Capítulo 16

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Fire meet gasoline - Sia

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El día de partir llegó.

Y estaba emocionada, conocería un lugar bellísimo y con una estupenda compañía, trabajaríamos escasas horas en el día, a excepción de la negociación que seguramente nos llevaría toda una mañana o tarde, no sé, pero por lo demás, me entusiasmaba la idea de ir a la playa, de llenar de aire salubre mis pulmones, sentir la arena bajo mis piel, el agua fría en mi cuerpo, el sol. Pero a su vez, me tenía inquieta ante la anticipación de todo lo que podría pasar en ese paraje, alejados de todos los que nos conocían, en un lugar donde podíamos ser lo que quisiéramos.

Todo el viaje fue agotador pero he de admitir que con la compañía de Charles fue bastante llevadero, vimos películas y conversamos de todo y nada, compartíamos silencios que no tachaban en la incomodidad, pues nos dábamos espacio. Y en esas horas pude comprender en mediana manera que él como amigo era grandioso, no era insinuado o abusivo, era como si tuviera trazada una línea que le dictaba un límite que no debía sobrepasar, ¡diablos! Moría por tentarlo a cruzarla.

Luego de pasar el checking en el hotel nos dieron las tarjetas o llaves para nuestras habitaciones, que estaban una al lado de la otra. Y no sabía si era suerte o ya un juego del destino. Así como, nos dieron el itinerario de esos cinco días, así como nos informaron que el señor Villanueva, nos había reservado en un restaurante para darnos la bienvenida.

—Si gustas, vamos a descansar un poco y luego nos reunimos para salir a recorrer la ciudad, ¿te parece? —Asentí con la cabeza, el hotel estaba muy cerca de la playa, por lo que el aire era más caliente y salobre.

—Me encanta la idea, vámonos a la habitación entonces... —Abrí mis ojos como platos, entendiendo que lo que había dicho se podía prestar para malos entendidos—... lo que quiero decir es que tú vayas a tu habitación y yo a la mía, eso —aclaré, un poco torpe, debo de admitir. Charles soltó una risotada.

— ¿Quién pensó lo contrario? Tranquila, entendí el mensaje... — ¿Qué? Fruncí el entrecejo, ¿qué quería decir eso?, ¿qué mensaje? Sin embargo, no me atreví a hacer la pregunta en voz alta.

Contigo, nunca © [Pronto en Amazon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora