Un Traidor Marcado

Chapter 7

Disclaimer: Los personajes de Naruto no me pertenecen, son propiedad de Kishimoto. La historia lamentablemente tampoco es de mi propiedad, esta pertenece a EmbraceDiversity. Esta historia fue beteada por KattytoNebel.

Aclaración: Esta historia tiene lugar dos años después del capítulo 487.

xxxxx

Capítulo Siete

xxxxx

Fue en este punto Sasuke realmente pensó que se había desequilibrado y se volvió loco. No podía dejar de besarla, tocarla y ella no se estaba resistiendo. Ella realmente le estaba besando y sus manos se sentían increíbles en su cabello.

Esto era lo que había querido evitar. ¿Por qué estaba aquí, en el bosque, besándola y prácticamente encima de esta mujer? Esta situación parecía surrealista y trató de pensar en cómo sucedió exactamente.

Él había estado discutiendo con Naruto sobre su horrible experiencia en la joyería, la que fue culpa del rubio. Ya había sido bastante embarazoso caminar por ese lugar con un chico, pero cuando la vendedora sugirió que estaban juntos, y lo dijo en voz muy alta, había querido matar a todos en la tienda. Si no hubiera sido por Naruto probablemente habría atacado a la mujer idiota.

De alguna manera, mientras estaban discutiendo Hinata había aparecido, con expresión de preocupación. Había evitado mirarla; no podía pensar o funcionar correctamente cada vez que ella estaba cerca. Naruto había estado hablando con Hinata y luego... luego él la había abrazado. Estrechamente.

El Uchiha nunca había sentido tanta envidia y le había tomado mucha fuerza de voluntad no ir y golpear a mejor amigo. Cuando Naruto no le prestó atención a Sasuke y comenzó a frotar su mejilla contra la de Hinata, casi había explotado en ese momento. El vengador caído había arrebatado a Hinata de las manos de Naruto y la arrastró fuera, a quién sabía dónde. Él acababa de empezar a caminar, su objetivo era conseguir paz. Todo pensamiento racional había se había esfumado. Tenía que salir y estar con la chica Hyūga a solas. Él no podía permitirse reaccionar de esa manera. ¿Por qué estaba actuando de esa forma a su alrededor?

Por desgracia, los celos lo impulsaron y empujó a un lado todo pensamiento racional, con ganas de obtener paz y hacerle entender que ella era...

Ella era...

«Mía»

Entonces él la había clavado en un árbol y la había mirado fijamente. Su piel pálida, esos enormes ojos blancos y esos labios. Ella tenía susto y un poco de miedo de lo que quería hacer con ella.

—¿Vas a hacerme daño?

Al oír esas palabras suaves se encontró con ganas de hacer algo que no había sentido en mucho tiempo: proteger. Ni siquiera estaba seguro de si podría hacerle daño nunca más, ella estaba consumiendo su vida, sus pensamientos, sus sueños. Durante seis meses había estado tratando, y en su defecto, sacar a esta chica de su vida. Como siempre él sólo había reaccionado. Ahora que la tenía en sus brazos, no podía dejar de besarla, no podía dejar de tocarla.

Una parte de él deseaba luchar, empujarla, pero no lo hizo. Ella le devolvió el beso, acercándolo aún más a ella. ¿Por qué había estado evitando esto?

—Es por esto... que he estado evitándote —Él había contestado antes de reclamar su boca una vez más. Ella arqueó la espalda y tuvo que luchar consigo mismo para no perder el control porque sabía que le haría daño. Sus labios eran tan suaves, como lo había imaginado, su cabello era una maravilla entre sus dedos. Ella tenía la piel lisa, sin defectos, no sabía porque siempre ella se escondía detrás de esa maldita chaqueta.