Capítulo 39: "Princesses."

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[POV Camila]

Sujete sus manos con fuerzas, las lágrimas rodando por mis mejillas, y el dolor en mi pecho imposible de describir. Los médicos de la ambulancia tenían mala cara, empezaron a hacerle una ecografía rápida y sus caras seguían iguales de malas.

—¿Ellas.. ¿Sobrevivirán verdad?
—Pregunte la voz completamente rota.

—El corazón, va cada vez más lento.
Trae el.. —Mi cabeza dejó de escuchar el resto de sus voces.

Mi mente vagaba libremente por los recuerdos más felices de mi vida. El día que conocí Lauren, el día en el que me enamoré de su mente, de su voz, de sus ojos, de su sonrisa, del sonido de su risa. El día de mi boda. Ver a Lauren vestida de blanco, sus ojos verdes esmeraldas humedecidos por la emoción. El día que supe que tendría un bebé, el día que supe que tendría un hijo. Un precioso y adorable niño. El día en el que conocí, el que ví por primera vez, y sujete entre mis brazos a mi pequeño.

—La estamos perdiendo. La perdemos, joder. Vuelve a intentarlo.

—Carga doscientos. ¡Otra vez!
—Escuché gritar y mis ojos se nublaron más fuerte.

—Salvenla, por favor. —Grité de nuevo.

La ambulancia paró y vi los médicos salir del camión junto a más medicos que estaban esperando delante del hospital. Se llevaron Lauren en la camilla y una enfermera me sujeto los brazos con fuerzas impidiéndome ir a su lado.

—¡Quiero estar con ella! —Grite de nuevo. —Por favor, dejarme ir a su lado. —Susurre llorando.

Mis piernas temblaron cayendo al suelo. Mis rodillas chocaron contra él y dejé caerme por completo contra él. Mis manos golpearon con fuerza y mi cabeza se dejó caer.

—Señorita necesita entrar y esperar.. Lo siento mucho. —Dijo la mujer pero ni siquiera le conteste. —Señorita..

—Déjame. —Grité empujándola con fuerza y la mujer desapareció de mi vista.

Quedé ahí por horas. Tal vez fueron largos minutos. No lo sé. Solo recuerdo sentir unas manos sobre mi espalda, una vez que mis lágrimas dejaron de caer.

—Hey, Camila, vamos dentro, ¿quieres? —Escuché la voz de mi hermano, y asentí.

Sentí sus brazos sujetar mi cintura y llevarme dentro del hospital, vi los medicos haciendo sus tareas, pero ningún rastro de mi mujer o de mis hijas. Suspiré una vez que sentí mi cuerpo caer sobre una silla incómoda.

—¿Quieres beber algo? ¿Comer algo?
—Preguntó Liam a mi lado y me negué enseguida.

—Quiero sabes como están mis hijas y mi mujer. —Gruñi en voz baja y él suspiró.

—Iré a preguntar, tú solo.. Quédate aquí. —Dijo y asentí levantando el rostro.

Limpié mis lágrimas con fuerza y lo miré acercarse a recepción para poder hablar con la mujer. Se quedó unos cuantos minutos ahí antes de volver hacía mi. Se negó y fruncí el ceño antes de bajar la mirada de nuevo.

Los minutos siempre son más largos en los hospitales, hasta los segundos se hacen eternos. Ví los medicos moverse de lados a lados, mujeres y hombres con recién nacidos en sus brazos. Liam se durmió un tiempo, despertó y me entregó un café que se enfrió a mi lado sin que lo tocase. A medida que pasaba el tiempo, nuestros amigos empezaron a llegar. Louis y Harry, Ariana y Shawn recién llegados de su luna de miel, Dinah, Normani, y Ally. Así como Niall.

—Deberías devolverle la llamada a tu madre, esta inquieta. —Dijo Liam, viendo como mi móvil vibraba continuamente.

—Lo haré, cuando sepa contestar a sus preguntas. —Conteste suspirando antes de levantarme de la sala donde el silencio reinaba entre todos mis amigos.

—Camila.. —Dijo Louis sujetando mi brazo pero simplemente deshice su agarre.

—¡Mamá! —Gritó Liam y frunci el ceño mirando a mi madre de reojo.

—¿Podrías haber contestado a mis llamadas no crees? —Preguntó sería y bufé.

—¿Sinceramente piensas que iba a llamarte para que trajeras mis hijos en el lugar donde probablemente muera su madre? —Grité y todos me miraron. —¿Que? ¿Dije algo demasiado real para todos vosotros?

—Camila.. Lauren no va a morir.
—Dijo Liam tras mi y gruñi.

—¿Y tu que sabes? Cayó por las escaleras, su cabeza sangraba. Se desmayo y lleva en la sala de operación más de seis horas.

—No pierdas la esperanza, hermana.

—No me digas lo que hacer.

—Mami no va a morir. —Gritó Liam sujetando mi pierna. —¿Verdad que no mami? —Dijo fundiendo sus ojos en los míos y algo en mi se rompió.

¿Como podría cuidar de ellos sin Lauren? ¿Como podría seguir respirando sin ella a mi lado? Era incapaz de hacerlo.

—No lo sé. —Suspiré. Y la mirada que mi hijo de tres años me echó, revolvió mi estómago.

—Tu eres mala, mi mami no va a morir. —Gritó empujando mi pierna con todas sus fuerzas antes de salir corriendo a los brazos de su abuela.

Volteé hacia el pasillo más cercano y me dejé caer al suelo. Varios minutos pasaron hasta que Liam se sentó a mi lado suspirando pesadamente.

—Se le pasara. —Dijo y levante la cara hasta él.

—¿Oiste lo que dije? No sé que me pasa joder.

—Estás rota. Estás dolida y llena de odio. Es normal. —Dijo y suspiré.

—Tiene tres años, no debió verme así. Ni oirme. Mi madre es..

—Deja de pensar en la gente a tu alrededor.

—¿Entonces en que pienso? ¿Mi esposa e hijas? —Dije elevando la voz y él suspiró.

—Camila Cabello. —Escuché y me levanté enseguida.

—¿Como están? Mi mujer y mis hijas.

—Lauren Jauregui sigue en quirófano. Ha sido una batalla difícil pero sus hijas están en la habitación trescientos veinte.

—¿Mi mujer?

—Sigue en quirófano ella..

—¿Ella sobrevivirá? —Pregunté las lágrimas rodando.

—Señorita, la llevaré a sus hijas.
—Dijo y solloze en silencio siguiéndola. —Aquí están. Imagino que no tiene nombre aún.

—Esperaré mi mujer para elegirlos.
—Suspire y ella asintió.

Cogí la mano de Liam con fuerza antes de avanzar hasta las dos cunas que yacían en la habitación donde la camilla de Lauren estaba vacía.

—Ahí están tus princesas. —Sonrió Liam.

—Por fin estáis con nosotras, pequeñas. —Sonreí las lágrimas rodando mis mejillas. —Mami pronto lo estará también.





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