Epílogo

1K 56 9
                                    


Todo era fiesta en las calles de Konoha, toda la aldea se había reunido a las afueras de la torre del Hokage, mientras que en la casa Uchiha, dos jóvenes de aproximadamente quince años estaban terminando de alistarse.

-Shisui, ¿Has visto mi bandana? – preguntó Itachi mientras revolvía todo en su habitación.

-Si mamá ve este desorden te va a regañar – Dijo Shisui a su hermano, luego se percato de que alguien pasaba por la alfombra de la casa – mmm... hermano, creo que ya encontré tu bandana – dijo Shisui con una gota en su cabeza.

-¿Dónde? – Itachi miró a la dirección que su hermano miraba y palideció – No, ¡Mikoto! ¿Por qué siempre tomas mi bandana para morderla – Itachi se acercó a su pequeña hermana de solo ocho meses y le quitó su bandana.

-Le están creciendo los dientes, necesita morder, de cualquier forma creo que tendrás que limpiarla, está llena de baba – se burlo Shisui.

-Te ríes porque no es a ti a quien le toma las cosas – Dijo Itachi un tanto fastidiado - ¿Qué haré contigo? Eres una traviesa – Itachi acarició los rosados cabellos de su hermana, le era difícil disgustarse con ella.

-¿Ya están listos? – Sakura apareció rápidamente y tomó a su hija en brazos – debemos irnos, su papá se adelantó.

Los mellizos asintieron, se ajustaron sus trajes de color blanco y salieron hacia el centro de Konoha.

Sasuke estaba en la torre del Hokage esperando a su esposa e hijos.

-Ya estamos aquí – dijo Sakura y Sasuke asintió al verlos llegar – Ten, puedes cargarla por mi – Sakura puso a Mikoto en los brazos de su padre y luego todos fueron a sus posiciones.

-¡Oye! No hagas eso – dijo Sasuke a Mikoto que comenzaba a morder la ropa de su padre – Mikoto, me estás babeando – Sasuke miró los verdes ojos de su pequeña hija que seguía concentrada en morderlo.

-No te quejes... ella adora estar contigo – dijo Sakura observándolos. Sasuke suspiró y trató de quitarle a Mikoto las mangas de su ropa.

Los fuegos artificiales comenzaron a sonar en las alturas de la torre y Naruto hizo su aparición.

-Ya que todos estamos aquí, comenzaremos con la ceremonia del nombramiento del Octavo Hokage. Él... o más bien dicho Ella, ocupará el lugar del que hasta ahora sigue siendo el Séptimo Hokage, Naruto Uzumaki, ttebayo! No puedo dejar el puesto en mejores manos – Dijo Naruto orgulloso – Esta mujer, asumirá el mando y procurará proteger a la aldea en todo momento y también está en sus manos enseñar a las futuras generaciones lo que significa pertenecer a Konoha y heredar la voluntad de fuego... Todos ya la conocen – El rubio hizo una pequeña pausa y continuó - Les presento a la Octava Hokage... Sarada Uchiha.

Sarada caminó hasta llegar junto a Naruto, la capa colgaba por sus hombros y Naruto puso el sombrero de Hokage sobre sus negros cabellos con una alegre sonrisa.

La gente de la aldea aplaudía hasta cansarse, Itachi y Shisui gritaban de alegría por su hermana, Sakura no pudo evitar derramar un par de lágrimas de la emoción y Sasuke miró con orgullo como su hija saludaba a la gente. Recordó a su hermano y sonrió. Sabía que donde quiera que estuviera, su hermano estaría presenciando ese momento. Miró a su esposa y pasó su brazo libre por los hombros de ella. Sarada seguía saludando feliz a su gente y solo un pensamiento llegó a la mente de Sasuke Uchiha: 'Finalmente la maldición de odio de los Uchiha, había llegado a su fin'


FIN...

Una misión inesperadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora