→En la foto: Nadine Gilbert.
♫ —Capítulo Corregido— ♫♡
—Tienes permitido usar la fuerza bruta y los disparos en caso de muerte segura, de otra manera deberás arreglártelas para ponerlos bajo control sin que te maten antes. —La persona que le hablaba tan seriamente sacó un arma de uno de los tantos cajones que había en su escritorio y se la tendió por encima de la mesa—. En caso de descontrol completo usarás el gas pimienta, pero no puedes causarles heridas de gravedad, porque ellos tienen todo el derecho a demandarte si quieren hacerlo. Evita liarte con cualquiera de ellos, ten cuidado con cada uno en particular porque son increíblemente hábiles para engañar. No debes olvidar, bajo ningún motivo que son asesinos, violadores, narcotraficantes, ladrones y...
—Woah, woah... —Lo atajó la chica que estaba sentada frente a él— ¿Estas cositas son tan crueles?
Estaba escéptica. Y como para no estarlo. Las fichas de cada uno indicaban qué cargos tenían, estado mental y otra información de importancia, pero realmente había que admitir que aquellas descripciones no tenían nada que ver con las fotografías de ninguno.
El hombre que le hablaba, su jefe, por cierto; suspiró y asintió con la cabeza. Le arrebató la carpeta con las fichas de cada individuo y los miró rápidamente.
—Ya de entrada te tienen engañada. Sé que no parecen criminales. —Enarcó una ceja al pasar por la fotografía de un muchacho de cabello azabache, con ojos de igual color que sonreía y armaba un corazón con sus manos—. Pero no es por nada que están donde están.
—Con todo respeto. —Comenzó a decir ella, poniéndose de pie—. Realmente dudo tantísimo de que esto sea una especie de amenaza. —Sonrió con ternura mientras que señalaba la fotografía de un chico de cabellos rubios largos y lacios con ojos azules brillantes. Poseía una sonrisa tierna y estaba sonrojado— ¿Ve? Ha de tener como mínimo dieciséis años.
—Cuando lo arrestaron tenía dieciséis años. —La corrigió su jefe—. Lo juzgaron como adulto por la forma tan despiadada y cruel que tenía de matar. Y su estado mental está perfecto dentro de lo que podemos llamar normal para un criminal. Ahora tiene diecinueve y es de cuidado.
Ella seguía escéptica y su mente se cerraba a la idea de ver a cualquiera de aquellos hombres como una amenaza. Tan solo eran un poco extraños, nada más.
La oferta de trabajo le había caído del cielo prácticamente. Justamente en el momento en el que estaba aburrida de aplastar un cojín en una silla y pasarse ocho horas diarias frente a un ordenador ordenando papeles importantes, llenando formularios y arreglando citas para su jefe. De un día para el otro, este decidió que era hora de darle un ascenso siempre y cuando ella lo aceptara.
Y claro que iba a hacerlo. Imposible dudar de un empleo en el que recibes más de 50.000 dólares al año, tienes que hacer poco más que asegurarte de que unos cuantos hombres se mantengan en su lugar en una casa enorme y ya.
Sonaba sencillo. ¿Verdad? Y además, si lograba hacerlo por determinado tiempo, finalmente sería ascendida al rango de sub jefa de la división especial ANBU, como deseaba desde hace tanto tiempo.
Era agente especial y psicóloga, ambos trabajos a medio tiempo o cuando le cayeran, pero últimamente había tenido algunos problemas para conseguir empleo y tuvo que contentarse con el puesto de secretaria en una organización secreta de su país.
Claro que no tenía idea de cuánto tiempo sería eso. Al menos no hasta ese día.
Nadine Gilbert, extranjera salida directamente de Londres a Konoha, veintiún años, mujer estudiosa de clase media, con grandes sueños para el futuro, midiendo 1,68 cm, pesando poco más de 53 kg. Y aspirando a ser una gran psicóloga o de plano una gran agente, se prestaba para lo que sería el empleo más complicado y enrollado que jamás iba a tener aunque no tenía idea de ello al comienzo.
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Una Niñera para Akatsuki. [En Edición]
JugendliteraturSon sexys, son raros, son criminales, son Akatsuki. ¡Un Momento! ¿Entonces que está haciendo ella metida en un lugar como ese? Es obvio: metiéndose en la mismísima boca del lobo. © M.Kishimoto | Tokyo TV.