ENEMY FIRE ▲ TEEN WOLF ➁

24. El cachorro y su padre Derek

Scott y yo nos encontrábamos en la clínica veterinaria esperando a Derek. Tendríamos una especie de junta con Deaton o algo por el estilo, pero mientras tanto nos encontrábamos hablando sobre el hecho de que Jackson se encontrara interesado en asistir a un concierto o una fiesta extraña. Algo así entendí.

— ¿Setenta y cinco dólares por un ticket? —pregunté, mirando a Scott sin poder creerlo.

Él asintió.

Ninguno de los dos podía tener el dinero suficiente para asistir al concierto en el que Jackson probablemente asesinaría a su próxima víctima. De tan solo pensarlo me pone los pelos de punta.

— Matt fue quien me dijo el costo, estaba allí en la fila —dijo.

¿Matt comprando tickets para un concierto extraño? Mierda, lo que le preguntó a Allison antes de que nosotras entráramos a los vestuarios de los chicos. ¿A eso fue lo que Allison aceptó asistir? Demonios.

¿Debo contarle a Scott?

— Oh, Matt es extraño...parece interesado en Allison —decidí dejar unas pistas en lugar de meter la pata asumiendo algo que tal vez no es.

Scott frunció el ceño.

— ¿Qué se supone que eso signifique?

Encogí mis hombros, mirando a cualquier otro lado menos a él. Si lo miraba a los ojos de seguro soltaría toda la sopa y no puedo precipitarme, no sin evidencia que pueda pueda presentar en una corte —hipotéticamente hablando—.

— No lo sé, solo es extraño. Siempre anda con su cámara y parece uno de esos acosadores —dije, cosa que no era mentira.

Scott bufó y luego me miró.

— Scarlett, ¿qué tienes con Derek?

Casi me atraganté con mi propia saliva al escuchar la pregunta de Scott. Disimulando nivel: yo. Demonios, ni siquiera soy capaz de responder esa pregunta.

¿Qué tengo con Derek? No tengo ni la menor idea.

— No sé de qué hablas —opté por hacer lo que no se puede hacer frente a un hombre lobo: mentir.

— Scarlett...—dijo en un tono de advertencia.

Scott no quería que yo le mintiera y yo tampoco quería mentirle, pero no encontraba la forma de explicar lo que tengo con su alfa. Sí, su alfa porque Scott es parte de su manada en este momento, cosa que no hace de esta conversación menos incómoda para ambos.

— Scott...—canturreé en el mismo tono, mis ojos recorriendo cada centímetro de la clínica para evitar hacer más obvio que no era un tema del que quería hablar.

Scott me dedicó una mirada de reproche. Suspiré, mirando la punta de mis botas, mientras pensaba en qué podía responderle. No podía simplemente decirle que nos habíamos besado varias —muchas— veces y que tan solo pensar en eso me erizaba la piel, haciendo que un escalofrío recorriera mi espalda por completo.

— ¿Te...gusta? —preguntó.

La boca se me secó al instante. ¿Me gustaba Derek? Decir que había atracción física estaba de más, pues ya sabemos cuál es la respuesta de eso. Derek es realmente atractivo y caliente, muy caliente. Y tiene un trasero... ¡Basta! Tengo que controlar mis hormonas.