El diario de Amie.

Capítulo 1

Cuando tenía 12 años, mi vida cambió por completo, ir al instituto y hacer amigos nuevos, cosa que pensar eso acababa con mi conciencia. A pasar a primero de secundaria, estaba sola, no conocía a nadie. Pero a lo largo del curso, me di cuenta de que no era la única marginada...

Todo los Lunes a la hora del recreo tenía una clase de orientación, donde iban niños con mi mismo problema, de ahí conocí a mi mejor amiga Elisabeth y a mi mejor amigo Danny.

Elisabeth era una niña a la que le apasionaba leer y era muy inteligente para tener la edad que tenía; Danny, era muy callado y le gustaba estar sentado al final de la clase para que no le tiraran bolas de papel...; Y yo, Amie, era una niña divertida y me encantaban los videojuegos, pero para mucha gente era la niña <<Rara>> porque muchas veces me veían hablar sola, ya sé que a primera vista asusta, pero es de la única manera que me entiendo conmigo misma.

A terminar segundo de secundaria, a Elisabeth, la ofrecieron una beca para estudiar en uno de los institutos más importantes de Bélgica. Su capacidad de memorizar y todo lo que sabía era sorprendente, en ese caso, cuando no sabía algo de deberes no necesitaba buscarlo en internet.

Danny y yo, nos despedimos de ella entre lloros y abrazos en el aeropuerto. Ya era su hora de irse, y la dijimos que teníamos que seguir en contacto. Yo no quería perder nuestra amistad.

En el instituto no era lo mismo sin Eli, nos sentíamos solos, sin su teoría sobre los planetas y el universo, sin sus ensaladas, ni sus zumos de naranja para almorzar.

Varios meses después, Danny desapareció y no me dijo nada, no podía contactar con él, ya que cuando le llamaba no daba señal. Intenté preguntar a mi tutora por si sabía algo, pero no me lo quería decir. Esa tarde, cuando llegué a casa, hecha un desastre, sin ganas de hacer nada, me metí en mi cuarto y di un portazo, me puse a llorar porque perdí a mis dos mejores amigos, esos amigos que nunca tuve. Luego, mi hermana Becky, entró en la habitación.

- Esto... Amie... Tengo una mala noticia que darte- Tenía cara de preocupación, pensé que al final no entró a la universidad, pero no fue eso.

-Dime Becky- Levanté la cabeza y la respondí. -Danny tuvo un accidente y está muy grave- Mi corazón dio un vuelco que a la vez que las lágrimas se me caían por las mejillas. -Lo siento mucho hermanita. -Me dio un abrazo y se marchó, yo seguía en shock, no sabía cómo reaccionar a esa noticia, asique me alcé a la mochila y salí corriendo de mi casa.

Cuando por fin llegué al hospital, entré y me decidí a preguntar. Exacto, en ese hospital estaba él, me adentré en el pasillo oscuro con paredes blancas y sucias, y enfermos andando por allí.

Abrí la puerta de su habitación, y estaba tumbado en una camilla con una mascarilla de oxígeno y heridas por la cara. Me acerqué a él y le cogí su mano, la vista se me nubló. En ese momento llegó la doctora. -Señorita, me temo que debe irse ya, al señorito Danny le necesitamos hacer pruebas para ver si mejora. -Me sonrió y salió de la habitación.

-Espere. - Se dio la vuelta. -¿Se recuperará? -No me contestó y siguió hacia delante.

A la llegada a casa, mis padres y mi hermana Becky me esperaban sentados en el sofá preocupados. Entré por la puerta con la mochila arrastrando por los suelos y con la cabeza gacha. -Amie, hija. -Me llamó mi madre mientras estaba agarrada a las manos de mi padre. -Se recuperará tranquila. -Me sonrió, pero no me servía de nada, en ese momento nadie me podía animar. Estaba rota.

No podía dormir por la noche, me pasaba horas y horas viendo fotos de Eli, Danny y mías juntos. Cada imagen se volvía negra, como aquel momento que ya no se podía recuperar, cada uno estaba por su lado. El grupo se desmoronó, no había salida. Solamente había que olvidarse de lo ocurrido y empezar vida nueva.