ENEMY FIRE ▲ TEEN WOLF ➁

14. Alfa, beta, omega

Tiré al suelo la mochila con mi ropa y estiré mis brazos, siendo seguida en todo momento por la mirada penetrante de Derek Hale. Giré sobre mis talones y me topé con sus ojos verdes demasiado cerca de mí. Di dos pasos hacia atrás para mantener mi distancia de él.

— Primero dime que tienes una cafetera porque creo que tomaré mi peso en café para poder despertarme —hablé, interesándome bastante en el hecho de que son las cinco de la mañana y me encuentro aquí con Derek.

Al muy...alfa, se le ocurrió la fantástica idea de comenzar las clases para aprender a controlar mis habilidades nuevas a esta hora. Así que me encuentro un poco –bastante– malhumorada por el hecho de que casi no dormí. Todo el asunto de Payton me mantuvo en vela y tampoco fue como si me interesara mucho dormir luego de que casi muriera de hipotermia en la piscina. Eso sin contar que tuve que escabullirme para salir de casa sin que nadie despertara.

Por «nadie» me refiero a Payton.

Derek arqueó sus cejas y cruzó sus brazos de forma que resaltaban sus musculosos bíceps. Adiós cordura, hola hormonas. En mi mente me golpeé por fijarme en ese detalle, pero al final siempre seré una adolescente hasta que tenga edad para convertirme en adulta. Tengo derecho a no pensar con la cabeza fría. Más hormonas, menos neuronas.

Esperen, no. Así salen las cosas mal. Muchas jovencitas van con ese pensamiento a muchos lugares y no terminan muy bien. Para nada bien de hecho. Por esa razón es que ha aumentado la tasa de natalidad en el país.

— No te gusta el café.

— ¿Y tú cómo sabes eso? ¿Alguien anda de acosador nuevamente? —inquirí, arqueando una de mis cejas.

— Scarlett...—dijo en un tono que me deca que debía medir mis palabras en cuanto a eso se refería.

Chasqueé mi lengua.

Al final del día la acosadora profesional sería yo. Me refería a que yo sería reportera y me pagarían por acosar personas para vivir. Hermosísimo futuro, ¿no? En menos de un año he pasado de chismosa, entrometida y ahora a acosadora. Iré a muchos lugares en el futuro.

— Puedo reducir tus tendencias acosadoras y pedófilas si te quemo la cara —comenté ladeando mi cabeza.

Derek se acercó a mí, agarrando mis brazos y me hizo girar, quedando mi espalda contra su pecho. Maldito alfa buenote, dije en mi mente al sentir la punta de sus dedos trazar mi brazo.

— El problema es que no sabes como hacerlo —me recordó en voz baja.

Gruñí, apartándome de él y le dediqué una mala mirada. Él tenía razón en ese punto, pero si me molestaba lo suficiente podría lograr que mis manos quemaran. Casi pude apreciar un atisbo de sonrisa en su rostro, cosa que me sorprendió porque Derek no solía sonreír en lo más mínimo. Al menos no frecuentemente de todos modos.