35. A veces un poco hace una gran diferencia

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Mis ojos miraron las paredes de la oficina de la señorita Morrell, sin sentir ni pizca de interés en estar en este lugar. Mis dedos están alrededor de una pequeña bola de estrés roja que mi madre me compró porque 'me ayudaría a controlarme' según ella. Lo único que me dan ganas de hacer es quemarla, pero no lo hago. No quiero que siga mirándome como una asesina, cosa que está siendo bastante difícil teniendo en cuenta que mi madre me evita a toda costa y mi propia casa se ha convertido en un campo de batalla.

No me sentía segura allí ni en ningún lugar en específico. Lo más que he hecho en los pasados días antes de que nos obligaran a todos los que estuvimos presentes en la comisaría a tener sesiones con la señorita Morrell, la consejera escolar, es concentrar toda mi ira en aprender a pelear con la manada de Derek. No había querido presentarme en la oficina de Morrell, aunque, según los adultos, esto nos ayudaría a concentrar y ordenar nuestros pensamientos para superar un suceso traumático.

Casi me reí a carcajadas cuando me dijeron eso porque, ¿saben lo que es verdaderamente traumatizante? Tener que matar a tu propio padre para evitar morir consumida por tu propio poder desapareciendo.

— Scarlett, ¿qué piensas sobre lo que sucedió? ¿Cómo te sientes al respecto? —preguntó Morrell, balanceándose un poco en la silla del escritorio donde se encontraba sentada.

Fruncí mi ceño.

— Depende de a lo que te refieras. ¿Estamos hablando de lo sucedido en la comisaría o sobre el hecho de que mi padre fue asesinado? —inquirí, ladeando un poco mi cabeza.

Me removí en mi lugar, observando la expresión de Morrell. Quería ver si lograba encontrar algún cambio en su vista, en su actitud, pero nada de eso ocurrió. Se mantuvo tranquila, impasible.

— Comencemos hablando sobre Matt —dijo.

Encogí mis hombros.

— Se ahogó —respondí como si no tuviese importancia.

Para mi pensar no la tenía tanto. Él había asesinado a muchas personas y nos hubiera matado a la manada si no hubieran llegado los Argent, aunque estos estaban allí para matar a Derek. No siento lástima por él, no importa lo mucho que haya sufrido en el pasado.

— ¿Y?

Estaba esperando a que yo expandiera mi respuesta, que le diera un argumento que justificase mi indiferencia.

— Y...nada. Mire, si está esperando a que diga lo mucho que me da lástima la forma en la que murió, la verdad es que no. Solo porque unos idiotas lo lanzaron a una piscina cuando tenía nueve años no le da el derecho de ir uno por uno asesinándolos. Hay peores cosas que le pueden pasar a una persona y eso no las ha puesto a comprarse un ticket para abordar el tren de locos —manifesté, inclinándome un poco mientras hablaba y una vez terminé, volví a acomodarme en mi lugar, entrelazando mis manos sobre mi regazo.

Morrell asintió, pero no la vi tomar notas. Supongo que no es el tipo de consejera que hace notas frente a la persona.

— ¿Qué sobre tu padre? ¿Cómo te sientes al respecto?

Como si quisiera entregarme a las autoridades y que ellos tiraran mi trasero al agujero más oscuro de la cárcel.

— ¿Qué sobre él? —repliqué, evadiendo su pregunta.

Morrell suspiró.

— ¿Estás bien, Scarlett? ¿Cómo estás manteniéndote fuerte?

Volví a encoger mis hombros.

La única forma en la que me estaba manteniendo fuerte era aferrándome a la ira que estaba creciendo en mi interior. Cuando hablé sobre ello con Derek, él me dijo que fue de la misma forma en la que él aprendió a controlarse. A veces es mejor tomar provecho de los sentimientos negativos para seguir batallando día a día.

ENEMY FIRE ▲ TEEN WOLF   ➁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora