Fue tan repentina su aparición que no puedo deducir otra idea. Era él.
O... Quizá solo sea mi imaginación tratando de compensar a mis sentimientos, solo porque mi padre no se encontraba para escoltarme, para cubrirme la espalda. La tosca expresión en aquel rostro tan similar hacía que lo pensara más de dos veces. ¿Acaso había cambiado de parecer? ¿Decidió ayudarnos solo porque sí? ¿Decidió... ayudarme? ¿Por qué? Le doy muchas vueltas pero la verdad es que ninguna cosa se me ocurre. Quería chillar de felicidad por verlo, verlo por fin actuando para bien, siendo al fin un apoyo... Lo que siempre he esperado por parte suya. Ahora deseo más que nada que ayude al señor Goku. Quería que se nos una para vencer a los androides. Quería tener la oportunidad para mostrar de lo que estoy hecha para que mi padre deje de decepcionarse de mí.
Quería abrazarlo, más que otra cosa.
— V-Vegeta...—La voz de Krilin se oía tan sorprendida que realmente no había duda de que era ese hombre—.
<< Claro, soy una idiota. >>
Era obvio que se trataba de alguien más, fue lo más ingenuo de mi parte, lo más pero increíblemente lo más estúpido que se me ha podido cruzar por la cabeza en mi vida, la idea de que mi padre aparecería como el héroe del día, como mi héroe del día, todos esos bonitos pensamientos no pueden ser más que basura ahora. Me ahorré tanto las ganas de soltar lágrimas que me lastime al cerrar tan toscamente los párpados. Había sido en verdad lindo el que apareciera... Una linda ilusión que es destrozada con una buena visión de realidad.
Todo rastro de sonrisa se esfuma.
El señor Piccoro se despertó de golpe al escuchar el nombramiento de ese tal "Vegeta".
Pero quien era este hombre. Lo miré más de cinco veces en un lapso de cinco segundos, pese al gran parecido, pese a los rasgos tan similares a los de mi padre, este no era él, de por lejos. Su cabello era más obscuro y largo, su tonalidad era tan negra que impresionaba a simple vista. Sin duda era más bajo que mi padre, quizá unos diez centímetros. Vestía con un raro pero característico traje, qué llegaría a comparar con un uniforme de escuela.
Este hombre no es mi padre, pese a la parecida mirada llena de odio.
— Kakaroto, acabo de ver todo —Comienza el habla gruesa de este individuo hacia el señor Goku— A pesar de que te habías percatado de tu enfermedad te convertiste en un súper saiyajin.
Desde el suelo se oían los sollozos de agonía del azabache, completamente derrotado, sufriendo cada instante en su estadía acompañada de polvo y sangre, asomándose por toda su boca.
— Imbécil. Por eso ahora tu enfermedad avanzará mucho más rápido de lo que pensabas.
Frunzo el ceño inmediatamente cuando este tal Vegeta repudia al señor Goku, colmandome de furia, corriendo por mi mente la idea de quién era el verdadero "Imbécil" aquí.
— Tsk. —Rechino los dientes—.
<< Está sufriendo y lo único que hace es gritarle como si fuera basura. >>
— Tú sabes que mi objetivo siempre ha sido destruirte.—A penas dictó su última palabra, golpeó con una de sus piernas el cuerpo entero del moreno elevándolo hasta los brazos del señor Piccoro—.
— ¡Señor Goku! —Grito desesperada. Era sin duda un desgraciado...—.
Gohan y yo atendemos al hombre que yacía ahora en la tierra, aún con muchos alaridos por soltar, todos sus amigos se acercaron de lo más abstraídos que pueden delatar sus rostros y voces—.
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La Inocencia del Corazón
FanfictionDesear una vida corriente no era lo complicado. Pero gozar de una, era el anhelo de esta mortal. Aun así era consciente en mis cinco sentidos que no era alguien ordinario. Además, se transformaría en una meta insoluble si tú y él seguían en el trans...