Después del juicio en contra de aquel sujeto, decidimos celebrar. Pues teníamos muchos motivos para hacerlo; Brandon tenía ya a Camille junto a él, y ella ya había cerrado por fin un capítulo de su vida, ¡ese hijo de perra estaba en la cárcel!, y yo había sido aceptado en la constructora del señor Beaumont. ¡Mi cuerpo pedía rumba! Pero al parecer mi amigo necesitaba de otra rumba. Observé como se iban en su nueva camioneta, prácticamente salieron corriendo después del juicio buscando estar solos. Negué con la cabeza y enfoqué a Antonio.
— ¿Crees que regresen pronto? —preguntó, sonreí un poco divertido. Me agradaba ese viejo.
—Lo dudo —respondí, él asintió con la cabeza de acuerdo conmigo—, ¿nos vamos a preparar la fiesta?
—Claro.
— ¡Yo me voy adelante con Charles! —gritó Lucy. La tomé de la mano y la llevé hasta mi camioneta, la ayude a subir en el asiento del copiloto y abroché bien su cinturón de seguridad—, flor que da fulgor, con su brillo fiel, trae lo que perdí... —cantaba, mientras cepillaba el cabello de su muñeca. Sonreí, era tan dulce. Mishelle y Antonio se subieron en la parte de atrás. Prendí el motor y antes de arrancar le hice cosquillas a Lu, y con los gritos de alegría y risas de su familia llenando mis oídos emprendí camino. Pasamos por una pastelería y ahí compré un pastel, donas y unos cupcakes para Lucy. Estaban decorados con figuras de la Bella durmiente y de Ariel, no podía negarme a comprárselo, no después de ver sus ojos llenos de añoranza.
—Tú eres la bestia y yo Bella... —dijo, volví a verla y le mostré mis dientes, gruñéndole un poco.
—Te voy a comer... —gruñí. Giré el volante, estábamos entrando a la calle de la casa de Antonio.
Bajamos minutos después de Mishelle y Antonio, y entre Lu y yo entramos la comida que traía. Bueno... en realidad Lucy solo traía sus pastelillos, creo que le gustaban tanto que no querría comérselos jamás. Pasamos el umbral y se escuchaban cacerolas, el sonido de la estufa, de la batidora y otras cosas más que ni idea, ¿qué estaba preparando, Mishelle?
Las horas pasaron y ya todo estaba listo para celebrar, entonces comencé a marcarle a Brandon, esperaba no interrumpirlos. Un timbre, dos, tres, cuatro y nada. Le envié mensajes y notas de voz sin obtener respuesta, ¿qué tanto hacían? Suspiré un poco frustrado. Marqué una vez más su número y al fin me contestó.
ESTÁS LEYENDO
Contigo, nunca © [Pronto en Amazon]
General FictionPRÓXIMAMENTE EN FÍSICO Amores que curan Libro 2 (POSEE SPOILERS, YO TE ACONSEJARÍA LEER ANTES: EL LIBRO 1: "CONTIGO, SIEMPRE") Él no era el típico mujeriego; al contrario de muchos hombres, él había pasado parte de su vida buscando a su gra...