Capítulo 10. Cabreada y Frustrada

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Espe

El regalo de mis padres es un coche que lo tengo en el garaje de casa y ellos ya no forman parte de mi vida desde que se fueron.

Mi nene se ha mudado aquí conmigo y ahora vamos para clase charlando de que van a ir las pruebas de dentro de unos días y si serán difíciles.

- Ya no aguanto más - digo cabreada.

- Nena a dónde va - me grita DJ siguiéndome.

- A dar una lección a alguien - le digo señalando a la rubia.

- Nena, ten cuidado - me dice.

- Eh rubia - le grito a la grupito de la "B".

- Tú no te metas - me advierte.

- Mira rubia de bote - la llamó. - Siempre te estás metiendo con los que no se pueden defender, porque no te metes con alguien de tu tamaño - le digo enfadada.

- Y que me harás, llamaras a DJ - dice riéndose.

- No - niego. - Te haré lo mismo que a Alan - le advierto.

- Y qué le hiciste una caricia - salta riéndose.

- Hincharte un ojo - le digo seria.

- Seguro - dice con segundas y se marchan.

Después de ese encuentro y una pequeña charla con mi nene, estoy más tranquila aunque aún no nos hemos librado de esos dos plastas y del grupito de las "B".

Al terminar las clases DJ me lleva a un gimnasio, entramos y saluda al que está en recepción, le da unos guantes grandes y otros más pequeños, entramos y me dirije hacia donde hay sacos de boxeo.

- Nena, esto te va a venir de perlas - me dice sonriendo.

- El que vamos hacer - le pregunto extrañada.

- Dame tus manos - me las coge y las venda. - Ahora esto se pone así - dice poniéndome los guantes.

- Y que voy hacer - le pregunto.

- Fácil, vas hacer lo mismo que yo y verás como después te sientes mejor - me dice riéndose.

Le pegamos al saco y tiene razón, al terminar me siento más aliviada; después nos vamos al centro comercial a ver cosas y ha cenar. Una vez en el centro comercial vamos a ver tiendas y sobre todo que a mi chico le gusta ir de tiendas conmigo. Primero a las tiendas de deportes, luego a las de salir, después a ver relojes, pulseras, pendiente, anillos y colgantes, y por último a por un helado.

Estoy sentada en la terraza de una heladería mientras mi chico está en la barra pidiendo nuestros helados y lo observo, esta indignado porque no le dan nuestros helados y porque la chica de la barra no para de coquetear con él.

- Por fin estoy aquí nena - dice frustrado.

- Queriendo ligar con la camarera - le digo de broma.

- Nena, eso ni pensarlo - responde y me da un pico. - Y esa no vale lo que tú vales para mí - termina de decirme.

- Tú también vales mucho para mí - le digo sonriendo.

- Vaya, vaya; pero mira a quién tenemos aquí - salta Alan y nos ponemos tensos.

- Qué quiere - decimos DJ y yo a la vez.

- A ti Esperanza - responde.

- Sigue soñando imbécil - le respondo.

- No seas así, porque en el bosque...- dice y se calla.

"SIN REGLAS"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora