Nuevamente en el laboratorio, atareado con simplezas tales como el papeleo, pero tampoco es como si pudiera deshacerme de el, tal vez ir y desintegrar los informes, es una buena idea, pero tampoco es como si fuera conveniente que el trabajo ardiera en la hoguera, así que se quedará como un lindo sueño, en otras noticias tengo hambre, pero como debo entregar mi papeleo antes de las diez, me dedicaré a llenar todos los papeles, iré por unas deliciosas tostadas con mermelada y finalmente iré a molestar un poco a Guren como tenía planeado, soy muy malvado.
Los papeles desaparecían de mi escritorio con una rapidez más que inesperada, escuchaba inclusive el tic tac de mi reloj demasiado distante, era un fenómeno extraño porque escuchaba las manecillas correr lentamente, pero cada vez que levantaba el rostro, me encontraba con que habían transcurrido minutos ya, cuando sentía eran ínfimos segundos, suspiré, el tiempo se escurría entre mis dedos, le reste importancia negando con la cabeza y en cambio me dispuse a continuar con los informes y el resto del papeleo que como el tiempo se fueron andando tan rápido cual liebre, me estire algo cansado y más que nada hastiado por estar sentado tanto tiempo, necesitaba estirar las piernas, me levante de la silla de mi escritorio tome en brazos mi papeleo y me dirigí hacia el primer soldado que encontré, le entregue el montículo de papeles y le indiqué que lo llevará donde Kureto, mientras tanto yo me abría camino hacia el comedor para disfrutar de las maravillas de la vida, la dulzura de la mermelada de fresa sobre un hermoso pan tostado y una taza de café, aunque termine por tomar dos, teniendo en cuenta que iría a molestar a la oficina de Guren un rato sería desconsiderado no llevar mínimo una taza de café, así que tome mi taza y la suya en manos junto a mi plato y con una gran sonrisa, me encamine a la oficina del Ichinose para contarle las buenas nuevas, me encontré con algunos novatos, que por poco me tiraban, llego a cruzar por mi mente inclusive el pensamiento de que parecían perritos perdidos, hasta me daban ganas de adoptar uno, luego recuerdo que los novatos no son cachorros y se me pasa, finalmente después de un buen recorrido por los pasillos llegue a la oficina de Guren, toque sutilmente tres veces con la punta del pie.
—Guren.
Escuche al azabache refunfuñar en voz baja, pero de forma audible antes de soltar un forzado «pasa» de su parte, lo cual me hizo reír levemente antes de maniobrar para poder girar la perilla de la puerta con lo que llevaba encima, una vez adentro deposite las dos tazas de café sobre el escritorio del azabache, parándome frente a la pieza de madera y metal.
—Buen día, Guren.
—Tsk... ¿a qué se debe está no agradable visita idiota? —ante el apelativo utilizado y el despectivo tono de voz, hice una mueca de dolor fingida y casi reí ante lo infantiles que éramos.
—Nada, nada.
—Si no es nada ¿por qué demonios estás aquí?
—Me atrapaste —Levante mis brazos en señal de rendición y ensanche mi sonrisa.
—¿Entonces?
—He restablecido comunicaciones.
El azabache no pareció sorprendido, es más solo fruncio más el ceño y los labios desconcertado.
—Bien por ti.
—Que frío —Me envolví entre mis brazos de forma dramática para dar a entender mi punto—; Toma
Le lancé uno de los celulares con los que me estuve distrayendo hacia él y como esperaba, Guren lo atrapo.
—¿Y esto? —cuestiono con una ceja alzada.
—Oh, ¿eso? —pregunté con ingenuidad fingida—; Se llama celular.
Mostré mi típica mueca burlesca, bueno o eso trate hasta que Guren se levanto de su escritorio y me dio un zape.
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Textos『Gureshin』
Fiksi Penggemar[Owari no Seraph/GureShin] テキスト | Guren Ichinose y Shinya Hīragi se gustan entre sí, pero están tan ocupados en sus deberes que son lo suficiente estúpidos como para dejarlo pasar e ignorar las señales, hasta que sus sentimientos desbordan y su ami...