Íbamos caminando tranquilos, lentamente, ya que nadie nos esperaba en casa hasta tarde. Estábamos tomados la mano, no recuerdo en que momento el la había agarrado pero no me molestaba en lo más mínimo, ya que me sentía muy cómoda con él, sé que es raro para mí pero de a poco me estoy acostumbrado. De repente noto una sonrisa en su rostro, amo cuando lo hace porque se marcan sus preciosos hoyuelos que tanto me enamoran.
-¿En qué pensas?- Dije viendo su sonrisa.
-En todo esto-
-¿Y que es “esto”?- Dije nerviosa por su respuesta, no quería presionarlo ya que yo tampoco estaba segura, me palpitaba el corazón rápidamente.
-Yo…-
No termino la oración porque una chica choco con nosotros, realmente era descuidada para no vernos a los dos, creo que hasta pudo haberlo hecho a propósito.
-Perdón- Dijo mirando a Harry, por lo que este se quedó congelado. Al ver que no reaccionaba le conteste yo.
-No es nada- Sonreí para disimular lo molesta que me sentía ya que ella no dejaba de verlo. –Todo está bien-
-Lu- lucia…- Susurro Harry, al mismo tiempo que soltaba mi mano.
Ahí fue cuando todo tubo sentido, ella lo había hecho a propósito ya que lo vio de la mano con migo, la verdad que me estaba preocupando la situación ya que ella fue mucho más importante de lo que yo soy ahora, Lucia fue quien le dejo ese vacío y ahora entiendo, es una linda chica después de todo, rubia, alta ojos verdes pero no parecía una plástica como las demás y ese era mí miedo.
-¿Qué haces acá?- Pregunto algo nervioso.
-Vine a visitar a mis padres, aunque quizás me quede por un tiempo- Ojala ese tiempo sean apenas unos segundos.
-Ahh- Dijo seco.
Carraspee la garganta para que notaran que yo seguía ahí.
-Perdón, ella es Jeanne, Jeanne – Dijo mirándome- Ella es Lucia-
-¿Y ella es…?-
-Mi amiga- Dijo el, respondiendo antes de que Lucia terminara su pregunta.
Ahh que hermoso, yo era su amiga, claro, después de darnos besos y que me diga que gustaba de mí era su amiga, que se valla al diablo. ¿Celos? No, no somos nada y no puedo reclamar nada asique como había un silencio incomodo le interrumpí.
-Yo me voy- Dije tratando de caminar, pero Harry me detuvo.
-Nos vamos- Me miro algo raro.
-Adiós- Dijo ella dedicándole una sonrisa.
-Adiós- Dijimos nosotros al unísono.
El camino a casa estuvo algo incómodo, realmente había un silencio penetrante, pero era mejor así porque si él me hablaba era capaz de… bueno, no sé, pero que diga que yo era su amiga me dolió muchísimo y me causo un enojo terrible. No puedo creer que de todas las personas en el mundo justo con ella nos teníamos que cruzar, ahora lo más probable es que vuelvan a estar juntos y yo siga acá como una estúpida. Me ilusioné demasiado rápido con este chico, ya era momento de olvidarme de todo esto antes de salir más lastimada. Tardamos un poco pero finalmente llegamos a la casa, entramos y cada uno fue a su habitación, donde yo no hacía más que pensar en todo lo que paso en el día. El teléfono me distrajo, número desconocido decía pero atendí igual.
-¿Hola?- Dije tratando de que no se me cortara la vos, estaba media sensible.
-Hola-
No puede ser, era ella, esa era su voz, aunque no la escuchaba desde hace mucho tiempo la reconocería de inmediato.
-Jeanne, ¿Cómo has estado?-
-Bien- Respondí seca.
-¿No crees que ya era hora de que hablemos hija?-
-No me llames así, ya te dije que deje de ser tu hija hace tiempo, ¿No te quedo claro?- Ya estaba a la defensiva.
-Bien que yo te parí - Suspiro pesadamente- No puedo creer que todavía me faltes el respeto así Jeanne, hija de tu padre tenías que ser- Dijo seria.
-No empieces con ese tema, mejor que lo tuve a él porque a vos nunca te importo nada- Dije gritándole.
