XIV - Efectos: El primer capítulo (2a. parte)

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Se había dicho que tu novela comenzará con el primer capítulo y éste, a su vez, con el primer párrafo. Asimismo, se dijo que comenzará con el acto primero, o sea, el planteamiento del problema y que es necesario empatar adecuadamente ambos aspectos, de forma tal que el planteamiento ocupe uno o varios capítulos teniendo siempre claro que ya sea que se ocupen uno o varios, el acto primero, el planteamiento, debe ser una unidad narrativa completa y autosuficiente que responda a su propia naturaleza.

Por esa misma necesidad de mantener la unidad narrativa, si el planteamiento ocupa un solo capítulo o varios, requerirá un distinto tratamiento, diferencia que se manifiesta, principalmente, en el final de cada uno.

1. De los finales de capítulos en general

Si lo piensas bien, tu novela tratará sobre uno o varios problemas (planteamiento) cuya solución pasará por todo un proceso (nudo o desarrollo) y que no llegará sino hasta el final (desenlace). En el desarrollo relatarás qué va sucediendo con ese problema, que para distinguirlo de lo que trataremos a continuación, llamaremos el «Gran Problema», qué le sucede al protagonista, qué hacen los otros personajes, etc. Ahora bien, la riqueza de la trama vendrá dada, entre otras cosas, por una serie de problemas (que aquí pondremos con minúscula) que acontecen y complican la solución del Gran Problema; problemas secundarios que deberán ser resueltos uno a uno. Son estos problemas secundarios los que también te darán una guía sobre la posible división de la novela en capítulos. De esta forma, la combinación entre escenas y problemas relacionados, permitirán que aparezcan en forma natural las pausas que lector requiere en su lectura y a las que me referí en el capítulo anterior.

Tomando en cuenta este punto, cada problema secundario deberá ser resuelto; y si es sencillo podrá resolverse dentro de un mismo capítulo o por el contrario, ocupará varios. Si ocupara varios, debe resultarte obvio que la solución a dicho problema se planteará sólo al final de dicha serie y por lo tanto, los capítulos anteriores deberán dejar el problema abierto, es decir, sin solución. Esto es importante pues se refiere precisamente al cierre de los capítulos y en concreto al capítulo primero que es el que estamos tratando; y por lo tanto, nos permite ver, como indican los libros, que un capítulo puede terminar de dos maneras distintas: dejando el problema abierto o solucionándolo.

A. Dejando el problema abierto

Lo primero que debes tomar en cuenta es que, aunque quede el problema abierto, el capítulo debe terminar de forma tal que provoque la pausa del lector. Dicho de otra manera y en sentido contrario, no debe terminar dejando en el lector la sensación de que te has olvidado de seguir, o está incompleto o que la interrupción no tenga sentido. El lector debe asumir con toda naturalidad que el capítulo está terminado porque tiene un cierre, a pesar de que el problema o escena que estás tratando, sigue abierto.

Varios efectos pueden utilizarse en la práctica para lograr esto. He aquí algunos de ellos:

a. Terminar con una pregunta o serie de preguntas. Ejemplo (volviendo a la novela de ciencia ficción La rebelión de Caronte y en una etapa donde el Capitán Pérez —protagonista— ya se ha manifestado como un oficial rebelde):

Luego de que el Capitán Pérez se pudo infiltrar en las instalaciones de la Comandancia e intenta llegar hasta donde están los planos del destacamento oficial en Caronte, el capítulo podría terminar así:

El Capitán Pérez no estaba seguro de que el haberse puesto el uniforme oficial pudiera permitirle caminar libremente por la Comandancia. Cualquiera pudiera reconocerlo o por lo menos reconocer que no era uno de los militares autorizados para estar allí. Dudaba aunque tenía que tomar una decisión: ¿saldría a la luz y caminaría entre la gente arriesgándose a ser reconocido? ¿Se mantendría moviéndose subrepticiamente como un espía común ocultándose de todos?

Cómo se escribe una BUENA novelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora