Capítulo 7

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Ya pasó dos meses, y no pasó nada, nada nuevo. Brittany seguía con sus tonterías de niña mimada; Danny me acompañaba a clase y me ayudaba en cualquier cosa; Alex estaba conmigo en todo momento, no nos separábamos ni para hacer pis; Becky... Mi querida hermana, lleva la universidad bastante bien, ya ha realizado su primer examen y... ¡Lo aprobó!; Mi padre sigue en la televisión: Mamá sigue igual... Bueno... Si decimos un cambio de ella sería su pelo, se ha teñido de marrón, debo de decir que el rubio que tenía la favorecía poco, ahora está muy guapa; Pero de alguien quién verdaderamente ha cambiado ha sido Rita, hace unos meses se esperaba la visita de su nieta, pero no ha venido... Ya ni siquiera saca a tender la ropa al jardín.

-¿Qué? ¡Mamá venga ya! -Discutían Becky y mamá en la cocina.

-Olvídate de ir a esa fiesta. -Decía mamá llevándola la contraria. -Hay rumores que en las fiestas de universitarios hay drogas, alcohol y... Muchos chicos pervertidos.

-¿Y eso qué más da? -Daba vueltas mi hermana de un lado a otro.

-Pues que no quiero que tomes drogas, ni bebas alcohol y que te haga daño un chico.

-¿Y si te prometo que no lo hago? -Se paró y cruzó sus brazos.

-No se hija...

Yo me encontraba sentada en el último peldaño más alto de la escalera, veía perfectamente la discusión de mi madre y Becky. Me paré a pensar. Mi hermana me ayuda en todo, hace cualquier cosa para que yo esté feliz. ¿Ahora me toca recompensarla yo verdad? Me levanté de ese peldaño y me encaminé hacia la cocina.

-Mamá -Pararon de discutir y fijaron su mirada en mí.

-Dime cariño...

-Deja a Becky ir a esa fiesta. Yo creo que ya es mayorcita para decidir por si sola. Es su primer curso de universidad, deja que aproveche y disfrute. -Mi hermana me sonrió.

-Bueno... Puede que Amie tenga razón... -Le vino una pequeña carcajada. -Pero prométeme que nada de drogas ni alcohol, y sobre todo cuidado con todo pervertido, los chicos de hoy en día no saben enamorar a una mujer...

-Te lo prometo mamá. -Se acercó Becky a mi madre y se fundieron en un abrazo muy grande.

¡¡DING DONG!! Sonaba el timbre, asique me acerqué a abrir la puerta.

-¡Hola pequeña Amie!

-¡Danny! -Mi cara se puso roja en un instante y no pude contener mi sonrisa. -¿Qué haces aquí? -Pregunté emocionada.

-Bueno... He oído que van hacer una fiesta de Navidad en el instituto. -Se metió las manos en su bolsillo.

-Oh ya ya... Espera pasa. -Pasamos a mi casa y nos sentamos en las sillas que rodeaban la isla de la cocina.

-Me preguntaba si tenías pareja para el baile.

-Sí. -Saqué un paquete de galletas y se las di.

-Ah... Esto... -Su sonrisa disminuyó por completo. -¿Y quién es el afortunado?

-¿Querrás decir "Afortunada" no? -Me reí.

-¿Afortunada? ¿Eh? -Se metió dos galletas en la boca.

-Ya sabes... Alex. No hay otra.

-Alex... Que suerte tiene. -Se empezó a reír con las galletas en la boca. Mi risa crecía cuando le veía hablar con la boca llena, parecía una ballena. Pero una ballena muy guapa. Bueno... ¿Ballena o balleno? Balleno... ¿Guapo? No lo había pensado... -Amie ¿Hola? ¿Me has escuchado lo que te he dicho?

El diario de Amie.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora