Las Vueltas del Destino.

Capítulo 7

Narra Yuuri.

Me encontraba recostado sobre la cama en la cual he estado estos últimos siete días, encontrándome abrazando algo cálido que emitía un delicioso olor a menta y chocolate.... Espera ¿Qué?, abrí de inmediato mis ojos sin moverme de mi lugar encontrándome de frente con el bello rostro de Viktor.

   o Flashback. o
Había despertado hace muy poco, aún me sentía algo débil por el término de mi primer celo, me levante con muy pocos ánimos de la cama y baje en busca de un vaso con agua. En la cocina se encontraba Phichit preparando lo que parecía ser el almuerzo de hoy.

— ¿Qué haces de pie? —Me pregunto evidentemente preocupado.—

— Tenía sed. —Le respondí con una sonrisa mientras continuaba mi camino hasta la llave, tome un vaso del mueble y lo llene con agua. — Tranquilo ya me siento mejor.

— Aún así, deberías estar aún en cama. —Mientras él me hablaba yo tomaba todo el líquido que se encontraba en el vaso. — Sé que es el primer celo.

— Ahora vuelvo a la cama. —Me gire para verlo de frente y de paso dejar el vaso que ya estaba vacío sobre la mesa. — ¿Te puedo preguntar algo antes de subir?

— Si, claro ¿Qué es?

— ¿Sabes quién era la persona de la fiesta cierto? —Fui directo al grano y sin rodeos.—

— Claro que lo sé, su nombre es Viktor Nikiforov. —Respondió.— Es el dueño de MVN, por eso lo conozco Yuuri, básicamente él es mi jefe.

— Ya veo. —Sonreí.— Así que mi destinado resultó ser el nuevo socio de mis padres.

— Ahora que ya lo sabes puedes subir, por favor… —Me miraba fijamente mientras se me acercaba. — Sabes que estoy preocupado por ti Yuuri al igual que Otabek.

— ¿Cómo que Otabek? —No pude evitar sorprenderme al escuchar que él también estaba preocupado, después de todo hace tiempo que no hablábamos.—

— Recuerdas que habíamos prometido pasar el año nuevo juntos, ¿verdad? —Asentí.— Bueno, él me llamó hace unos días para saber si lo pasaríamos en mi casa o en la tuya.... Y bueno le conté lo que te había pasado en la fiesta de Viktor.

— No tenías que haberle dicho... —Suspire con pesadez, no es que me molestara que él también se enterara, después de todo nos conocemos desde hace años, pero no me gusta preocupar a mis amigos o a mi familia.— Pero bueno ya le contaste, así que ahora le dices que ya estoy bien ¿Entendido?

— Claro que sí. —Sonrió.— Ahora sube a dormir.

— Está bien. —Le sonreí de la misma manera para luego salir de la cocina con dirección a mi habitación, cuando llegué ahí nuevamente me acosté en mi cama quedándome nuevamente dormido.

o Fin del Flashback. o

Aún me encontraba mirando fijamente a Viktor, enfocadome en cada una de sus facciones hasta en el más mínimo detalle de su rostro, jamás había visto a una persona tan bella como lo era él.

Me acomode en su pecho con sigilo y algo de vergüenza, jamás había estado así con alguien que no fuera mi familia, me sorprendí al sentir como él me aprisionaba en sus brazos cuando sintió mi cuerpo junto al de él, podía escuchar los latidos de su corazón, me producían una sensación única, ese tranquilizante palpitar junto a ese celestial aroma de chocolate y menta, definitivamente eso funcionaba mejor que cualquier tipo de calmante.

Me estaba quedando dormido cuando sentí como Viktor acariciaba mi cabello, eso me dio a entender que estaba despierto, me moví con cuidado quedando nuevamente frente a frente.

— Qué bueno que despertaste Yuuri —sonrío al verme frente a él.—

— ¿Cómo llegaste aquí? —No pude evitar preguntarle, la verdad es que tenía mucha curiosidad por saber.—

— Tú me llamaste mientras dormías. —No sé si fue idea mía, pero eso último lo había dicho de una forma muy pícara.— Dime Yuuri ¿Qué estabas soñando conmigo?

— N-no sé a qué te refieres —Me puse nervioso, la verdad no recordaba lo que había soñado, pero sí sé que suelo hablar dormido.—

— Cuando llegué aquí tú me llamaste y me dijiste que me querías sentir cerca de ti. —Pude ver como sonreía mientras mis mejillas ardían cada vez más por la vergüenza.— Y yo como tu alfa, mi deber es complacerte en lo que me pidas. —Pude sentir sus hermosos ojos azules posarse sobre mis labios. — Yuuri debo confesarte que me es muy difícil estar a esta distancia de ti y poder controlar mis impulsos de besarte.

— ¿Y-y qué te detiene? —Le pregunté mientras me acercaba lentamente hacia sus labios.—

— No lo sé.... Tal vez no me pueda detener después.

— Ya te controlaste una vez ¿No?

— Si... pero —Ya me estaba desesperando su actitud, solo quería sentir sus labios nuevamente.—

— Si no quieres hacerlo... no lo hagas —Mi voz se quebró por un segundo. —  No te estoy obli... —No terminaba de hablar cuando sentí como sus labios me hacían callar de golpe, fue un corto y tierno beso.—

— ¡Yuuri! —La puerta de la habitación se abrió golpe dejando ver a un Phichit sorprendido por la escena. — Otabek ya viene llegando a Rusia.

— ¿De verdad? —Me separe de Viktor de golpe­ al escuchar aquellas palabras. — ¿Lo iremos a buscar al aeropuerto?

— ¿Quién es Otabek? —Preguntó Viktor con un tono evidentemente celoso.—

— Es nuestro amigo de la infancia. —Phichit le respondió antes que yo. — Y no, él llegará aquí solo.

— Ya veo.... Yuuri ¿Por qué no pasas el año nuevo en mi casa? —Me preguntó Viktor mientras colocaba una tierna cara como la de un cachorro. — Dime que si... por favor.

— Me encantaría, pero ¿Qué pasa con mis amigos y familia?

— Todos pueden venir a mi casa... será muy lindo te lo prometo ¿Sí?

— Está bien. —Aquella respuesta no había salido de mi boca, junto a Viktor miramos a Phichit, él ya se había girado para salir de la pieza. — Estaremos ahí en la noche Viktor, yo si fuera tú me iría ahora para tener todo listo para cuando lleguemos.

Note como se quedó pensando unos segundos como si dudara en dejarme o no, pero tras un momento escuche nuevamente su voz.

— Tienes razón. — se colocó de pie rápidamente.— Ya me voy cariño te veo en la noche. —Dejó un rápido beso en mis labios antes de salir casi corriendo de la habitación.—

De pronto sentí como la voz de mi amigo me llamaba — Yuuri prepárate para la noche ¿Sí? –Phichit sonrió antes de salir de la habitación dejándome nuevamente solo.—