Un Traidor Marcado

Chapter 16

Disclaimer: Los personajes de Naruto no me pertenecen, son propiedad de Kishimoto. La historia lamentablemente tampoco es de mi propiedad, esta pertenece a EmbraceDiversity. Esta historia fue beteada por KattytoNebel.

Aclaración: Esta historia tiene lugar dos años después del capítulo 487.

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Capítulo Dieciséis

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Mordiéndose el labio, miró la puerta de su apartamento de «novios», con bolsas en la mano. Le había llevado un par de meses conseguir todo y ahora que lo tenía, no estaba segura de si quería seguir adelante con ello. Por supuesto, no podía simplemente entrar, ella todavía estaba deliberando sobre si quería entrar y simplemente ocultar estas bolsas en algún lugar y olvidarse.

De pronto, la puerta se abrió y ojos oscuros se posaron en su rostro. Era temprano por la mañana como para que él estuviera inclinando contra el marco de la puerta solo con un pantalón de pijama y nada más. Hinata trató de que su rostro no se tornara de color rojo brillante; Sasuke no era solo guapo, tenía un muy buen cuerpo, así, aun con cicatrices y todo.

—¿Disfrutando de la vista? —dijo con voz divertida. Con un pequeño chillido su mirada se movió al rostro y él de hecho estaba sonriendo. Cuando ella comienzo a balbucear, negó con la cabeza, frunciendo las cejas confundido—. ¿Por qué te quedas afuera de todos modos? ¿Perdiste tu llave?

En silencio ella negó, mirando hacia sus pies. Inclinando su cabeza se dio cuenta de las dos grandes bolsas de regalo en sus manos.

—¿Qué es eso?

—¿E-esto? —preguntó, poniendo las bolsas detrás de ella—. N-nada.

Hubo un momento de silencio en el que simplemente él se le quedo mirando como si estuviese loca, irónico, teniendo en cuenta que antes él lo estaba. Agradecida de que no dijera nada porque ella lo miró cómo caminaba hacia su dormitorio. Su andar era suave y relajado y se veía mucho mejor que hace tres meses, gracias a que su padre puso algunas quejas sobre la enorme cantidad de misiones que Neji había estado teniendo. Todavía no estaba segura de por qué Tsunade había estado haciendo eso, en primer lugar, le pareció extraño, el exceso de trabajo era molesto. Y ella no parece ser el tipo de persona que trabajara en exceso.

En el momento en que entró en el salón pudo escuchar la ducha. Puso las bolsas cerca de su pequeña mesa del comedor y se retorcía las manos nerviosamente. ¿Y si él los odiaba? ¿Y si él encontraba sus regalos insultantes? Tal vez pensaría que estaba tratando de burlarse de él ni nada, ¿lo pensaría?

Suspirando, se aventuró hacia el dormitorio y comenzó a tender la cama. No tenía idea de por qué ella limpiaba, realmente no tenía que hacerlo y él realmente no era una persona descuidada. Cuando terminó, se volvió y vio la toalla tirada en el tocador. Él debe haberla olvidado. Dudando, cogió la toalla y miró la puerta del baño. La ducha en sí no podía ser vista desde la puerta, estaba en un pequeño rincón. Ella podía poner la toalla en el mostrador en silencio, sin vergüenza.

«Mierda santa, entrar con él estando desnudo».

Respirando en voz baja empujó la puerta, no estaba completamente cerrada, para empezar, y caminó.

Para su total alivio estaba todavía en la ducha, así que ella se apresuró, puso la toalla donde pudiera alcanzarla y caminó a la salida. Antes de salir, sin embargo, pensó haberlo oído respirar pesadamente. Haciendo una pausa, escuchó y reparó en el hecho de que estaba respirando entrecortadamente y la preocupación se trasladó a través de ella. ¿Le había pasado algo? Vaciló, sin saber si debía seguir adelante o no, estaba desnudo, después de todo. Después de un momento decidió que sólo tendría que aguantar, porque si estaba herido lo último por lo que necesitaría preocuparse era de su desnudez. Así que dio un paso adelante.