Textos『Gureshin』

IX. The first embarrassing kiss...

A pesar de que ya habían estado un tiempo considerable juntos, después de dos años los mayores decidieron que Yūichirō fuera a la escuela y se reintegrará en vez de aprender en casa. Yuu volvería a la secundaria y ambos "padres" del menor lo escoltarían, aunque en realidad Shinya había ido a casa de Guren como todas las mañanas y lo que encontró fue a Yuu siendo perseguido por el contrario, cualquier otra riña familiar pensó, pero aquella mañana en realidad era una carrera contra el tiempo, Yūichirō se negaba a asistir a la escuela, así que cuando Shinya fue a la residencia del Ichinose aquella mañana lo único que se encontró fue a el no tan pequeño azabache huyendo de Guren mientras el de orbes amatistas gritaba y casi linchaba al niño quien no hacia más que gritar "a la mierda la escuela mataré vampiros", el ojizarco rió por lo bajo enternecido, sabía que seguramente Yuu no estaba al tanto de los encuentros con los vampiros para negociar un acuerdo y seguro que tampoco sabía que no le iba a permitir dejar la escuela para matar vampiros.

—Guren, Yuu-chan, ¿sucede algo? —Los aludidos se detuvieron casi por arte de magia y se giraron a ver al Hīragi.

—¡Shinya, Guren es un amargado que quiere llevarme a clases!

—El mocoso debería tener más conciencia —El mayor golpeó al de ojos verdes en la coronilla—. Además no lo quiero ver aquí.

El albino suspiro exhausto, ¿algún día sus personas favoritas dejarían de pelear? Tal vez no, tal vez sí, en cualquier caso les amaba y según las normas sociales tenía que soportarles.

—Yuu, irás a la escuela —respondió su única salvación.

—Pero Shinya...

—Pero nada Yuu —El tono de voz del Hīragi fue frío.

El mismo tono de voz que uso el mayor hizo que Yūichirō bajará la cabeza apenado, nunca le había hablado así, a Guren le divirtió el vislumbrar aquella nueva faceta del albino, claro que no lo mencionaría en voz alta, aquello le emocionaba de cierta forma.

Así después de una pequeña discusión y malas caras Guren conducía hacia la escuela con un malhumorado Yuu en el asiento de atrás y un muy optimista Shinya de copiloto.

—Dime cariño, ¿estás emocionado por tú primer día de clases?

El pequeño Ichinose se sentía traicionado con aquella pregunta por parte de su padre preferido, era una pregunta cruel, así que sin alternativa sólo bufo.

—No creo que el mocoso sea feliz con esto Shin... —Guren fue interrumpido abruptamente.

—¡Yo creo que será increíble!

No había lugar para rechistar y Shinya parecía dejar en claro su punto con cada minuto que transcurría, el ambiente era pesado e incómodo, demasiado cabía recalcar, el albino luchaba por no desvanecer su sonrisa ante el abrumador aire pesado que les envolvía, aunque el Hīragi trataba de pensar en algo para salir de tal situación, todo parecía ir en vano.

—¿Cómo amaneciste hoy Yuu-chan?

Ambos azabaches miraron confundidos al contrario debido al abrupto cambio de tema.

—Pues... eh, con Guren... molestando de la forma más inoportuna que pudieras imaginar —Yūichirō puso los ojos en blanco—. ¡Mal!