~Capítulo 4~

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Tras Andrea la pequeña puerta granate se cerró, La cegadora luz se fue apagando, Andrea miró a su alrededor, estaba en un largo y estrecho pasillo cuyas paredes, suelo y techo estaban formados por bloques blancos y negros; con miedo e inseguridad Andrea dio un paso corto, apoyando muy lentamente el talón y seguidamente la punta dio el segundo pasó cuidadosamente, miro a la izquierda, luego a la derecha, y tras comprobar que el lugar estaba vacío continuó andando por aquel largo pasillo. Llegó al final del pasillo y una inmensa puerta púrpura con un gigantesco pomo dorado estaba frente a ella, la empujó con todas sus fuerzas por el lado derecho y nada, luego anduvo  unos pocos pasos hacia atrás y miro la parte superior de la puerta, había una escritura, parecía latín  "Et ideo non cadit et circumagatur pulmentis dabitis, non movere/Ostium habrir cognoscere."
Andrea se esforzó para memorizar el escrito y retrocedió sobre sus pasos rápidamente; salió de nuevo por la pequeña puerta granate, debería de ver el gran desván tan desordenado como lo dejó al entrar, pero vio el gran salón delante de ella; subió rápidamente a su cuarto sin pararse a pensar en cómo apareció de repente en el salón, despegó un pósit del taco que tenía sobre el escritorio y con un bolígrafo del cubilete escribió aquellas palabras en latín; abrió la puerta del armario velozmente y retiro de la percha su abrigo favorito y metió el papel en su bolsillo, mientras bajaba los escalones lo más rápido posible se iba abrochando los botones, pasó por el salón corriendo y llegó a la entrada donde estaba aquella magnifica lámpara de araña y la gran puerta de entrada a la casa, salió a la entrada y bajó las pequeñas escalera que había para llegar al camino de piedras, iba andando rápidamente por las piedras cuando una voz de hombre    se dirigía a ella desde detrás de Andrea.
- Andrea, hace frío, ¿A dónde vas tan rápido?-
Andrea realizó una mueca de fastidio y se giró con una falsa sonrisa hacia el hombre para poner alguna excusa.
-Emm.. si...es que....-
Aquel hombre era el mismo que la saludó el día anterior, por su ropa pudo suponer que era el jardinero.
-Me voy a.. a... a dar una vuelta por el barrio y, así lo conozco y me acostumbro más a este entorno, que.. que es súper diferente a él entorno de Madrid, así.. así estaré más a gusto estas navidades y hago amigos para salir por aquí, sí eso es lo que voy ha hacer.-
Soltó Andrea hablando rápido
-Vale, pásatelo bien. Toma, son 10€, no te lo gastes todo y por si acaso hay una parada de autobús en la Calle Las Encinas- Afirmó el hombre.
Andrea se giró para seguir andando hacia la pequeña puerta que había en la valla negra cuando el hombre volvió a hablar.
-Procura volver antes de la hora de comer, a tu padre no le gustará que cuando el llegue tú no estés.-
Andrea asintió con la cabeza, abrió la puertecita de la valla y salió a la calle.

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