Capítulo 10

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Suena el despertador, me cubro la cabeza con la almohada, dios que dolor de cabeza,  me retumba todo, apago el despertador corriendo.

Que paz ahora...

Que noche, madre mía y yo diciendo que iba a ser la mejor noche de mi vida. Me emborracho, y me doy cuenta que a Eric no le gusto en realidad.

Al pensar eso me da un pinchazo en el pecho. Eres tonta Rocío por confiar en la gente tan rápido.
Un fuerte almohadón me golpea y vuelvo a la realidad.

—Venga Rocío, levántate ¿sabes qué hora es? —me dice, pero apenas la escucho y sigue —Son las 15:00 para tu información.

Sigo sin hacerle caso y finalmente escucho como se aleja de la habitación, menos mal quiero dormir más, bueno, no quiero salir de la cama.

Oigo otra vez los pasos que se acercan al dormitorio. Qué pesada es Marta.

—¿No te vas a levantar no? —me dice en un tono cabreado.

Me da igual que se enfade no me quiero levantar y le niego con la cabeza.
—Muy bien tú lo has querido.

Después de ese comentario me tira agua fría.
Me levanto corriendo de la cama, está muy fría. Será cabrona. Ufff que dolor de cabeza, esto no se lo perdono.

—¡Pero que cojones haces Marta!—le grito.

—¡Intentando que salgas ya de esa cama joder! —Ella lo hace también.

Joder como me duele la cabeza. Y me tumbo otra vez con la almohada en la cara.

—Rocío haz lo que quieras. —Y se va.

Por fin...

Son las 16:00 y decido salir de la cama, voy hacia dónde están todas.
Me miran con caras raras, ellas no saben nada de lo que pasó ayer, y sinceramente no quiero recordar nada de nada.

—¿Que te pasó ayer Rocío? —pregunta Bea.

No le voy a contestar no quiero.

—Bea, no quiero hablar del tema, por favor. —Le digo.

Ella asiente con la cabeza.

Llevo sin mirar mi móvil desde que me acosté ayer. Estoy desaparecida para el mundo.
Marta viene hacia mí.

—Rocío. —me llama.

—Dime Marta. —le digo decaída.

—Se que es difícil lo que te voy a decir, pero no puedes estar así, ¿lo sabes no? —me dice.
—Losé, pero no puedo estar bien. —digo intentando no llorar.

—Hemos decidido de ir a tomarnos algo por el centro de Madrid. ¿Vienes? —me dice con un tono de esperanza.

Sabe perfectamente que en estos casos prefiero quedarme en casa pero ella siempre intenta animarme.

—No Marta mejor me quedo aquí, y seguro que cuando volváis estaré bien. —le digo con una sonrisa.

Ella afirma con la cabeza, y se van todas al centro.
Yo me quedo viendo la televisión, están haciendo una película de amor, lo cambio enseguida y pongo una película de acción.
Me quedo durmiendo.
Y el ruido de mi teléfono me despierta, me están llamando. Me levanto a cogerlo ¿quién será?En la llamada entrante pone Eric. Que cojones me quiere este ahora. Le cuelgo. No tengo ninguna gana de hablar con él. No después de ver lo que vi.

No me hables, solo bésame.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora