Capítulo 11

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William POV

Y aquí estaba de nuevo yo tocando a la puerta de su casa, no quise tocar el timbre por miedo a despertar a los niños si es que ellos estaban durmiendo, esperé pacientemente a que ella abriera la puerta y cuando lo hizo mi respiración se quedó estancada; era tan hermosa y sabía que ella no se daba cuenta.

Si bien no conocía a la nueva Brooklyn, parecía como si después del coma me hubieran entregado una Brooklyn completamente diferente en prácticamente todo, de todas maneras había pequeños gestos que seguían ahí, los cuales me hacían creer que todo podía volver a la normalidad, seguía teniendo un pequeño rayo de esperanza para que ella volviera a recordar, qué más quisiera decir que siempre era optimista pero no, eso sería mentir brutalmente.

Y todo se complicaba aún más cuando los veía juntos, recuerdos desagradables venían a mi mente como si de una película se tratara, pero debía admitir que ella se miraba feliz, tenía una sonrisa en su rostro cuando estaba con él y sin duda alguna ella se merecía sonreír.

-Buenos días- aún se encuentra en pijama, una punzada en mi pecho se hace presente al verla, ese pijama yo se la regalé.

-Buenos días, espero no haberte despertado, o a los niños.

-Oh no, de hecho yo ya tenía rato despierta, los niños aún no se levantan. Pero pasa si quieres.

Así lo hago junto con las bolsas que cargo, ella las observa y cuando veo que la duda crece en su cara me detengo.

-Es la ropa que tenía tuya en mi casa- sus mejillas se colorean un poco de un rosa muy leve mientas aprieta sus labios.- No es que te cierre las puertas de mi casa, siempre las tendrás abiertas pero supongo que querías tu ropa de regreso.

-Pues no sabía que había ropa mía en tu casa, pero gracias por esto.

-No hay nada que agradecer. Por cierto, ¿todo bien en el trabajo? No pude evitar notar al par de policías que están estacionados fuera.

-¿Wyatt no te lo ha dicho aún?

-Wyatt no me cuenta lo que habla contigo, aunque no lo creas.

-Pues como te contó que yo no iba a tomar las terapias pensé que también te había dicho esto- niego.- Jeff puso de nuevo vigilancia, hace un tiempo vino un tipo diciendo que era detective y que estaba investigando un robo que sucedió en ésta calle, fue mentira y Jeff tiene miedo de que sean los matones de la otra vez. Es mera precaución.

Lo primero que pienso es en decirle que empaque ahora mismo y que tome a los niños, que nos vayamos a mi casa y que es una decisión irrefutable pero me quedo callado viéndola, no la voy a volver a cagar.

-Pues cuando lo necesites puedo buscarte un buen hotel o te puedes quedar en casa de mis padres, ellos estarán encantados en recibirte a ti y a los niños.

Sorpresa y un poco de decepción veo en sus ojos, no lo comprendo del todo pero lo dejo pasar.

-Vale, gracias, pero Wyatt ya me ofreció su casa- y ahí mete más el dedo en la herida. Muerdo mi labio con fuerza para concentrarme más en ese dolor y no pensar en tonterías.

-Me alegro, el departamento de mi hermano es muy lindo- su frente se arruga un poco pero rápidamente cambia el gesto.

-¿Quieres un café mientras se despiertan los niños?

-Gracias- la acompaño a la cocina y me siento en una de las sillas, aunque me duela me alejo más de ella, debo respetar su espacio a menos que quiera agua hirviendo caer por mi cabeza.

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