IV

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La clase de musica fue mucho mejor de lo que había imaginado, al fin de cuentas resultó ser bastante buena con el violín «que conste que no tiene nada que ver con que Jace haya sido su maestro». Al otro día Lauren se encontraba aún más emocionada de asistir al instituto, de hecho se despertó mucho mas temprano de lo usual y se arregló antes de bajar a desayunar.

—Pero que sorpresa, parece que alguien madrugó...— Myranda giró sobre sus talones para encontrarse con una Lauren bastante peinada y perfumada, con ropa que por primera vez no era por completo negra y hasta parecía decente, quedó boquiabierta y no pudo articular una oración.

—¿Qué desayunaremos?— preguntó Lauren asomando un poco la vista hasta la estufa.

Tyler llegó, aún en pijama y completamente descalzo, bostezó y se acercó a ellas para entrar en la conversación.

—¿Pero quién eres tú y que demonios le has hecho a Lauren?— bromeó el chico.

Volteó a verlo con su cara mas severa y lo examinó de pies a cabeza notando que este estaba en las peores fachas, cosa muy inusual en él.

—¿No deberías estarte alistando para ir al instituto?

El chico rió y meneó la cabeza —Los domingos si descansamos, genio.— ahora él la examinó y pareció comprender la creación del universo —¡Por eso estás tan guapa!— abrió enormemente los ojos y sonrió divertido.

Ella solo escondió la cara apenada, no podía pronunciar una sola palabra.

—Pues mala suerte, parece que Jace no podrá verte hoy.— interrumpió su madre.

«¿desde cuándo ella sabe eso la miró sorprendida y luego regresó a ver con mirada asesina a Tyler.

—¡Gusano infeliz!— se aproximó rápidamente a el y le proporcionó una buena ración de golpes —¡¿Qué le has dicho?!

El joven rizado solo trataba de cubrirse de el salvaje ataque de su hermana —¡Nada!— es pésimo mintiendo, pues le ganó la risa, haciendo enfurecer aún más a Lauren.

Myranda llegó al rescate de Tyler alejando a aquella "desquiciada demente" de él —Basta ya de peleas, no voy a permitir que el primer día que te vistes de manera decente te comportes como una bestia.— la miró directamente.

—Oh valla, no puede una vestirse bien sin que su familia haga drama de ello, supongo que debo lucir como vaga para estar tranquila en esta casa.— reclamó.

—¡No!, nada de eso...ya que no podrás ver a ese tal Jace, ¿qué tal si me acompañas al centro comercial y así te compro mas ropa decente?

Lauren estaba a punto de negarse pero la mirada suplicante de Myranda logró persuadirla y entonces aceptó.

En menos de un parpadeo ya se encontraban ingresando al centro comercial, Myranda traía una sonrisa de oreja a oreja y jaloneaba a Lauren hacia las diferentes tiendas a ver todo tipo de vestidos. La obligó a probarse prácticamente todos y cada uno de los vestidos de cada tienda y sumando a eso la falta de desayuno, Lauren no podía estar mas fastidiada.

—Pero que cara...

Una voz familiar la sorprendió mientras posaba frente a un espejo para que su madre pudiera verle puesto uno de los vestidos que escogió, giró para ver de quien se trataba...y como lo supuso...Jace se encontraba a unos metros parado, a punto de entrar a la tienda. Sus mejillas enrojecieron y parecían estar hirviendo «pero que vergüenza» le regaló una sonrisa y el joven entró a la tienda de una vez.

Su madre pasaba la vista de uno al otro sin comprender lo que sucedía, examinó por completo al castaño y le regaló la mejor sonrisa que pudo.

—Debes ser la única mujer en el mundo que no disfruta de probarse un vestido.— se acercó viéndola con cierta incredulidad y diversión.

Alzó una ceja e hizo una pequeña mueca —Si que disfruto de probarme UN vestido...pero llevo ya unos cien.— miró a su madre directamente haciendo que esta blanqueara los ojos y soltara un suspiro —¡Oh!, casi lo olvido, Jace...ella es mi madre.

Jace se dirigió al sofá en que Myranda se encontraba sentada para saludar —Mucho gusto, mi nombre es Jace Hamlinton.

Myranda inmediatamente sonrió y sus ojos se iluminaron al escuchar su nombre, volteó a ver a Lauren con una enorme sonrisa y luego regresó su mirada a Jace.

—¿Así que tu eres Jace?...— preguntó aún con esa enorme sonrisa haciendo que a Lauren prácticamente se le salieran los ojos de sus cuencas.

—Efectivamente ¿ya me conocía acaso?

—Claro, Lau...mis hijos me han hablado de ti— continuó hablando y para ese entonces Lauren ya había muerto completamente por dentro.

«para ya mamá» su corazón palpitaba rápidamente y podía sentir los dedos de sus manos helarse mientras que sus mejillas se encontraban en llamas, definitivamente aquella loca mujer la había dejado en ridículo frente a Jace quien ahora se encontraba mirándola con una enorme sonrisa.

—¿Así que Lauren ha hablado sobre mi?...¿podría saber que es lo que ha dicho?— extendió su mano hasta su barbilla haciéndola dirigir la vista hacia él.

—Le he dicho a mi madre que me ayudaste con lo del violín y ya, SOLO ESO.— recalcó las última palabras viendo de manera amenazadora a su madre.

—Que linda.— el castaño sonrió, ahora mas amablemente.

Platicaron un momento y después de pagar sus compras, Myranda invitó a Jace a tomar el almuerzo en la cafetería del centro comercial con ellas, este aceptó y ahí platicaron mas a fondo de la pasión por la musica de Jace, haciendo que Lauren se interesara aún más en este chico.

Write On Me #RetoMusical2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora