Capítulo 23: Besame

3.8K 399 330
                                    

01:46 a.m. Sábado 23 de diciembre. 1995.

— ¿Qué? — Preguntó Alan haciendo un gesto de extrañamiento. —  ¿No te gusta nadie?

Antes de que Eneas pudiera responder, aunque realmente no quería hacerlo, Zoe se interpuso.

— Mi primo es así. — Rió la muchacha. — Desde chiquito... siempre que le preguntaba quién le gustaba, él respondía "nadie".

Eneas miró a Zoe y se preguntó si ella en verdad no recordaba aquella noche en que él declaró estar enamorado de Bruno, o si en realidad su prima lo estaba cubriendo. Además, ya estaba bastante borracha... quizás ni siquiera sabía lo que decía. 

— No, pero decí la verdad ahora. — Insistió Alan, clavando su mirada en la de Eneas, con el entrecejo algo fruncido. — Las reglas del juego son que no se puede mentir.

— Es que no me gusta ninguna chica. — Dijo Eneas con incomodidad en su rostro, aunque literalmente, estaba diciendo la verdad.

— Entonces te gusta un chi...— El rubio comenzó a hablar, pero fue interrumpido nuevamente.

— No necesariamente tiene que gustarle alguien. — Fue Bruno quien tomó la palabra ahora. — Quiero decir... tal vez una persona te parece linda o lindo, pero con eso no basta para que te guste. Si no... a vos te gustaría todo el mundo, Alan. —  Comentó ahora algo gracioso.

Eneas rió. A Zoe y a Alan no pareció hacerles tanta gracia aquel comentario.

— Está bien. — Bufó Alan. — Entonces ahora te toca elegir a alguien. — Dijo al castaño.

— Emm... Bruno. — Pronunció Eneas mirando al pelirrojo que tenía al lado, quien le respondió con una sonrisa algo pícara. — ¿Verdad o reto?

— Reto.

Nunca habían pasado tantas ideas por la cabeza de Eneas como en este momento. Y ninguna de ellas era apta para menores de dieciocho.

— Que se termine la botella de una sola vez. — Volvió a oírse la voz de Alan, interrumpiendo la mirada entre ambos adolescentes.

— ¿No puede callarse por dos minutos, no? — Preguntó Bruno fastidiado por lo bajo. — Eneas es el que tiene que decidir qué reto ponerme, porque es su turno.

— No, no es así. En el juego original, todo el grupo tiene que pensar el castigo para el que le toca la prenda. — Defendió su postura el rubio, muy seguro de lo que decía.

— ¿En el juego original? ¿Vos inventaste Verdad o Reto? — Dijo el pelirrojo algo burlón. 

— ¡Todo el mundo sabe que es así! ¿O no Zoe?

La castaña se veía incómoda. Lo dudó por varios segundos.

— Sí... creo que... Alan tiene razón. — Habló al fin la muchacha.

Eneas continuaba en silencio.

— Bueno, entonces ¿cuántos están de acuerdo en que se tome toda la botella de una vez? 

— Yo no lo estoy. — Dijo Eneas al fin.

— Yo... — Zoe comenzó a hablar nuevamente. Recibió una mirada fija de parte del rubio. — Yo estoy de acuerdo.

— Somos dos contra uno. — Festejó Alan.

Bruno clavó su vista color gris con furia sobre la celeste del rubio.

— No tenés que hacerlo... — Dijo Eneas casi en un susurro.

El pelirrojo sostuvo la botella con fuerza, apoyó el gélido pico sobre sus labios y la empinó hasta beberse la totalidad del líquido amarillento que había en ella. Su boca sintió el frío de la cerveza, y al acabar de beberla toda, esta pareció hervir a causa del alcohol. Nunca había hecho tal cosa. Pero no soportaba las burlas de aquel chico tonto llamado Alan. Sabemos lo terco y orgulloso que puede ser Bruno. No iba a dejarse humillar tan fácilmente. 

Eso está mal [Gay] [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora