L I C O R

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La música retumba por todo el local invadido de cuerpos que se mueven al compás de un ritmo dubstep. Las luces parpadean y las risas suenan en el aire caliente y lleno de humo escénico. El mismo aire que hace recordar a Luhan de una primera vez, al sabor ácido del limón y el amargo de un tabaco diferente al que solía fumar en el pasado.

El sudor se le pega a la piel desnuda de los brazos, del cuello y la frente, mientras el deseo se le instala en los labios y en las caderas que pega al cuerpo que baila de manera lenta y sensual contra el suyo. Unos brazos le rodean la espalda y una lengua le lame la oreja al mismo ritmo lento que le hace gruñir un poco de necesidad.

Hace tiempo que han dejado ese tipo de movimientos atrás, la familiaridad los ha borrado, pero esa noche, Luhan se siente en el pasado y se deja hacer y ataca igualmente, pues es un baile de dos personas. Pasea las manos por la cadera del chico y las cuela por la parte de atrás del pantalón de cuero que lleva puesto, tocando carne en la que no duda hincar las uñas.

De fondo, la música sigue sonando, pero Luhan sólo siente el bass, que le suena por todo el cuerpo, 120 bpm que le hacen bailar ahora a un ritmo más ajetreado, coger más entre los dedos el trasero de su acompañante y reclamar el labio inferior de este en un beso húmedo con un toque de territorial.

El sabor del licor se mezcla con el de la hierbabuena en la boca, en la lengua, la saliva circulando de una a otra. La respiración se corta por un momento, el corazón se acelera ligeramente. Las luces se tornan azuladas y Luhan mira a los ojos a su chico.

Yixing le devuelve una mirada divertida y un poco oscura, esa mezcla misteriosa que le embauca y le hace sonreír con expectación, que hace que sus dedos suban por el pecho expuesto decorado con pintura que brilla bajo la poca intensidad de las luces.

Delinea las formas trazadas hace un rato con las yemas de los dedos, la fluorescencia de la pintura que también decora los brazos y el rostro de Yixing le hacen parecer un pequeño dios que brilla en la semi oscuridad. Un dios al que venera y maldice a partes iguales, pero que, sobre todo, desea comer entero de arriba a abajo y que susurre su nombre como si no hubiera mañana.

Que diga:

—Lu...

Con voz ronca y un gemido al prestar atención a su entrepierna tras un par de besos y una escapada a la calle trasera del local, con un par de copas de más y el sabor de la excitación en la boca. Con la cremallera bajada y los pantalones por debajo de la cintura, los labios de Yixing recorriendo el rostro de Luhan, las ondas musicales retumbando contra la puerta de metálica.

Que diga:

—Unggg.

Y se deje comer entero en ese callejón maloliente pero especial, perdido en medio de esa inmensa ciudad, bajo la luz de las luces de neón y las estrellas invisibles en el cielo.

Y él responderá:

—Xing...

Un poco borracho, un poco embriagado y muy empalmado, antes de atacarle la boca con otro beso con sabor a licor y tabaco y seguir con su noche de recuerdos y placer. 

[layhan] 21 daysDonde viven las historias. Descúbrelo ahora