CAPITULO 5 Los celos de un tifón.

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---Nowaki---

Me desperté y mire que todas las luces de la habitación estaban apagadas, me levante y comencé a encenderlas, ya eran las 7 de la noche, me percaté que mi amado Hiro-san no estaba en la habitación, busque por todos lados y no lo encontré.

Tome las lleves y salí a dar una vuelta para saber si lo encontraba, tome mi celular y comencé a llamarlo, sonaba ocupado y eso me molestaba, se supone que debía traerlo, no me gusta que no lo tenga a la mano.

¿Y si ocurre una emergencia?

Además es un país desconocido al menos para mí, debería de quedarse a mi lado.

Tal vez me siento así porque lo amo y quiero pasar cada minuto del día a su lado, solo nosotros dos, sin que nadie nos interrumpa...

Recorrí todo el hotel tratando de no perderme ya que es bastante amplio y tiene muchas salas, las cuales si no me doy cuenta me llegaré a perder y Hiro-san me regañará.

Camine por el área de las piscinas y cuando estaba a punto de irme vi a lo lejos a mi Hiro-san platicando con hombre rubio, mi castaño tenia enarcadas las cejas y cruzado sus brazos, se veía un poco molesto.

De un momento a otro ese rubio acaricio la mejilla de mi castaño haciéndolo sonrojar, o eso es lo que parecía, así que me acerque a ellos a paso rápido.

-¿Nowaki? –se sorprendió cuando llegue a su lado.

Pase mi mano por su cintura y lo pegue a mí.

-Me preocupe mucho cuando me desperté y no te vi en la habitación. –comente y mire a ese tipo.
-¿Quién es él Hiroki? –sonrió burlonamente.
-Él es... -comenzó a decir mi castaño pero lo interrumpí.
-Soy Kusama Nowaki el amante de Hiro-san. –lo mire.

Mi amado se sonrojo tanto y quería decir algo pero yo tome su mentón y lo bese tiernamente para que a ese rubio le quedará claro que yo soy el único que puede tocar a mi Hiro-san.

-Baka. –gruñó Hiro-san dándome un coscorrón.
-Lo siento. –me sobe.
-Que gracioso, -rio- mucho gusto Nowaki mi nombre es William y soy el príncipe del reino de la rosa.
-¿Reino de la rosa? –pregunte confuso.
-Es un reino que queda por el desierto de Arabia. –suspiro Hiro-san.
-Vaya Hiroki, ¿Cómo sabes de mi reino? –pregunto entusiasmado ese tonta y tomo su mano sin importarle que estuviera a su lado.
-He leído muchos libros, y siempre me intereso conocer ese lugar. –comento mi amor.
-Te puedo llevar cuando tú quieras Hiroki. –sonrió coquetamente.

No aguante más esas malditas propuestas y aventé su mano para que dejara a mi amado, lo mire con desprecio y él solo sonrió burlonamente.

-NO GRACIAS. –gruñí y me lleve a Hiro-san.
-B-Baka, que haces... -protestaba mi amado.
-No quiero que te le acerques a ese tipo, no es de confiar. –comente al subir al elevador.

Afortunadamente solo estábamos nosotros dos, Hiro-san desvió su mirada y yo lo abracé fuertemente.

-Tú eres mío Hiro-san, te amo y no quiero que otro te ponga una mano encima.
-N-Nowaki...
-Te demostraré que tan fuerte es mi amor, por favor no te dejes tocar por otros.
-Maldición Nowaki, no digas esas cosas que siento como si fuera un...
-No lo eres, pero todo tú me pertenece, tus labios, tu cuerpo, tu alma, tu corazón, todo tu ser es mío. –lo bese.

Al abrirse el elevador, lo cargue como princesa y él comenzó a protestar mientras yo sonreía felizmente, abrí como pude la puerta y al cerrarla lo baje y tome su cintura mientras lo besaba apasionadamente.

-No aguanto más Hiro-san, estoy en mi límite.
-E-eres un pervertido. –se sonrojo.
-Por tu culpa. –lo bese apasionadamente mientras le quitaba la ropa y lo dirigía al sofá.
-¿Ah? ¿Yo por qué?
-Porque eres demasiado sexy, -bese su cuello- demasiado perfecto.
-Ahh, N-Nowaki no muerdas...
-Me gusta hacerlo, -susurre en su oído- quiero marcarte por completo para que todos sepan que eres mío.
-Eres un ahhhhh. –gimió al sentir mi lengua lamer sus pezones.
-¿Te gusta?
-N-No preguntes...

Baje hasta su miembro y comencé a chuparlo y saborearlo con mucho gusto, mi amado se aferró del sofá por los espasmos de placer que sentía, lo lamí por completo y daba pequeñas mordidas haciendo que mi amado soltará demasiados suspiros.

-M-más N-Nowaki...

