Capítulo 9

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Ya era jueves por la tarde y Alex estaba en mi casa.

-¿Ya tienes vestido? -La pregunté.

-¿Vestido? No, No me gustan. Llevaré pantalones como siempre, es una fiesta de Navidad, tampoco es una gala. -Se empezó a reír.

-Tienes razón...

-¿Y tú que llevarás?

El vestido me llegó ayer, y lo tenía en el armario, pero escuchando lo que ha dicho Alex... Me estoy retirando en ponérmelo.

-Llevaré... Pantalones y... Una camiseta. -La sonreí.

-Podemos quedar mañana por la mañana antes de la fiesta para arreglarnos. -Me propuso.

-Me parece buena idea.

Ya estaba anocheciendo y Alex ya se debía de ir a casa.

-Hasta mañana Alex. -Me despedí de ella con un abrazo en la entrada de mi casa.

Me fui a la ducha, cuando salí abrí el armario y saqué el vestido. Lo miraré y lo volví a guardar. Me puse el pijama y me fui a la cama.

Al día siguiente, no me tocaba madrugar, porque por la mañana no había clase. La fiesta empezaba a las seis de la tarde y a las cuatro venía Alex.

Bajé a desayunar y estaba Becky vestida de deporte, escuchando una canción pegadiza a través de sus cascos.

-Hola hermanita. -Se tomaba un zumo mientras bailaba de un lado al otro por toda la cocina.

Me mareaba.

-¿Por qué bailas? -La pregunté a la vez que mojaba una galleta en mi vaso de leche.

-Estoy contenta.

-¿Y eso?

Se acercó a mí. -¡He conocido a un chico maravilloso!

-Ah. ¿Y por eso estás contenta?

-¡Pues claro!

-Y... ¿Os conocéis en persona o algo?

-No. Le vi salir ayer de la clase de enfrente.

-Que bien. -No se me veía muy ilusionada. Hoy me tocaba ver a Danny y a Brittany bailando juntos.

-¿Y a ti qué te pasa?

-¿A mí? Nada. Solo que... -Mojé otra galleta. -Hoy me va a tocar ver el espectáculo de Danny y Brittany. -Solté un suspiro.

Becky se quedó quieta y me miró. -¿Y por qué no le invitaste tú a la fiesta?

-Porque él y Brittany son los novios perfectos, que todos los alumnos admiran. Ella es la chica más popular, y él el chico más popular. Si le ven llegar conmigo al baile solo se reirían de él. A si que no me pienso arriesgar.

-Bueno... Si él quiere ir contigo... Le tendría que dar igual los cuchicheos de la gente. Vosotros vais a pasarlo bien, no a pasarlo mal por cuatro niñatos que se ríen. -Me quedé pensando y Becky, como siempre, con la razón por delante.

-Pues tienes razón. Pero ya es tarde, gracias de todos modos. -La abracé.

-De nada Amie.

Dejé mi taza en el fregadero y subí a mi habitación.

Después de unas cuantas horas, por fin llegaron las cuatro. Allí estaba Alex llamando a la puerta.

-¡Hola holita! -Alex me dio un abrazo.

El diario de Amie.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora