Capítulo 4: «Deidara-Senpai». [Editando].

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→En la foto: Sasori.
Advertencias: out of character en Tobi y algo en Itachi.

—Gracias, Tobi...La verdad que ya me habían comenzado a doler las muñecas-agradeció Nadine, al azabache que la miraba sonriente.

Había algo en él que no le cerraba, pero de todas maneras, era el más amable y también el que se mostraba más dispuesto a ayudarla de toda la mansión.

—Así que Sasori-Sama estuvo jugando otro de sus usuales juegos...-observó Tobi.

Nadine no respondió, se limitó a mirarse las muñecas con atención. Le dolían y las tenía rojas. Tobi le tomó ambas manos y observó con atención las marcas rojas. Un mechón de lacio cabello azabache se le desacomodó al muchacho y calló sobre su vista. Nadine se sonrojó levemente porque había que admitir que como mujer que era podía admirar perfectamente lo guapo que era, mientras que el hombre decía:

—No creo que vaya a hacerte moretón. No estuviste demasiado tiempo esposada.

—Gracias-agradeció ella.

Y se miraron a los ojos por unos cuantos segundos. Entonces ella le acomodó aquel mechón de cabello detrás de la oreja y Tobi sonrió:

—De nada, Nadine-Chan.

Ella se puso de pie y comenzó a irse de la habitación, fue entonces cuando Tobi le dijo:

— ¿Sabe? Creo que debería tener cuidado con Deidara-Sempai. Él...Es extraño.

Nadine recordó la fotografía del chico de dieciséis años que lucía tan avergonzado en su carpeta de expedientes y sonrió. Realmente aquel muchacho no le parecía demasiado raro.

—No te preocupes. Voy a estar bien. Además...A estas alturas ya nada puede sorprenderme. No luego del desfile de marionetas.

Y se fue, sin decirle nada más y prometiéndose no volver a mostrar debilidad frente a él. Podía lucir bueno y simpático, pero estaba en aquel sitio por algo y no debía permitir que sus actitudes y su rostro la engañaran. Podía ser guapo y servicial, pero seguía sin cerrarle y eso quería decir que algo en él no estaba bien. Como si hubiese una pieza del rompecabezas que no encajara en su lugar.

Vale, le había advertido sobre Sasori y ahora con Deidara, podía decirse que quería mantenerla alerta con respecto a sus compañeros de residencia, pero...No podía ni debía confiar en él.

—Al menos me salvaré de Hidan...-pensó en positivo-Aunque ir a quedarme con alguien tan bizarro y raro como Sasori no me sube el ánimo en lo absoluto. ¿Y si me hago la loca y no voy nada? No...Porque Hidan iría a mi habitación y ahí sería violada.

Bufó sonoramente y dijo:

—Recién es el primer día y ya estoy metida en varios embrollos. No debí haber aceptado este empleo, no debí haberlo hecho.

—Estoy seguro de que Kakashi te dijo que las apariencias engañaban-dijo un muchacho desde una puerta abierta que tenía a su costado izquierdo.

Era Itachi y lucía tan serio como Sasori, la diferencia era que el azabache que tenía enfrente no evitaba mirarla a los ojos como el pelirrojo marionetista.

— ¿Y cómo sabes eso?-preguntó.

Itachi sonrió de costado y extendió un brazo hacia ella. La tomó de la muñeca y la hizo entrar a su habitación. Cerró la puerta y le pasó el pestillo.

Una Niñera para Akatsuki. [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora