Observe alrededor, resignado. Regrese mi vista a la copa de cristal llena de un líquido rojizo de sabores dulces y amargos el cual quemaba mi garganta al pasar.
¿Cuántas de esas había sido obligado a ingerir?, ¿Una botella entera? Probablemente.
Pero no le encontraba sentido haberme presionado tanto para que al final simplemente terminara solo en medio de la sala sentado sobre el suelo.
Maldita la idea de embriagarse.
Con un último trago me levante, sintiendo aun húmedo el cabello y la piel limpia y radiante.
El baño me había sentado bien, me sentía fresco.
Fue fácil encontrar ropa nueva dentro del lugar, a diferencia de las chicas, quienes sin más opción terminaron con al menos una prenda de hombre sobre ellas.
Me sostuve la cabeza con las manos al sentir un mareo repentino. El calor y el sofoco que en ese momento sentía -más por los efectos del alcohol que alguna otra cosa- me obligo a buscar alguna ventana en mi necesidad de aire, recordando entonces que absolutamente todas y cada una de ellas habían sido selladas y cubiertas para evitar que la luz y el movimiento dentro se detectara fuera.
Por órdenes del moreno, para impedir algún imprevisto había sido de esa forma.
Como si fuese algún ladrón, camine silencioso hacia mi siguiente objetivo: la puerta trasera que daba al patio.
Un chirriante chillido que me taladro los oídos, el aire frío chocando mí piel y un dulce aroma que inundando mis sentidos me dio la bienvenida.
El suave pasto rozó la piel de mis pies desnudos y mis cabellos se alborotaban bailando junto en el viento.
Mire el panorama que se dibujaba frente mío: Una mesa circular de madera con unas cuantas sillas alrededor se acompañaban de una amplia sombrilla beige que decoraba el exterior, varios rosales de un puro blanco se esparcían alrededor y el sonido del agua capturó mi atención, percatándome entonces de la ancha piscina de aparentes aguas claras que ocupaba un extremo del lugar.
Me acerque, sintiendo un cosquilleo sobre mi estómago sonriendo a la nada.
No me había sentido tan tranquilo desde hace mucho tiempo atrás. Aunque también podría atribuirse como otro efecto del alcohol.
Inhale, profundo, acercándome al extremo de la piscina, mirando las luces que la iluminaban debajo del agua.
Aparentaba ser bastante profunda.
Interesante.
Estaba a solo unos centímetros de que mi rígido y torpe cuerpo lograra acomodarse sobre la firme superficie, muy probablemente para saciar mi repentino deseo de jugar con mis pies dentro del agua, cuando una segunda presencia alteró mi tranquilidad.
— ¿Qué estás haciendo aquí? —me giré, sorprendido por verme descubierto antes de paralizarme y quedar mudo.
De brazos cruzados y pecho desnudo, Jaden me veía, pendiente de mis movimientos, sin expresión, sin sentimiento en la voz.
— Yo... —vacile, trabajando a la mayor velocidad que lograba mi cerebro para inventarme una excusa razonable, pero no lo logre— L-lo siento —tartamudeé, rendido, manteniéndome en cuclillas, adoptando poco a poco la forma de un ovillo para evitar de una manera estúpida al moreno a toda costa. En especial por el hecho de que si seguía descuidándome, podría capturarme mirándole el cuello -donde aparentemente comenzaba su tatuaje y que bajaba por el brazo izquierdo- o detallando el abdomen que, a pesar de llevar vendas limpias alrededor de él, no ocultaba menos el atractivo torso.
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AfterDeath
Science FictionUn mal manejo de una potencial sustancia modificada a virus, y personas que no miden las consecuencias da como resultado: completo caos. Y posiblemente el final de todo. Después de mas de un mes aislados, sobreviviendo por milagros, finalmente ocurr...