Mi nombre es Raiden Lawler
- Maldita sea...
Soy actual superviviente de la catástrofe que azoto y destruyó este lugar el cual antes llamaba hogar.
- ¡Abre la jodida puerta!
Podría considerarme una persona sumamente desafortunada ante cada acontecimiento que forma parte de mi vida.
- Voy a patearte el culo cuando salga de aquí infeliz.
Pero aquellos pequeños trozos de vivencias y recuerdos que conforman cada parte de mi, extrañamente me hacían levantarme una y otra vez.
Muchas veces había llegado a la conclusión que, nuestros propios miedos a lo desconocido nos exigia esforzarnos; sobrevivir por mero instinto que porque realmente se desee así.
Probablemente eso, y mucha suerte, era lo que me mantenia aquí, encerrado en este lugar tratando de salir de nuevo a la luz del dia con tanta insistencia.
- Madre...quisiera pensar algunas veces que tenías razón... - susurre tratando inútilmente de ajustar mi vista al oscuro cuarto donde me habían encerrado.
Sin mentirme a mí mismo, era cierto que me encontraba completamente en pánico, pero eso no significaba que dejaría que aquella persona desquiciada se retorciera de regocijo desde fuera pensando que haciendo esto me haría sufrir.
Me había movido de mi lugar inicial, permaneciendo pegado siempre sobre la pared que, supuse yo, era metálica debido a la textura.
Las razones por las que me deslizaba como un gato asustado entre la oscuridad era porque: Uno, el caminante me había visto. Dos, los constantes gritos y maldiciones que surgían de mi boca lo atraían me moviera a donde me moviera y eso yo lo sabía perfectamente, pero mi rabia y mi impotencia ganaban mucho más terreno dentro de mí cerebro que mi lado racional.
Buscando una salida o algo que me sirviera para iluminar el lugar, recordé entonces la linterna que traía conmigo, que de no haber sido porque se encontraba dentro de la manga de mi sudadera atada con una pequeña cuerda a mi muñeca, me la habría arrebatado también.
Un nuevo debate se formó en mi cabeza.
Encenderla o no.
Si lo hacia, yo vería al zombie, y el a mi. Y entonces si, si mis reflejos no eran lo suficientemente buenos, terminaría con el cuello desgarrado a mordidas o alguna otra parte de mi cuerpo de la misma manera.Deslice el pequeño objeto de pilas fuera de la sudadera para entonces agacharme, colocarla en el suelo, tomar un poco de distancia -que fue el largo de mi brazo- y encenderla con los dedos fríos y temblorosos.
Miré atentamente hacia el lugar en donde en cuestión de segundos la luz iluminó, sin encontrar nada. Con la respiración agitada y mi cuerpo aun temblando sin control, pise el mango del artefacto. ejerciendo presión sin llegar a romperla al mismo tiempo que giraba mi pie, provocando que la lámpara sobre el piso se moviera de la misma forma.
Recorrí lentamente todo el perímetro de paredes grisáceas desesperandome más por cada segundo que pasaba. La habitación no parecía lo suficientemente grande como para no poder ubicar al caminante o perderlo fácilmente, y eso ciertamente comenzó a alterarme más.
La temperatura ya bastante fría antes comenzó a aumentar en el lugar, erizandome la piel del cuerpo entero, cruzandome por la cabeza hasta ese entonces que debería estar dentro de una bodega, o un congelador.
Seguí moviendo con lentitud la lámpara bajo mi pie escuchando pequeños crujidos provocados por la fricción del artefacto sobre el piso hasta que prácticamente llegue de un extremo a otro del lugar.
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AfterDeath
Fiksi IlmiahUn mal manejo de una potencial sustancia modificada a virus, y personas que no miden las consecuencias da como resultado: completo caos. Y posiblemente el final de todo. Después de mas de un mes aislados, sobreviviendo por milagros, finalmente ocurr...