CAPITULO 22 Sentimientos.

603 34 7
                                    


---Nowaki---

Me alegra de tener a mi amado Hiro-san a mi lado, que haya entendido todos mis sentimientos, que aunque no podamos ser una familia, nos amamos y debemos estar juntos toda la vida no importa que, enfrentaremos todos los obstáculos juntos, no nos dejaremos vencer por nadie.

Camine hasta el hospital y entre al vestidor.

-Buenos días Nowaki.
-Buenos días senpai. –salude.
-¿Cómo te va?
-Pues muy bien.
-¿Enserio?
-Sí, ¿Por qué la pregunta? –lo mire.
-Solo que pensé que...
-¿LO dice por los resultados?
-Sí. –respondió.
-No negaré que me bajo el ánimo enterarme que no puedo tener hijos propios con Hiro-san, pero, más que otra cosas lo amo demasiado, es mi vida entera.
-Entonces...
-Hable con mi amado Hiro-san y estamos felices, no dejaremos que nos afecte.
-Vaya, -se sorprendió- me alegro por ustedes, merecen estar felices.
-Gracias Senpai, haré lo mejor para poder ser feliz con mi Hiro-san.
-Ya veo, bueno, tengo que terminar un trabajo, te veo después.

Salió muy apresurado de los vestidores. Me quede pensando acerca de su actitud, parecía un poco alterado o ansioso, pero decidí no prestarle atención ya que él siempre se mete en problemas por estar coqueteando con muchas mujeres.

Al terminar de guardar mis cosas y colocarme mi bata, camine hasta el área de pediatría y comencé mi trabajo.

Al ver tantos niños riendo y pidiendo que los cargue, me da tanta ilusión de ir con mi Hiro-san y adoptar a uno para darle tanto amor que se merece.

Pero sé que debo darle tiempo a mi Hiro-san para que pueda estar mejor después de esa noticia, fue algo muy de repente y merece poder estar tranquilo.

Ahora que lo pienso, aún no tenemos la fecha exacta para nuestra boda, sé que primero debo hablar con los padres de mi amado castaño para ser aceptado y tener su aprobación.

-¿Nowaki?
-Lo siento senpai estaba pensando.
-No me digas que en tu querida esposa.
-Sí. –sonreí.
-Vaya, no me sorprende. –se carcajeo- ¿Qué pensabas?
-Pues que tengo que ir a hablar con los padres de Hiro-san.
-¿Y eso?
-Como ya le pedí matrimonio pues necesito pedir el permiso de sus padres.
-¿Tan enserio vas?
-Claro que sí senpai, ¿acaso lo duda?
-No es eso, solo que en verdad me sorprende, -comento-creí que solo firmarían unos documentos y eso es todo.
-Yo quiero casarme por todas las de la ley. –comente.
-Espera, -me miro- ¿Eso quiere decir...?
-Sí, -sonreí- quiero casarme por el civil y por la iglesia como es debido.
-Wow, en verdad amas a Kamijou.
-Más que a mi vida.
-Y yo que creía que solo bromeabas cuando me contaste lo del anillo.
-Soy muy serio cuando se trata de Hiro-san.
-Sí, sí es lo que veo.
-Bueno seguiré con los niños.
-Nowaki, ¿estás seguro que te quieres casar con él?
-Claro que sí, -comente- ¿Por qué su pregunta?
-Por nada. –suspiro.
-¿Pasa algo senpai?
-No ocurre nada, solo son ideas mías.
-¿De?
-No importa, -alzo los hombros- nos vemos después.

Me quede sentado en el sofá de la sala de descanso, en verdad no entiendo porque Tsumori-senpai se encuentre tan nervioso o molesto...

¿Acaso estará enamorado de mi Hiro-san?

No lo creo, eso no podría ser posible ya que él sabe que Hiro-san es toda mi vida, y que solo me ama a mí.

Pero...

¿Es una posibilidad no?



---Ald---

Llegue antes de lo planeado ya que termine temprano mi trabajo en el otro reino, así que llegue casi a media noche al palacio, le entregue mi caballo a uno de los trabajadores del lugar y subí las escaleras.

-Pensé que llegarías mañana.
-Buenas noches William, lamento si te he despertado.
-Oh, no pasa nada –comento- ya estaba despierto, vi a tu caravana llegar por mi ventana.
-Supongo, -sonreí- quería ver a mi Shiro, por eso me apure a mi trabajo.
-¿En verdad acabaste?
-Sí.
-Sí que eres muy eficiente.
-Gracias, ahora si me disculpas iré a ver a mi amado.
-¿Comparten habitación?
-Sí.
-Hermano pensé que querías ir lento, seguramente ya te lo devoraste.
-William por favor no digas esas cosas. –suspire.
-Es la verdad, -sonrió- supongo que no pudiste esperar y lo hiciste tuyo.
-No hablare de eso contigo.
-Bah, me iré a dormir, cuídate y no canses al hermoso Shiro.
-¿Hermoso?
-Solo digo la verdad. –sonrió.
-Que descanses. –comente.

Subí hasta la habitación que compartía con Shiro y lo encontré recostado en la cama, me quite mi ropa solo quedándome en bóxer y me metí bajo las sabanas abrazando a Shiro a mi pecho.

-Te amo. –bese su frente.
Él se acurruco en mi pecho y suspiro.
-A-Ald...
-Aquí estoy, te extrañe. –susurre.

Después de un rato me quede dormido sintiendo la calidez del cuerpo de mi querido niño, mi angelito al cual amo y amaré por siempre.

Me desperté temprano y mi Shiro aún seguía dormido, bese su frente, sus mejillas y sus labios.

Todo de él me encanta, es perfecto, le agradezco tanto a la vida que me haya puesto a Shiro en mi camino, lo único que quiero es que se quede a mi lado, que siempre estemos juntos y amándonos, eso es lo único que deseo.

Mi niño empezó a moverse en mis brazos y comenzó a abrir los ojos.

-¿A-Ald? –parpadeo un par de veces.
-Sí mi amor, soy yo. –lo bese- Buenos días.
-B-Buenos días. –se sonrojo.
-¿Cómo dormiste? –lo mire.
-M-Muy cómodo.
-Me alegro.
-¿Cuándo llegaste? –se acomodó en mi brazo.
-A media noche.
-Oh.
-¿Me extrañaste?
-S-Sí.
-Yo también, prometo que te llevaré conmigo en el próximo viaje.
-N-no quisiera estorbarte.
-No lo haces amor mío, tú eres mi vida.
-Gracias Ald.
-No agradezcas. –lo bese.

Empecé a bajar hasta su cuello y me percate de una marca roja que tenía.

"Creo que debo de tratarlo con más cuidado, su piel es muy delicada".


-T-Tuve un sueño raro. –murmuro sonrojado.
-¿Qué cosa?
-Nada.
-Mi amor.
-Ald, me da vergüenza.
-Por favor mi angelito, cuéntame que ocurre.
-S-Soñé que llegabas antes y me besabas y...
-¿Y?
-No lo diré. –se sonrojo.
-Te besaba, -murmure en su oído- te tocaba, te hacia mío y te decía cuanto te amo.
-A-Algo así.
-Mi amado Shiro. –lo abrace.

Soy tan feliz a su lado, es todo mío y yo soy solo suyo...



---Raven---

Mis pensamientos se vieron interrumpidos al escuchar una voz detrás de mí.

-Raven.
-Eres tú... -lo mire.
-Tanto tiempo ¿no?
-No es posible, -suspire- Marcus.
-Hola pequeño, me alegro que me recordarás.
-Como no recordarte, -sonreí- además no me digas pequeño.
-Eres más bajo que yo. –se colocó frente a mí.
-Solo por unos centímetros.
-Aun conservas esa pureza y ternura que te caracteriza.
-N-No digas eso. –desvié mi mirada.
-Es la verdad, -tomo mi mano- ¿Qué haces aquí?
-S-Solo quería dar un paseo.
-Tienes ojos llorosos y te vez un poco pálido, ¿Qué ocurre?
-E-Es normal para mi estado.
-¿Estado?
-Estoy esperando un bebé. –murmure.
-De mi primo ¿verdad?
-¿Primo? –lo mire.
-Es de Damon ¿verdad?
-Sí, pero ¿es tu primo? –me sorprendí.
-Así es, ¿no te lo dijo?
-No.
-Vaya, supongo que no es importante saberlo. –rio.
-Es sorprendente, no me lo hubiera imaginado.
-Lo sé, -comento- casi no nos parecemos.
-EN lo absoluto.
-¿Ocurrió algo con el baka de Damon?
-¿Por qué lo preguntas?
-Porque desvías tu mirada cada vez que lo menciono.
-No es nada.
-Por favor Raven, confía en mí, como cuando eras más joven.
-Tienes razón.

Me invito a comer y nos sentamos mientras platicábamos acerca de nuestras vidas y lo que había pasado con Damon.

-Sí que es un idiota.
-...
-Pero Raven, -tomo mi mano- ¿No crees que debes esperar su explicación?
-¿Qué me diga mentiras?
-Raven, no todo es lo que parece.
-Ya no sé qué pensar.
-Debes hablar con él.
-No quiero, no puedo hacerlo, me mintió, solo soy una distracción.
-Raven...
-Lo siento pero no dejaré que me vean la cara.
-Espera...
-Volveré al palacio, seré el sirviente de Ald siempre, no lo dejaré, y ahora no puedo confiar en que este bien, no entiendo porque William quiere que lo deje solo.
-Tal vez...
-Gracias por tus palabras pero lo he decidido, volveré a lado de mi amo, de la única persona que me aprecia.
-Yo también lo hago, por eso te digo las cosas.
-Y te lo agradezco Marcus pero no quiero ver a Damon.
-No insistiré. –beso mi mano.
-QUITA TUS ASQUEROSAS MANOS DE MI AMANTE. –gruñó y lo aparto de mi lado.
-D-Damon. –lo mire.
-MÁS TE VALE QUE NO TE LE ACERQUES MARCUS.

Yo aventé a Damon y salí del lugar.

-Raven, espera...
-NO TE QUIERO VER.
-¿Qué ocurre? ¿Fue algo que te dijo Marcus?
-Deja de verme la cara Damon, eres de lo peor.
-¿Qué hice?
-¿CUÁNDO PENSABAS DECIRME ACERCA DE LA MISIÓN QUE TE DIO WILLIAM?
-¿Qué?
-YA SE QUE ME UTILIZASTE... DEJA DE FINGIR. –solloce.
-YO no...

Supongo que siempre fue así, solo un simple obstáculo, pero juro que no dejaré a Ald, lo voy a proteger...



---Hiroki---

Es viernes, en verdad desee que este día no llegará, pero llego...

Mi jefe me esperaba en la entrada de la Universidad, cuando tome mis cosas sentí unas nauseas horribles y corrí hacia el baño.

Todo mi desayuno y comido se fue por el caño, en verdad no entiendo porque me siento así, tan enfermo, cansado...

Camine lentamente hasta la entrada.

-¿Listo?
-Sí.
-Te vez algo pálido, ¿estás bien?
-Lo estoy, aunque creo que...

Él se acercó y junto su frente con la mía.

-Tienes un poco de temperatura.
-¿Q-Qué haces? -me aparte.
-¿Te has esforzado por algo? ¿Estás intranquilo?
-Debe ser por el estrés.
-Puede ser, pero lo mejor será que te lleve al hospital.
-Pero...
-No aceptaré un no por respuesta. –beso mis mejillas.
-Ukyo-sensei por favor no lo haga.
-Es que eres tan tierno.

Me subí a su auto y decidí cerrar mis ojos de lo cansado que estaba, supongo que debo descansar un poco más, me estoy exigiendo demasiado...

Por Siempre a Tu Lado... (Nowaki x Hiroki)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora