Conociendo a Harry

Capitulo 11: Después de la tormenta

Cuando creí que estaba por llegar a una gran luz unos golpes sonaron, parecían tan reales, no sabía si estaba delirando o eran ciertos.

Punto de vista Harry

Escuche unos gritos de la pieza de Jeanne, estaba muy exaltada y su voz se escuchaba muy mal, reflejaba mucho odio. Trate de escuchar que decía pero no hubo sentido, no pude entender nada asique seguí con mis cosas hasta que algo me detuvo, era un silencio, un silencio horrible, al parecer se había calmado. Pasaron unos minutos y seguía sin escuchar nada, ni un solo movimiento, por lo que decidí que era hora de ver que le pasara, así recibiera un buen reto de su parte por haberla escuchado a escondidas. Salí de mi habitación y me dirigí a la de Jeanne, abrí fácilmente la puerta de su dormitorio, ni bien entre me quede sorprendido, todo estaba hecho un gran desastre, ya se parecía a mi habitación, con ese pensamiento reí por lo bajo. No la encontraba por ningún lado, creo que estaba en el baño, pero como no escuche nada acerque mi oído a la puerta, solo había un silencio sepulcral entonces me preocupe. Golpee la puerta más de diez veces seguramente pero no recibía respuesta alguna, entonces, me decidí por tratar de romper la puerta sé que ella estaba ahí cometiendo quien sabe que locura. El primer intento fue un asco, pensé que la iba a derribar la primera vez pero para mí desgracia tuve que forzarla muchas veces ya que no cedía en lo más mínimo. Lo primero que mis ojos contemplaron fue el piso del baño con mucha sangre, por lo que pude saber qué fue lo que paso, me acerque lentamente a la bañera temiendo lo peor y allí estaba, casi completamente desfallecida con su brazo al descubierto y teñido de rojo. Observe su rostro, ella clavo su mirada en mí, lo que ocasiono que mil puñaladas se clavaran en mí pecho, intento despedirse pero la calle.

-Tranquila- Dije mientras acariciaba su pelo – Todo va a estar bien- Sonreí débilmente.

-No, no es así- Me sorprendí porque todavía pudiera hablar tan autoritariamente. – Adiós Harry- Dijo mientras cerraba sus ojos.

-¡No! ¡No me agás esto! ¡No te despidas!- Comencé a llorar, no me contuve más, realmente la amaba y ahora la estaba perdiendo, luego de unos segundos volví a fijarme en su rostro – Te quiero demasiado, no me dejes así, otra vez no por favor, no puedo estar sin ti- Susurre con la esperanza de que volviera a abrir sus preciosos ojos marrones pero fue en vano.

Me levante de su lado, mire su débil cuerpo, la tome en mis brazos con toda la delicadeza que pude ya que parecía que si hacia un mal movimiento ella saldría más lastimada. Lentamente me acerque en su cama y la deposite con mucho cuidado, la observe por unos minutos, era tan hermosa, no entiendo cómo pudo hacer esto ¿Acaso no sabía lo que me dolería verla así? Ella no sabía que había llenado el vacío en mi corazón desde que apareció en mi vida, con sus sonrisas, sus golpes cariñosos, su perfecta forma de ser. Me había enamorado y ahora la estaba perdiendo, que cruel que es la vida después de todo, una vez que estaba dejándome llevar por el amor nuevamente me lo quiere arrebatar el maldito destino.

Salí de mis pensamientos para buscar unas gasas con desinfectantes, no podía permitir que siguiera sangrando de esa forma, ni bien termine llame a emergencias. Luego de unos cinco minutos, que por cierto, fueron los más desesperantes de mi vida entera, llegaron.

-¿Qué fue lo que paso?- Pregunto un enfermero mientras la subían a la ambulancia.

-Se cortó- Respondí seco, al recordarme el momento en el que note por primera vez sus cortes y como Jeanne trato de ocultármelos, pero era imposible yo sabía demasiado sobre ese tema.

-¿Vienes?- Me pregunto.

Me había quedado pensando seriamente en todo esto, realmente costaba asimilarlo, tanto que me costó decirles a mis padres pues como me iba le había dejado una nota ya que aún no habían llegado, no me animaba a decirles nada, aun.