-Y no, como queres que me aga cargo de vos si sos el calco de tu estúpido padre-
-No tenes el derecho de decirle nada, al menos él se quedó a mi lado y no me abandono como vos, ni siquiera serviste de esposa y mucho menos de madre Amelia-
-¿Y vos que sabes al respecto? Seguro te llenaron la cabeza-
-No, no, no culpes a nadie por tus idioteces, hacete cargo una vez en la vida de lo que hiciste-
-¿Sabes Jeanne? Menos mal que te abandone, una mierda, una carga hubieras sido para mí- Grito – Hubieras sido un fastidio siempre, va, como lo seguís siendo-
-Uhh… Hablo un ejemplo de persona, que irónico porque ahora que lo recuerdo vos sos un gran ejemplo a seguir Amelia- Reí falsamente.
-Claro que lo soy, si yo te hubiera educado serias completamente diferente, serias alguien más educada al menos-
-Así estoy bien, sin vos en mi vida, ¡Nunca podría haber sido una perra como vos!- Estaba sacando de mi mente viejos recuerdos.
-¡No debí haberte tenido! - Grito. – ¡Realmente sos un error que voy a tener que acarrear el resto de mi vida!-
-¡Te odio!- Le grite para luego cortar.
Luego de unos segundos de quedarme estática ya que hace tiempo no “hablaba” con ella de esta manera, me quebré, las lágrimas comenzaron a pasar por mis mejillas, no podía creer que otra vez hayamos peleado y encima deje que me hiciera daño, ya me estaba creyendo que yo era la basura. Creo que yo le arruine la maldita vida, no entiendo como una persona puede abandonar a su hija e irse con otro hombre por el estúpido dinero y después querer tratarla como basura haciéndola sentir inferior. ¿Qué mierda hice para merecer esto? ¿Tan mala persona soy? ¿Me merezco todo este dolor? Esas y otro tipo de preguntas recorrían mi mente.
Realmente creo que todos estarían mejor sin mí, Harry no tendría a una depresiva en su casa ni en su vida, mi papa tendría hijos normales que no se cortan las venas ni complican la vida de los demás, mi madre no tendría que cargar con la culpa de haberme tenido, todo sería más fácil para todos. En un ataque te furia di vuelta todos mis cajones, una desesperación recorrió mi cuerpo, no podía encontrar las cuchillas, no había ninguna en los lugares donde las solía guardar, entonces me dirigí al baño, cerré con traba para estar más segura de que nadie podría interrumpirme esta vez, busque por todos lados una máquina de afeitar, hasta que encontré una y la rompí para así poder tomar las cuchillas. Destape mi brazo, presione fuertemente la fina hoja de metal y uno, dos, tres, cuatro, cinco… y así, sin seguir contando continué hasta que mi brazo se fue llenando de cortes y sangre. Un sentimiento de liberación mezclado con dolor, pero al fin y al cabo, era una liberación de todos mis pensamientos, de mi sufrimiento, de mis ganas inmensas de desaparecer de este mundo, y no era la primera vez que me sentía así solo que esta vez tuve el valor suficiente para terminar con todo esto de una vez por todas, fije mi mirada en los cortes, salía demasiada sangre creo que iba a cumplir mi deseo, creo que iba a liberar a todos.
Un dolor inmenso me hizo reaccionar de mis pensamientos, estaba ensuciando el baño con mi sangre, así que para facilitar todo me metí a la bañera para poder esperar mejor mi destino, para que no tuvieran que lamentar todo el baño hecho un desastre. Trate de relajarme, de tener los últimos pensamientos de mi vida, recordé buenos momentos junto a mi padre, mis hermanos, pero principalmente Harry, por lo que comencé a pensar en su reacción, seguro que solo se sentiría apenado pero continuaría con su vida aunque no niego que me hubiera encantado llegar a algo con el pero conmigo en este estado seguramente Harry huiría rápidamente, ya que se daría cuenta lo que realmente soy. En ese instante mis ojos comenzaron a cerrarse lentamente, hice un último esfuerzo por acomodarme en el lugar en el que me encontraba, creo que ya estaba llegando el momento. Le dedique una última mirada a mi brazo, que este, no paraba de sangrar, creo que había cortado justo en el lugar que se encontraba una de mis venas. Mis parpados se cerraron completamente, parecía que me estaba durmiendo, que me estaba introduciendo a un sueño del cual jamás despertaría, y eso era para el bien de todos.
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Conociendo a Harry
Lãng mạnUna vida problemática atrae mas problemas... pero por alguna razón atrajo mucho mas que eso, esta vez una persona, alguien dispuesto a cambiarlo todo aunque cueste. Un amor tan fuerte entablado en un lazo invisible, ¿Podrá superar los golpes?