Una Niñera para Akatsuki. [En Edición]

Capítulo 3: «Juguemos al Gato y al Ratón».

→ En la foto: Itachi Uchiha.
✿Capítulo Corregido✿.

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Luego de haberles hecho el almuerzo y de haber hecho unas cuantas tareas más que le correspondían, tomó su celular y marcó el número de su jefe. Tenía que preguntarle algunas cosas muy importantes.

—Habla Hatake... ¿Qué se le ofrece?

—No te hagas el tonto, tienes identificador de llamadas. —Le ordenó ella y recibió una risita por respuesta—. Pensé que estaban en una casa con máxima seguridad y en condiciones precarias, pero estos tipos tienen más plata que el hokage.

—Es de entender. —Comenzó a explicarle Kakashi—. Han salido de la mafia y tienen familias importantes, que contribuyen mucho con el gobierno. No los podíamos tener en una cárcel o en un lugar con condiciones bajas.

— ¿Mafia?

—Sí... ¿No te dije que eran salidos de la mafia? —Preguntó Kakashi.

Casi podía imaginárselo rascarse la nuca mientras que ponía cara de confusión. Gruñó y dijo:

—No, creo que olvidaste decirme ese pequeñísimo detalle.

—Bueno, perdón. —Se rió nerviosamente el hombre—. El punto es que son «importantes» dentro de los límites en los que podemos ponerlos. El barrio privado fue comprado exclusivamente para ellos. La mafia iba a dejar que los arrestaran si cuando fueran a prisión en lugar de ir a una prisión real fueran a parar a ese lugar. Es obligatorio que quien se encargue de ellos, en este caso tú, tenga que cumplirles cada uno de sus caprichos.

—Claro, eso también olvidaste decírmelo. —Volvió a gruñir Nadine.

—Bueno, que tengo mala memoria, ¿eh? ¡Aparte si te lo decía no ibas a aceptar!

— ¡Por supuesto que no iba a aceptar!

—Cambiando de tema... ¿Cómo te va? ¿Todo en orden?

—No, uno de ellos dijo que me tiene apartada por la noche porque quiere divertirse conmigo. —Le contó Nadine, con tono despreocupado, pero solamente para darle un toque de sarcasmo obvio—. O sea, seré violada esta noche. ¿Estás feliz?

—Bueno, Nadine... Siempre puedes defenderte.

—Si lo dejo sin descendencia me demandan, hombre. ¿Cómo quieres que me defienda si no es pateándole los huevos?

— ¡Ouch! Suave, suave, que soy hombre. —Se quejó Kakashi.

—Justamente por eso te hace falta cerebro, ahora debes decirme qué hago.

Era notable que más allá de ser jefe y subordinada, eran amigos. Muy buenos de hecho, sobre todo porque Kakashi es amigo de la familia de Nadine desde hace muchos años. De hecho, cuando ella se mudó a Japón, sus padres le pusieron la condición de que debía dejar que Kakashi la cuidara. Claro que ellos no sabían que el peli blanco no servía ni para cuidarse a sí mismo. Al menos en la mayoría de los casos.

—No voy a mentirte. No tengo ni idea.

—Ah, claro, claro. Y después vas a llorarme en una tumba cuando me maten, ¿no?

—Ah, o sea que finalmente te diste cuenta de que pueden llegar a matarte si quieren. 

—Bueno... —Se puso incómoda Nadine—. Como que capaces, los veo. Eso no quiere decir que...