Capítulo X

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Luego de terminar el entrenamiento, Sasuke, Sarada y Shisui se fueron caminando rumbo a su casa, la noche estaba demasiado tranquila y agradable para caminar. Ninguno de los tres era muy conversador pero caminaban en un silencio agradable.

Sasuke y Sarada pararon en seco y se miraron inmediatamente.

-¿Lo sentiste? – preguntó Sasuke a su hija.

- Si, es el mismo chakra que me atacó – dijo Sarada cuando trataron de percibir de dónde provenía éste ya había desaparecido.

-¡Maldición! Desapareció... - dijo Sasuke frustrado.

Un grito los alertó a los tres a Shisui se le oprimió el pecho ya que conocería esa voz en cualquier parte.

-¡¡Itachi!! Ese grito fue de mi hermano – Shisui comenzó a correr desesperado, Sasuke y Sarada lo siguieron de cerca. Shisui era el más afectado ya que al ser mellizos tenían una conexión que iba más allá de los lazos de sangre.

No fue mucho lo que tuvieron que avanzar ya que Itachi venía corriendo en su dirección, no alcanzó a llegar a ellos ya que su andar era muy inestable y cayó de rodillas al suelo llorando desesperadamente. Shisui fue el primero en llegar con su hermano y lo tomó de los hombros para que lo mirara.

-Itachi qué te sucede... Hermano cálmate ¿qué pasa? – Itachi golpeaba el suelo de rabia mientras las lágrimas salían de sus ojos sin parar. Sasuke también se puso junto a él y lo ayudó a incorporarse.

-Itachi qué pa... - Sasuke no terminó su pregunta porque en ese momento el pelinegro abrió sus ojos para mirarlos, los tres se sorprendieron.

-Sharingan – dijo Sarada y la preocupación se apoderó de Sasuke.

-Itachi ¿¡qué pasó!? – Dijo Sasuke a punto de perder sus nervios.

-fue mi culpa... ¡¡FUE MI CULPA!!! – Dijo rompiendo nuevamente a llorar – si le hubiese avisado a tiempo... ¡¡si no hubiese sido un cobarde!! ¡¡¡Él la mató y yo no pude hacer nada!!! ¡¡¡MATÓ A MAMÁ Y YO NO HICE NADA!!! –Sasuke abrió sus ojos y el pánico se apoderó de él, Sarada y Shisui también quedaron petrificados al escuchar las palabras de Itachi.

-¿Ma...má?- Dijo Shisui a punto de romper a llorar, Sarada estaba en iguales condiciones pero como Anbu debía ser fuerte y contener a sus hermanos.

- Sarada, lleva a tus hermanos a la casa de Naruto... los veré ahí – dijo Sasuke lo más calmo que pudo.

Sarada asintió, si bien se moría de ganas de ir con su padre, debía soportarlo y ser fuerte por sus hermanos, Itachi cayó inconsciente por el shock y ella lo cargó en su espalda.

-Vamos Shisui – el pequeño siguió a su hermana en completo silencio y fueron rumbo a la casa Uzumaki.

Sasuke corrió a toda velocidad a su casa, se negaba a creer que su esposa estuviera muerta, simplemente no podía estarlo y no solo ella, también el hijo de ambos que venía en camino, su pulso se aceleraba cada vez más, con cada paso que daba el miedo se apoderaba con más fuerza de él, no era cierto, Sakura no, no su Sakura.

Entró y notó que en el patio de su casa había rasgos de batalla, estaba todo silencioso, miró a su alrededor hasta que por fin la vio. Estaba en el suelo, inerte y bañada en sangre. El corazón del Uchiha se detuvo por un momento, imágenes de sus padres bañados en sangre llegaron a su mente sin poder evitarlo, cerró sus ojos para alejar aquellos pensamientos y se acercó a ella, se arrodilló y la puso entre sus brazos, algo llamó su atención, su cuerpo aún estaba tibio, la apoyó contra su pecho y vio como el sello del byakugo estaba activo y las marcas rodeaban a la pelirosa. La herida de su pecho aún estaba pero era pequeña a comparación al agujero de su ropa. Acercó su oído al pecho de su mujer y su corazón latía, débil pero lo hacía.

Una misión inesperadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora