntar.

El taxista titubeo durante unos instantes.

-Sucy- reí y el me sonrió nervioso.

-Me refiero al de usted.

-Oh, mi nombre es Evan.

-Así como: Evan-gelio.

Su risa era fuerte, cabe decir que era igual de sexy a su voz y sonrisa.

-Así como Evan Jones.

-Lindo nombre- dije con sinceridad.

-Gracias- giró a la derecha y luego a la izquierda- ya casi llegamos.

-No sabia que el camino era tan largo.

-Es un hotel muy costoso, y se encuentra en las afueras de la ciudad.

-Ya lo noté.

-¿Cual es su nombre?-su tono sexy había vuelto.

-Eres un extraño¿sabes?- el se río y me miró por el espejo delantero.

-Yo le dije el mío, y usted puede ser una ladrona o algo parecido. Aun así me arriesgué. - tenía razón y mis mejillas se fueron a calentando lo que quería decir que estaba sonrojada- Si es usted una ladrona, podría decirle a mis colegas que me ha robado una mujer muy bella.

Me sonroje aún más y me acomodé en mi asiento.

-Discúlpeme, no quería ser tan inepto al decir ese comentario.

-No se preocupe- Evan  volvió a mirar hacia delante y no se dijo nada el resto del camino.

-Hemos llegado- avisó- ¿le ayudo con sus maletas?.

-Si, por favor- mire el edificio y era hermoso, las paredes eran de vidrio y la luz era tenue, justo para darle confortabilidad al asunto, los muebles de la recepción eran de cuero y los carros aparcados eran de alta gama.

-Yo le abro- Evan abrió su puerta y al pararse de su asiento vi como el taxista dejo de ser taxista y se convirtió en Slenderman.

Soy mala para las comparaciones, lo sé, pero les aseguro que era muy alto. Probablemente así eran todos en este país,  en este continente, pero si que intimidaba.

El Vuelo (camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora