I. WhatsApp return

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Shinya Hīragi trabaja dentro del apartamento de investigación, aunque cada que lo recapacitaba siempre terminaba por llegar a la misma conclusión, era tedioso, aburrido y tenía pocos medios de entretención, el monótono oxígeno del laboratorio siempre terminaba por asfixiarle en aburrimiento, no había nada que hacer, odiaba las semanas tranquilas y más cuando le tenían recluido en su propia área de trabajo, porque tenían que arreglar algo, y tal vez sabría que es ese algo si hubiera prestado la atención necesaria a las palabras del chico que amablemente le explico la situación, pero él no importaba, ¿qué acaso nadie pensaba en el pobre ojizarco quien se encontraba encerrado en su propio laboratorio? Por suerte término por hacer un divertido experimento de niños, con una campanilla de polvo de mercurio y un encendedor, a pesar de ser algo sencillo tenía ciencia suficiente como para ser un medio de distracción en la cabeza del albino, tal vez la próxima vez le entregará a Kureto un informe acerca de la combustión y el peso de los gases según las leyes de conservación de la masa y combustión, sentiría que volvía a primaria o secundaria si acaso, pero el consejo no podría decir que no hizo nada ¿o sí?

Hasta donde el sabía su experimento exprés con mercurio y su confiable encendedor de bolsillo era ciencia, tal vez la próxima vez presentará ante la junta directiva los 1001 usos de la grenetina y su eficacia en la cocina, o tal vez ¿una exposición acerca de por qué el cielo es azul? El albino suspiro pesadamente estaba divagando como cada vez que se aburría pensando en cosas sin sentido, miro rápidamente el reloj, le habían dicho que estaría dentro de su laboratorio aproximadamente hasta las benditas seis de la tarde, eso si lo que sea que hicieran no demoraba, en tal caso se vería obligado a permanecer en su toque de queda algunas horas más, no era un futuro especialmente prometedor considerando que eran tan solo las tres de la tarde, el chico de tez pálida dio vueltas sobre su escritorio haciendo un berrinche del que sabía nadie más sería testigo, después de todo los traidores de sus asistentes también le dejaron, aunque el tuviera su propio espacio dentro del piso, algo así como su no-tan-pequeña oficina científica podían tontear como hacen normalmente toda la semana, Shinya volvió a suspirar y fruncio sus labios en un adorable puchero, si solo pudiera ir a molestar a Guren.

Guren Ichinose, malhumorado, gruñón, un tipo demasiado irascible, toda su existencia enfurruñado y con el entrecejo fruncido en una mueca, aun así y con tal actitud el teniente coronel era el mejor amigo, primer objeto de burlas y en general el blanco de Shinya, aunque claro debido a que estaba recluido en su maldita oficina no podía ir con su amigo y perder el tiempo, tal vez conversar un poco con Goshi de paso, siempre era agradable perder tiempo con él, también tenía casi tres días sin ver a Shigure, estaba tan aburrido que inclusive pensó en la Sangū que era secretaria de su hermano Kureto.

Los delgados y largos dedos del Hīragi se encontraban tamborileando sobre la firme superficie de madera de la mesa, miro ansioso a su alrededor, logrando captar en su rango de visión un agitador y una probeta, hasta que algo dentro de su mente hizo bang y de forma cuidadosa tomo el agitador golpeándolo suavemente contra la capa de vidrio de la probeta, repitiendo el proceso una y otra vez hasta crear una canción pegajosa, lo único que resonaba en la habitación eran los tarareos del chico y su banda improvisada con instrumentos de laboratorio, cosa que dejo su concentración en segundo plano, ensimismado perdiendo el tiempo no tomo bien el pequeño palillo que era su agitador, el cual salió volando hacia lo que era el otro lado de la sala, el ojizarco suspiro cansinamente tanto tiempo sentado y sin hacer nada hicieron que le diera un ataque de pereza, bostezo y camino hacia donde se supone cayó su agitador, pero cuando llego al otro extremo del laboratorio fue como si la pieza se hubiera esfumado, se río por la ironía del asunto, primero busco desesperadamente algo que hacer, pero ahora que encontraba su entretención le daba flojera, y sí, Shinya Hīragi podía llegar a ser la encarnación misma de la pereza cuando no hubiera nada que le estimulará, finalmente encontró el endemoniado agitador cerca de un cajón, mismo que abrió dejando al descubierto  varios celulares, ¿podría ser que ese iba a ser su proyecto del día? Su sonrisa se hizo presente ensanchándose casi de manera inmediata, pero por supuesto que sería su trabajo y distracción, tomo uno de los tantos aparatos y su caja de herramientas para comenzar a desarmarlo, reensamblarlo y de paso configurar y reestructurar todo su sistema operativo, perdió tal vez hora y media para que el aparatejo volviera a la vida, claro que después de curiosear y agregarle lo que quería, editarlo a su gusto, una vez el celular encendido se encontró con el mítico icono de WhatsApp que juraba tenía décadas sin usar.

Largas jornadas de trabajo aquel día, porque claro, terminaron con las reparaciones a las seis de la tarde como especularon, pero el albino ya se había picado con su juego de programación, salió dos horas más tarde de lo que normalmente hacia y eso que normalmente salía tarde, pero valió la pena, restableció parcialmente las conexiones, mañana por la mañana tenía una reunión para presentar avances en alguna de sus investigaciones, claro que las había dejado de lado, solo por un momento, pero deberían estar felices con lo que logro.

No podría esperar para mostrarle a Guren sus travesuras, bueno faenas, ¿avances tecnológicos? Si, eso, así sonaba mucho mejor, mañana lo primero que haría sería ir a molestar al azabache.

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