10. Burn me

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- ¿Duele?

- Puedes irte al infierno, Chris.

- Maldito niño malcriado...

''Si, duele... duele como los mil infiernos''

- ¡Kathleen! - Una voz chillona azotó mis oídos y un gruñido involuntario se me escapó de la garganta a la vez que mis ojos volvían a abrirse con pesadez.

¿Qué diablos había pasado?

Admire como la mencionada giraba ligeramente la cabeza con una expresión de cansancio y lamento bajando a su vez el arma que apuntaba a Raiden.

¿En qué momento había pasado a amenazarlos?

- Esa cosa horrible, lo mataste - Mis ojos cayeron directos en el rostro pálido que era enmarcado por los lacios cabellos castaños de la nueva figura que en ningún momento me percate que estuviera acompañando a la ojimiel.

Sin saber realmente el porque, odie a esa muñeca de porcelana de forma inmediata.

No iba a traer nada bueno.

Por un momento aquella cara nueva se transformó en una que conocía a la perfección, en una que había tratado de suprimir y guardar en lo más profundo de mi memoria y mi cuerpo inmediatamente se tensó.

¿Porque...estaba recordando estas cosas tan de repente?

- ¡Sigues vivo! - Las vibraciones de una voz que se transmitieron por toda mi espalda llamaron mi atención, sacándome de aquel transe. Sentí a Raiden comenzar a mover mi cuerpo de forma cuidadosa fuera de él - Sin embargo no estás bien - Afirmó lo obvio.

- Por supuesto que no lo estoy, niño - Dije en forma de susurro, algo completamente involuntario. Mi voz se había hecho demasiado débil, los mareos se hacían más fuertes y los ojos me pesaban y a estas alturas no podía siquiera sentir algún dolor en la carne abierta.

¿Estaba a punto de morir? Porque no me sentía de esa forma.

Sabía que una vez que te acostumbrabas al dolor físico, esto se volvía nada.

- Vamos, tenemos que encontrar a los demás y curarte - Con la fuerza que no tenía el de cabellos cenizos se colocó de pie antes de ayudarme a hacer lo mismo pasando uno de mis brazos alrededor de su cuello a la vez que me me rodeaba por la cintura para no dejarme caer al suelo.

Una vez seguro de que podía sostenerse y moverse sin dificultad habló de nuevo.

- Ustedes - gritó llamando la atención de la morena, quien parecía querer desaparecer a su acompañante con solo mirarla - No se de donde salieron ni tampoco si confiar en ustedes. ¿Van seguirnos? - pregunto y a su vez propuso. ¿Quien se creía este mocoso?. En ningún momento alguien le dijo que podia traer mas gente con nosotros.

Solamente él ya era irritante.

La nueva chica de cuerpo delgado y curvilíneo nos analizo de forma rápida antes de formar una mueca de superioridad - ¿Ir con ustedes? Están más muertos que vivos, sólo es cuestión de tiempo - Aseguró antes de negar con la cabeza - Estorbo y basura.

El cuerpo de Raiden reflejo una rigidez en el instante de escuchar esas palabras por imperceptibles segundos, un murmullo murió en su garganta y sin decir más comenzó a caminar, pasando de ambas.

Se había molestado. O algo mas.

Su manera de reacción ante esa palabra era instantánea, explosiva, casi como si le fuera familiar.

AfterDeathDonde viven las historias. Descúbrelo ahora