ENEMY FIRE ▲ TEEN WOLF ➁

20. La tablet de Danny

Lo primero que noté al llegar a la escuela fue a las personas que se encontraban instalando cámaras en cada esquina de los pasillos. Mis ojos recorrieron cada extremo tratando de encontrar un punto ciego de estas, pero no existía. Las habían colocado a la perfección para poder observar a cada estudiante que pasaba.

Argent, fue lo primero que se me vino a la mente. Solo ellos estaban tan capacitados como para tener todo fríamente calculado.

Lo segundo que noté fue a Payton mirándome con expresión nerviosa. Lucía como si me quisiera hablar, pero sabe que yo no la escucharé. Al menos no todavía porque no he logrado procesar todo lo ocurrido.

Anoche la dejé con la palabra en la boca y me encargué de salir de casa antes de que ella pudiera detenerme. Quizá suene demasiado infantil, como si me encontrara haciendo un berrinche de adolescente, pero es lo que mi cerebro me dice que haga. Necesito mantenerme alejada de lo que considero una amenaza y Payton en mi mente lo es. Es una mujer lobo viviendo en mi casa con mis padres.

Allison me agarró del brazo, sonriendo como si todo estuviese bien y yo fruncí el ceño por su repentina felicidad.

— Hay cámaras en todos lados —murmuró mientras caminábamos hacia el aula de nuestra respectiva clase.

— Sí, lo he notado —dije en respuesta. El hecho de que las cámaras se encontraran vigilando todo lo que hacíamos me ponía los pelos de punta—. ¿Para qué crees que sea todo esto?

Allison ladeó su cabeza y encogió sus hombros. — No tengo idea, pero si hay algo de lo que estoy segura es que mi familia tiene mucho que ver, en especial mi abuelo.

— ¿Gerard? No me sorprende —murmuré—. De todos modos, ¿por qué estás tan segura de ello?

La veo relamer sus labios luciendo un poco nerviosa con la pregunta o quizá fue el recuerdo que le llegó a la mente con ella. Continuamos caminando un poco más lento para que nos diera tiempo de hablar bien sin que las demás personas nos escucharan.

— Ha estado preguntando más de lo debido, Scarlett. Incluso me hizo un interrogatorio en su oficina tocándome el cuello para poder sentir mi pulso. Casi descubre mis mentiras, pero lo disfracé todo diciendo que me había asustado —explicó, todavía en su voz había un rastro de miedo por la forma temblorosa en la que hablaba.

Mordí mi labio inferior, pensando y uniendo las piezas del rompecabezas. Era un poco complejo porque eran demasiadas piezas, asuntos y problemas como para entrelazarlos todos a la vez. En una parte estaban los Argent, en otra Derek y su manada, en otra Jackson, en otra Lydia y en otra Payton. Es difícil estar entre todos al mismo tiempo. Me siento como si me estuvieran dividiendo el cerebro.