Capítulo 13

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Brooklyn POV

Llegué a casa con un enojo de los mil demonios, quería aventar la pañalera lo más lejos que alcanzara pero no quería tener que recoger el tiradero que haría con ello, además que se encontraban los agentes afuera y verían el espectáculo. Camden, alías el agente Montgomery, se bajó de la patrulla y se encaminó hacia mi auto.

-Hola, Brooks ¿te ayudo con los niños?- me da un beso en la mejilla en modo de saludo, siempre hay un cambio de agentes por las tardes que se quedan hasta en la noche y luego vuelven a hacer cambio.

-Hola, Cam, te lo agradecería bastante- me sonríe y se pone a desabrochar el cinturón del car sear de Andy y luego el de Kim, él carga a ambos sin problema alguno y yo sólo puedo pensar en apuñalar a personas, obviamente a Camden no.

Saco a Allen y la pañalera y entro a la casa.

-¿Quieren un vaso de agua, jugo?- le ofrezco a Camden antes de que salga.

-No gracias, Connor y yo acabamos de comer antes de llegar aquí.

-Bueno, ya saben que si necesitan cualquier cosa pueden venir aquí, si quieren pueden pasar, total todo ha estado muy tranquilo en estos días.

-Jeff nos despide y luego nos mata si no estamos en nuestro lugar.

-De acuerdo, tengan cuidado ¿sí?- no sé de dónde me ha salido tanta preocupación pero siento un déjà vu.

-No te preocupes, Brooks- me guiña un ojo antes de irse.

Bueno, tengo que ponerme a recoger la casa ya que por andar yendo temprano al mentado desayuno no hice nada en casa, todo fue en vano. Ahora vuelvo a estar enojada y con ganas de matar al primero que se me atraviese. Pongo a Kim en su andador y a los niños los pongo en unas sillitas cerca del sillón para que vean las caricaturas y les doy sus juguetes.

Poco tiempo después el timbre de casa suena, quiero gritar que quién osa de interrumpirme en mi limpieza, acabo prácticamente de venir de la sala ya que había ido a ver a los niños, Kim jugaba con sus muñecas, Andy se había quedado dormido y Allen estaba embobado con las caricaturas.

Me congelo al ver a William parado frente a mí.

-No me cierres la puerta en la cara, por favor- dice apresuradamente.

¿Cómo supo que pensaba hacer eso?

-¿Qué haces aquí? Deberías estar en el desayuno de tus padres.

-Mi razón para ir a ese desayuno se fue, bueno te los llevaste más bien y lo entiendo, perdón por llegar tarde- su cara muestra una pena que no me quiero creer, maldición, parezco una escuincla babosa por comportarme y sentirme así, no me entiendo.- Dijiste que fuera por una amiga y por cervezas- él eleva una bolsa.- Vine contigo que eres mi amiga pero obviamente no compré cervezas porque estás amamantando a los niños, en su lugar traje jugo. ¿Te apetece que pidamos una pizza o algo de comer?

Su sonrisa ladeada termina por ablandar mi duro corazón.

-Pasa- esa única palabra le hace sonreír con todos los dientes y entra a la casa.

-En serio lamento lo de hoy- continúa hablando mientras se va a la cocina, le sigo.- Había puesto alarmas para despertarme pero o no sonaron o soñé que las puse.

-Está bien, William.

-Sigues diciéndome William- murmura como si estuviera decaído, se encuentra de espaldas a mí con los hombros decaídos.- Toma.

Al darse la vuelta veo que tiene una rosa amarilla con las orillas pintadas naranjas, es muy bonita.

-Ya no estés enojada por favor, te lo recompensaré quedándome todo el día aquí, claro, si es que me dejas.

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