El día que la casera les dio las llaves del apartamento, lo hizo junto a un generoso par de folios con las normas del edificio. Una lista de puntos y más puntos que no parecían terminar nunca describiendo qué estaba prohibido realizar en ese bloque de viviendas que había tenido tiempos mejores.
Yixing era experto en saltarse todas y cada una de ellas.
Como el día en que bajó corriendo las escaleras sin camiseta para alcanzar a Luhan, que se había olvidado la cartera en el apartamento. La mujer le echó tal bronca que hizo temblar los edificios del lugar. Eso sí, no apartó la mirada en todo momento del pecho expuesto de Yixing a pesar de los intentos de Luhan de terminar la bronca y hacer que dejara de mirar de manera tan descarada.
Abuela pervertida, murmuró el muchacho al despedirse en la puerta de Yixing con un apretón de manos. El otro le regaló el sonido de su risa en el aire antes de volver escaleras arriba.
Otro día, olvidó que no podía bajarse la basura por el ascensor. Otro de pagar la cuota de alquiler, a pesar de que Luhan le dejó el recibo y el dinero preparado antes de marcharse al trabajo. Otro día, la mujer, que no parecía tener más entretenimiento en la vida que vigilar como un sabueso el edificio, se quejó de las colillas en la azotea, producto de las noches de insomnio en la que subían los dos a fumar y observar la ciudad. Noches en las que se besaban sentados en la cornisa a espaldas del mundo, con los pies colgando en el vacío, el sabor del tabaco en los labios.
El día en que Luhan regresó al apartamento y vio una bola peluda subida al sofá, temió por su vida.
-La casera te va a matar -le expuso a Yixing.
-Shhh, si no se entera no pasará nada -le silenció llevándose un dedo a los labios.
La bola peluda se removió dejando ver un par de patas cortas.
-Yixing, se va a enterar. ¿De qué no se entera esa mujer?
-¿De que lo hicimos en su portería?
-Aparte.
-¿De que lo hemos hecho también en el sótano sobre la lavadora?
-Yixing... -dijo Luhan ante el cosquilleo que le asaltó las mejillas.
-Ese cacharro vibra demasiado y es horriblemente inestable. ¿Crees que deberíamos decirle que compre una nueva?
-¡Woof, woof! -vociferó la bola peluda subida al sofá.
-Lay Han dice que sí -sonrió Yixing.
¿Lay Han?
Luhan observó con atención la bola peluda y divisó un par de ojos llorosos bajo una mata de pelo.
-¿Crees que no se va a enterar después de eso?
-Sólo soy yo... -Yixing se llevó una mano a la nuca, -ensayando... ¿Woof, woof?
-No cuela, Yixing.
-¿Me ayudas a lavarlo?
Luhan se cruzó de brazos.
-Te ayudo a sacarlo de aquí.
-Vamos, Lu. -Yixing le miró fijamente poniéndole cara de cordero degollado. -¿Porfaplis?
A veces odiaba a Yixing.
-¿Lo has sacado de un cenagal? -le preguntó cinco minutos más tarde, con la bola peluda metida en la ducha.
-Lo encontré en el descampado de detrás. Se debió de haber metido en un barrizal por la lluvia de anoche -respondió girando la llave del agua caliente.
-Como mínimo -murmuró Luhan pasando una mano por el pelaje del animal.
Este giró la cabeza y le lamió la mano con su cálida lengua.
Luhan no pudo evitar esbozar una pequeña sonrisa y ampliarla al ver la felicidad en el rostro de Yixing mientras limpiaba al perro y el agua inundaba el suelo del baño.
-Sabes que no podemos quedárnoslo, ¿verdad?
-¿Y si soborno a la casera con un vibrador?
-¡Yixing!
-¿Qué? La mujer necesita un poco de marcha en su vida.
-Quiere que se la des tú.
Yixing rodó los ojos.
-Lo siento, prefiero dársela a quien yo me sé.
-Lo que necesita es un novio.
-¿Y qué mejor que uno que nunca le va a ser infiel?
Luhan miró escéptico a Yixing. El perro ladró envuelto en toallas.
-¿Ves? Lay Han lo aprueba -sonrió Yixing frotando el pelaje para secarlo.
-¿Y ese nombre? -preguntó Luhan ayudándole en la tarea.
-Está formado por las dos cosas que más me gustan en mi vida -respondió-. Yo mismo y tú.
Luhan no supo si golpear a Yixing o besarle.
-Eres imposible -murmuró contra la piel de sus labios, con Lay Han haciéndole cosquillas en la mano.
-Las mejores cosas se pegan -respondió Yixing, correspondiendo al contacto.
Luhan le dio con el puño en el pecho y el muchacho se quejó y rió a continuación.
-Ese es mi Lu.
-El mismo que te recuerda otra vez que no nos podemos quedar con Lay Han.
Yixing volvió a clavar los ojos en él, con esa mirada tristona de niño de cinco años que hacía parecer imposible que fuera un adulto de veinticinco.
-No. ¿Quieres que nos mate?
El joven bajó la mirada y a los dos segundos su cara se iluminó de nuevo.
-¿Y si sobornamos a Fan?
-¿Con otro vibrador?
Ambos se miraron y sus risas estallaron entre las cuatro paredes del baño.
A la mañana siguiente, Luhan le hizo señas a Yixing para que se despidiera del perro, dejando un paquete y una nota delante de la puerta. Pulsó el timbre del apartamento tres veces, y se escabulló junto a Luhan escaleras abajo.
En la nota, garabateada con la letra de Yixing se leían un par de frases.
Se llama Lay Han. ¡Cuídalo muy bien!
PD: Te dejamos un regalo, por si te aburres :P
Cinco minutos más tarde, Yixing recibió un mensaje que ambos leyeron con una sonrisa en los labios.
« Os voy a matar »
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[layhan] 21 days
Fanfiction21 días de layhan. 21 drabbles para hacer sonreír a @Anukkket