Consulta: ¿especializarse?

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Me encantó esta consulta y quien me la planteó por privado me solicitó conservar el anonimato.

La cuestión planteada dice así:

«¿Es conveniente escribir sobre varios géneros o es mejor especializarse en sólo uno? Te lo pregunto porque he visto que aunque tenés varias obras sobre romance, estás escribiendo una sobre fantasía. Saludos y muchas gracias.»

En primer lugar valdría un poco el aclarar eso de los géneros. Ninguna obra, absolutamente ninguna, puede jactarse de pertenecer a un género químicamente puro. Si eliges ciencia ficción, por ejemplo, ¿cómo podría hacerse para que NO contenga aventura, o romance, o suspenso, o terror, o épica, o algo que permita que, además de hablar de ciencia, sea ENTRETENIDA? De todos los géneros, el que más se prestaría para tratarse por sí mismo, quizás, sea el de terror; pero si lo piensas bien, ni ese.

Esto queda más claro si digo un par de palabras sobre la novela que ahora me tiene entusiasmada: «El Príncipe Dragón». Es una novela de fantasía por los seres fantásticos que en ella aparecen y lo que hacen, pero la trama es romántica  y tiene sentido sólo en un contexto épico, como es la Guerra de Genpei, hecho registrado en la historia de Japón. No puede calificarse de épica porque no es esa la materia que inunda la novela, aunque resulta clave para explicar lo que en ella sucede. Podría ser calificada de romance, pero como no se limita a este mundo y los simples humanos, calificarla así confundiría al lector que generaría una expectativa que luego se le desdibuja (Acuérdate: NUNCA HAY QUE DEFRAUDAR O ENGAÑAR AL LECTOR). Ahora bien, ¿qué esperaría un lector en una novela de fantasía? Situaciones fantásticas, seres fantásticos, lugares fantásticos y tal. Pero, ¿qué harían esos seres fantásticos? Algo que sea atrayente para el lector, habría que envolverlos en situaciones fantásticas (superpoderes, magia, etc.) Y eso va desde una simple lucha entre el bien y el mal, la luz y la oscuridad o como quieras ponerle, hasta la misma ciencia ficción que no es más que fantasía disfrazada de ciencia. ¿Podría aparecer algún romance? ¿Podría tener suspenso? ¿Podría llevar a que el lector, aunque sea en algunos puntos, se aterrorice? Una novela sin nada de eso, exige un gran dominio de la sicología de los personajes a fin de lograr una obra de más de cien mil palabras con un recurso tan concreto.

Es por eso, (sin entrar en más detalles a no ser que alguien lo solicite) que la inmensa mayoría de las novelas, por no decir casi todas, tienen un género característico, preponderante pero no químicamente puro. La épica de El Señor de los Anillos  o el duelo personal («mini-épico» si se me permite la expresión) de Harry Potter, no excluye el suspenso y el romance, incluso el juego velado de las relaciones ambiguas entre algunos de sus personajes. Y lo mismo puede decirse de una novela histórica. Eso no quita que haya algunas novelas románticas (del sub-género que algunos llaman despectivamente «novelas rosa») donde se relata un romance que a lo más tiene algunos sobresaltos. Pero una de las claves para que una novela así tenga atractivo, es la adecuada, equilibrada y proporcionada mezcla de géneros, lo que enriquece la experiencia subjetiva del lector. No se trata de hacer un arroz con mango, sino de condimentarla. Si hierves unos fideos y les echas tomate por encima, no está mal, pero lo que hace sabrosa a una buena salsa de tomate, son el orégano, el tomillo, la nuez moscada, la pimienta, la sal y esas cosas. Con los fideos con tomate no te mueres de hambre, pero de seguro no disfrutarás tanto la comida. Por ponerle orégano y tal, la salsa no deja de ser de tomate, así como los matices de género (sus condimentos) no desmerecen el género principal de una novela. Como ya había dicho en algún capítulo anterior, si yo relatara con total objetividad (si se pudiera) y asepsia ideológica y artística la caída de Granada en manos de Isabel y Fernando, por ejemplo, estaría escribiendo un libro de historia y no una novela. Y no mencionemos las novelas de caballería sin cuyos romances subyacentes, no tendrían ningún sentido (el Quijote, por ejemplo); o la exquisita ensalada que nos presenta Star Wars (la original, obviamente: Fantasía/Jedis; romance/Anakin; épica/todo -jaja-; etc.)

Cómo se escribe una BUENA novelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora