Capítulo 5: "Katsu, Jashinismo y un Uchiha pervertido"

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(En la foto: Tobi, sí, así se ve *¬*, pero sin el arma)

N/A: Cuando Nadine está cubierta de arcilla, sólo imaginen lo que le pudo haber pasado. Creo que este cap ya estaba corregido, perdón si se me escapó algún detalle...

—Muy bien, esta parte es importante, cuando vayas a activar la dinamita, debes gritar “Katsu”-explicaba el rubio, emocionadísimo.

Resulta que Deidara se estaba encargando de explicarle a Nadine todo el proceso que sus creaciones de arte implicaban.

Primero debía crear la arcilla “especial”. La misma llevaba, como es lógico, arcilla normal y pólvora, sí, pólvora.

Claro que cuando Deidara mencionó la palabra “pólvora”, Nadine había fruncido el ceño y había dicho:

“Un poco más y le dan un plan detallado para escapar de este lugar.” Había sido ignorada olímpicamente y terminó moldeando su propia escultura. El trabajo, debía admitir, le había encantado, había hecho un pequeño modelo de una niña que a su parecer había quedado bastante bien, pero que a la vista de Deidara era poco más que una “basura”, lo cual la había puesto de malas y, para completar, el rubio le había dicho que lo que seguía en la agenda era hacer volar en pedazos las esculturas.

Por supuesto, había reprochado diciendo que le había tomado bastante tiempo moldear su muñeca como para que ahora él viniera a decirle que tenía que hacerla volar en pedazos.

“Me hubieras dicho antes y hubiese hecho algo ridículamente feo y simple.”

“Pero si lo que hiciste de hecho es espantoso.” Había dicho Deidara, como quien no quiere la cosa y se había encogido de hombros.

Ahora se encontraban en el jardín delantero, con sus respectivas esculturas a una distancia prudencial, mientras que unos cables salían de ellas y se conectaban a dos pequeños controles con un interruptor, lo que se supone, debía detonar la pólvora que las esculturas tenían dentro.

— ¿Ketchup?-preguntó ella, que había oído mal- ¿Para qué quieres salsa de tomate?

—No, estúpida…-bufó el rubio- ¡Katsu! No Ketchup.

—Pues te aviso que yo le diré Ketchup…-se encogió de hombros la azabache.

—Que molesta eres-se quejó el irritable muchacho-En fin, contamos tres y las hacemos explotar, será muy divertido, ya verás.

—Sí, divertidísimo. ¡Me costó hacer la estúpida muñeca como para que me vengas a decir que debo destruirla!

—Puedes hacer otra luego, sólo haz lo que te digo, me estás comenzando a cansar, Nadine.

Hubo un silencio que duró unos cuantos segundos y luego Deidara dijo:

—Katsu ¿eh? Di Katsu o te arrepentirás.

Nadine sonrió de costado con cierto aire de picardía y asintió con la cabeza. Ambos contaron hasta tres y gritaron.

— ¡Katsu/Ketchup!

Y minutos más tarde estaba de camino a su habitación, repleta de arcilla para moldear mezclada con pólvora.

¡Y cómo no! Tenía que encontrarse con un tarado que le echara en cara lo torpe que se veía de esa manera. Y claro, ¿qué otro estúpido podía ser si no Hidan?

— ¿Dónde estabas metida? ¡Vas tarde para el ritual de rezo!-entonces la miró bien y se atacó de risa, realmente no podía parar.

Y es que Nadine tenía arcilla por todos lados: Cabello, nariz, boca, manos, piernas, torso… ¡En todos lados!

Una Niñera para Akatsuki. [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora