15. Fault

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[N/A: Hola, ha pasado un tiempo. Casi se me ha olvidado actualizar aquí, pero bueno aquí esta un nuevo capitulo.

¿Alguno lee en AY? ¿No? ¿Nadie? Lo mencionaba solo por si alguno le resultaba mas cómodo (lo cual por aluna razón no creo xD) pero en casi de que si, les dejare el link aquí: http://www.amor-yaoi.com/fanfic/viewstory.php?sid=171103&index=1

En fin, no tengo mucho que decir así que disfruten la lectura~]


— Raiden... no puedo hacer eso... —su cara se contrajo en un gesto contrariado.

Estaba sentado frente a Hyuk, hablando, pidiéndole que simplemente tomáramos nuestra propia ruta, que nos separáramos del grupo y fuéramos solo nosotros dos por nuestra cuenta, como antes. No lo soportaba, no quería estar más en un lugar donde no me tomaban en cuenta y mi vida relativamente no valía nada.

— ¿Y porque no? —subí el tono de voz, exasperado. No era mi día. Absolutamente todo y todos precian estar en mi contra— Me iré solo en ese caso —desvié mi mirada furiosa apunto de levantarme de mi lugar.

— Espera, no. No seas terco —se apresuró a hablar listo para lanzarse encima mío si me movía un poco más— Hay algo que no te he explicado —suspiro y enredo un poco los dedos de sus manos. Lo mire con ojos entrecerrados, creo que sabía de qué me iba a hablar.

— ¿Porque no lo dijiste antes? ¿Acaso...no tenías la suficiente confianza en mí? —de alguna manera me sentí herido. Solo hasta ese momento, a esas alturas Hyuk había considerado hablar sobre Dante, no antes— Ni siquiera sabía que... bueno... te gustaban los hombres.

— No como tal, hasta ahora nunca me ha gustado alguien más aparte de él.

— ¿Fui mal hermano? —Debido a los constantes rechazos sufridos hoy mi sensibilidad estaba a flote, provocando que unas cuantas lágrimas se acumularan en mis ojos. Lo único que no podría soportar seria el rechazo de mi hermano.

— No, no, no, no, no —negó rápidamente, hincándose sobre el suelo, apretando suavemente mis rodillas— ¿Recuerdas el último viaje planeado? Yo me adelantaría y tú, mamá y papá me alcanzarían —asentí suavemente, sorbiendo un poco mi nariz— Necesitábamos tiempo, él y yo. Yo necesitaba tiempo para aclararme y asegurar que esto no era algo que se apegara a la compasión y ternura que sentía hacia alguien tan indefenso y solitario —se sentó a un lado mío, sobre la mullida cama— En ese viaje yo pensaba presentar formalmente a Dante pero... —se quedó en silencio unos segundos y apreté su mano, sabiendo el motivo de su silencio— La infección apareció de repente y... tu sabes el resto. Mi agonía no fue solo la muerte de nuestros padres. Desde el primer momento en que mis ojos fueron capaz de ver toda la destrucción, la muerte y el caos supe y tuve claro que no volvería a verlo —su voz comenzaba a apagarse. Su dolor me toco y mi garganta se hizo nudo.

— Lo siento... —me abrace a él. Me di cuenta que había sido egoísta al haber pensado solo en como yo me sentía.

— El destino es incierto e incomprensible, cruel de maneras inimaginables. No creí volver a ver aquel rostro que tanto me alteraba de la manera más dulce que puede haber, sin embargo, lo tengo ahora aquí a mi lado y eso me alivia, cura un poco mi herida y no pienso volver a perderlo.

Me limpie unas cuantas lágrimas de los ojos. De repente, recordé a mamá, a papá y como todo sucedió tan rápido. Eso me frustraba y dolía. Nostalgia, sentía mucha nostalgia, de las noches juntos sobre la mesa, o las mañanas ajetreadas en la casa, los viajes de verano o las festividades en casa.

Los extrañaba y mucho.

— Lo siento, seguramente te hice recordar cosas de mas —subí mis piernas sobre las suyas, me abrace a él y llore. Llore como hacía tiempo que no lo hacía, con ganas, sin ningún tapuje o contemplación. Todo el rato sus manos me consolaron suavemente, como cuando éramos niños, como cuando solía tener pesadillas por las noches.

AfterDeathDonde viven las historias. Descúbrelo ahora