Acelere el ritmo ante la petición de mi Hiro-san, sus dedos se enredaban en mi cabello, cosa que me hizo excitar más, lo mire por unos segundos y la imagen que tenía enfrente nada la igualaba, mi amado muy sonrojado, gimiendo ante el placer que le ofrezco y gotas de sudor resbalando por su cuerpo.

Me relamí los labios y seguí con mi labor, metí uno de mis dedos en su entrada y luego el otro moviéndolos al compás.

-N-no puedo más... -jadeo y sentí como toda su semilla brotaba en mi boca, y la trague con todo gusto.
-Yo tampoco aguanto más. –me quite la ropa.
-¿Ah?
-Hiro-san, -lo coloque en 4- te amo.
-N-Nowaki, -se sonrojo.

Entre de una embestida en él.

-Ahhh, N-Nowaki n-no tan profundo. –jadeo.
-Hiro-san lo siento pero no puedo. –comencé a moverme.

Las embestidas eran lentas pero certeras, encontré su punto erógeno y lo embestí.

-Ahhh, así, oh Nowaki me encanta. –gimió.
-¿Quieres más Hiro-san? –acaricie sus glúteos.
-Ahh, sí, por dios no te detengas.

Me senté en el sofá y lo coloque encima de mí, tome sus caderas y aumente el ritmo de las embestidas. Después de un rato tome su miembro y comencé a masturbarlo.

-Hiro-san, -susurre- muévete para mí...

Mi amado se sonrojo y empezó a dar pequeños saltitos haciéndome excitar, llenándome de pasión y lujuria...

Y esto apenas era el principio...



---Miyagi---

En todo el día ese mocoso no me envió ningún mensaje y eso es algo que me jode, primero me molesta con sus estupideces que es el destino, que me responsabilice, y sale con esto, es un niño todavía, por eso no puedo aceptarlo, no toma a los adultos enserio.

Aunque me siento tan solo sin él...

Pero que cosas pienso lo mejor será regresar a mi departamento. Me pase todo el día en la biblioteca buscando unos libros que necesitare.

Al entrar a mi departamento vi a mi terrorista acomodar su mochila, me miro y se levantó del sofá.

-Lamento haber entrado sin permiso, solo vine por unas cosas que deje aquí. –hizo una reverencia y camino hacia la puerta.
-Shinobu-chin, me preguntaba si quieres tomar una taza de té. –dije nervioso.

"Pero que rayos pasa conmigo, ¿Por qué lo estoy deteniendo?"

El me miro un momento y suspiro.

-Lo siento pero quede de ir a cenar con Misaki y Toudou.
-¿Ah? Pero, ya es tarde además tú...
-Miyagi-sensei ya no soy un niño no se preocupe por mí. –me miro seriamente.
-Y-yo quiero decir...
-Con permiso, y olvide todo lo que paso por favor.
-Espera,-lo tome de su brazo- quiero decirte que...
-Tengo PRISA, ¿Qué no me escucho? –se zafó de mi agarre- Lamento haberlo acosado y ser un "mocoso" lamento haber entrado en su vida, y tiene razón.
-¿Qué? –lo mire.
-Me rindo profesor, yo me canse, tengo un límite y lo ha sobrepasado ahora solo déjeme tranquilo, al fin y al cabo nunca considero mis sentimientos como verdaderos. –se colocó su mochila y salió de mi departamento.

¿Eso era lo que quería no?

Entonces porque me duele tanto el pecho...



---Hiroki---

Ese maldito mocoso no me dejo descansar hasta la madrugada, ahora son las 2 de la tarde ya que recupere mis horas de sueño. Mis caderas me duelen bastante, me pare como pude y me dirigí hasta la regadera para darme un baño.

Al salir del baño me cambie y mire una nota en la cama, era de Nowaki diciendo que estaría en el restaurante del hotel, que me esperaba ahí.

Suspire pesadamente y salí de mi habitación.

Camine por los pasillo pero un paso en falso me iba a hacer caer pero sentí un par de brazos detener mi caída.

-¿Estás bien? –pregunto preocupado.
-S-Sí, gracias. –murmure.

Nos incorporamos y lo mire. Es un hombre moreno, pelinegro y de ojos color miel, sonrió ampliamente y sostuvo mi mano.

-Me presento, -comento- mi nombre es Ald, mucho gusto.
-Soy Kamijou Hiroki, lo mismo digo.
-¿Seguro que estás bien? Sí gustas yo puedo llevarte al doctor para que te revise.
-No te preocupes en verdad estoy bien. –sonreí.
-Me alegro. -suspiro.
-Muchas gracias por haberme ayudado. –comente.
-Lo volvería a hacer con todo gusto...
-PODRÍAS SOLTARLO POR FAVOR.

Por Siempre a Tu Lado... (Nowaki x Hiroki)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora