Después de varios días repitiendo las molestias de Danny, las malas presencias de Elisabeth y...
Las caritas de niña buena de Brittany, ya no aguanto el estar ahí dentro. No aguanto estar en este barrio. Maldito día en el que me mudé.
Me senté enfrente de mi ordenador y me metí en Facebook, estuve cotilleando el perfil de Danny ¿Cómo puede ser que todavía me tenga en pareja?
Le di a eliminar de amigos, no quiero saber nada.
El sonidito Wisthle de mi Samsung vibró, miré la pantalla y era un mensaje de Ryan.
Ryan
En línea
-Amie, estoy en la puerta de tu casa, algo ha pasado que necesito contarte.
-Ahora mismo bajo.
Bajé por las escaleras y rápidamente abrí la puerta. Ahí estaba él, con una gorra de Nike y su cabeza gacha, levantó la mirada y un moratón en el ojo de Ryan tapaba su ojo azul derecho.
-¿Qué te ha pasado? -Resalté.
-Ya sabes quién. -Me respondió.
-Pasa.
Al pasar dentro, nos sentamos en el sofá, se quitó la gorra y la dejó encima de la mesa.
-Ahora cuéntame. -Insistí.
-Pues que... Ayer en el instituto Elisabeth... Pegó unos carteles tuyos llamándote zorra.
Yo estaba perpleja, no sabía que hacer, ni como reaccionar. -Entonces fui quitando uno a uno, pero Danny me vio y aterrizó su puño en mi cara. No sabía que él estaba ahí.-Espérate. -Fui al baño corriendo y bajé betadine con un par de gasas. Se las arrimé al ojo y le fui curando el morado que le rodeaba. -Puede que así estés mejor. No quiero que me protejas por lo de Danny, ya se apañármelas solita. Pero gracias Ryan. -Le abracé.
Che che, no penséis que somos novios o algo por el estilo, solo amigos.
Ya llegó el momento de que Ryan se tuviese que ir a su casa y yo a ducharme antes de que viniera mamá del supermercado.
Al día siguiente, sobre lo sucedido, yo iba lo más tapada posible. No quería que nadie se fijase en mi. Entonces me metí en el color negro. Sudadera negra, pantalones negros...
Los cuchicheos al verme pasar retumbaban en el pasillo del instituto, las caras desagradables y las risitas.
Danny venía a lo largo del pasillo, me vio, asique me di media vuelta y me fui a un andar mas deprisa de lo habitual. Él me agarró de la mano.
-No me toques. -Dije apartando su sucia mano de mi, mi vista hundida en el suelo.
-¿Podemos a hablar?
-No te me acerques, lárgate.
-Amie. -Me volvió a tocar la mano.
-¡Que me sueltes pedazo mierda! -Grité.
Él se apartó y empezó a mirar a su alrededor. La gente nos miraba, mientras Danny sonreía intentando tranquilizar a la gente de que no estaba pasando nada. Cuando en verdad si estaba ocurriendo.
Me alejé y me metí en el baño. Tras estar 15 minutos encerrada en una de las cabinas, entraron dos chicas quejándose de su vida amorosa. Subí los pies al inodoro para que no me vieran. Una de ellas intentó abrir mi puerta, pero por suerte la cerré con el pestillo. De repente, entró Brittany y Elisabeth, estas se unieron a la conversación.
-Chicas, cambiando de tema. -Dijo Brittany. -Creo que debemos de dejar en paz ya a Amie.
-¿Qué dices? Ni en broma. -Respondió Elisabeth repasándose los bordes de los labios de carmín rojo.
-¿Por qué? -Preguntó Brittany.
-Porque estuvo saliendo con Danny. Mi chico.
-Yo también estuve saliendo con Danny y no me haces lo mismo que a ella. Es injusto. Creo que no se merece eso.
El cambio radical de Brittany ha sido sorprendente.
-Pero tú no eres igual que ella. Tú eres lista y ella siempre ha sido una tonta. Tú vistes bien y ella es una basura. Tú hueles bien y ella huele a mierda. Tú eres guapa y ella es un orco. ¿Quieres saber más?
Brittany agachó la cabeza y jugueteó nerviosamente con los dedos de su mano.
-Me tengo que ir. -Se despidió Brittany dando un pequeño portazo.
-Como se nota que aquí la mejor soy yo. En este instituto todos sois un poquito cortos de mente. ¿No creéis chicas?
-Sí... -Respondió una de ellas mordiéndose su labio inferior.
Cogieron sus bolsos y se fueron.
Mi móvil empezó a vibrar. Era un llamada de Ryan.
-¿Sí? -Dije.
-Amie ¿Dónde estás? Te llevo media hora buscando.
-Estoy... Estoy... Estoy en clase. ¿No me has visto?
-Que va. Estoy aquí ahora mismo y no te veo.
-Ah...
-¿Dónde estás?
-En el baño. -Mi voz sonaba triste, se cortaba.
-Voy para allá.
-Pero loco ¿Cómo te vas a colar en el baño de las chicas?
-Colándome ¿Hay alguien ahí dentro?
-No.
-Pues ya voy. -Colgó.
Él se acercó a mi puerta y vio como una gota de agua caía al suelo.
-Amie. ¿Estás bien?
-No. Voy a llamar a mi madre y me voy de aquí.
-¿Qué?
Quité el cerrojo y abrí la puerta. Ryan me abrazó.
Nos sentamos junto a la pared mientras me intentaba hacer sonreír.
Una de las profesoras de biología entró en el baño, escuchó algunos murmullos.
-¿Qué hacéis aquí que no estáis en clase? ¿Y tú Ryan? ¿En un baño de chicas?
-Lo siento Marga por colarme en el baño de las chicas. Pero necesito ayudarla como sea.
Marga es la mejor profesora que hay aquí, es comprensiva, puedes pedirla cualquier consejo y es de fiar.
-¿Qué la pasa? -Preguntó ella. Se agachó y arrimó una mano suya a mi rodilla.
-La está haciendo la vida imposible en este instituto. -Dijo Ryan.
-¿Quiénes son aquellos que no te dejan en paz?
-Pues... Elisabeth y Danny.
-Me temo que esos van a salir muy pronto de este lugar. ¿No creéis chicos? Ahora mismo iré a hablar con el director para contarle esto y que tome sus medidas.
-¿Puedo llamar a mi madre Marga? -Pregunté en voz baja.
-Claro que sí cielo. -Ella se despedía con una sonrisa.
Saqué el móvil de mi sudadera y marqué su número.
-Mamá ¿Puedes venir a buscarme?
-¿Qué te pasa?
-Necesito contrate algo urgente.
-Ya voy.
ESTÁS LEYENDO
El diario de Amie.
Lãng mạn¿Alguien te ha roto el corazón? A mi sí, aquel chico. ¿Le ves? Él. Se llama Danny, y me di cuenta de que es un chico del montón. Igual que los demás digamos. ¿Tenías a una mejor amiga que ahora es una falsa? Pues mira por donde yo sí. Hay amigos...