XI

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Al día siguiente las clases en el instituto fueron suspendidas por razones totalmente desconocidas y por ende Lauren, quien no tiene ninguna otra actividad en su vida, ese día se despertó sin motivación alguna mas que andar en pijama todo el día y ver esas películas deprimentes que tanto le gustan.

—Buenos días señora madre.— entró a la cocina y abrió el refrigerador para buscar aquel bote de nieve que había guardado hace algunos días.

—Buenos días señora hija.— bromeó y se acercó a ver que era lo que Lauren buscaba con tanta desesperación.

—¡¿Mi helado?!— se giró a verla con un puchero.

—Creo que Tyler se lo comió ayer, de cualquier forma ya iba a tirarlo, esa cosa estuvo ahí demasiado tiempo, ni siquiera comprendo como es que tu hermano pudo comerlo.

Lauren suspiró desanimada, su plan perfecto de día de películas se vio frustrado por su glotón hermano y una fecha de caducidad. Caminó hasta el sofá lamentándose por su helado, se desplomó en el mismo y entonces el sonido de una nueva notificación la distrajo de su "desgracia".

«Jace:
¿Qué haces perezosa

Blanqueó los ojos y comenzó a teclear rápidamente.

«Agonizando...deslizándome a la locura»

Inmediatamente llegó la respuesta.

«Jace♥:
¿Se puede saber la razón?😂 »

«Helado»

«Jace♥:
¿A qué te refieres?, apenas ayer comimos demasiado helado»

«Nunca es demasiado helado»

Esperó por la respuesta pero no apareció más que ese par de palomitas azules que indican que uno acaba de ser ignorado.

—Maldito insensible.— refunfuñó y prendió el televisor para buscar una buena película en netflix.

Cuando por fin encontró la película perfecta se acomodó bien en el sofá y se cubrió con una sabana que trajo desde su habitación, revisó por ultima vez su celular y como lo pensó aquellas palomitas azules continuaban ahí, mostrándole la manera en que Jace la ignoró casi olímpicamente. Aproximadamente a diez minutos de comenzada la  película el timbre empezó a sonar una y otra vez incesantemente. Definitivamente no iba a abrir la puerta, era su día de descanso. No pudo ignorarlo por mucho tiempo, pues el incesante sonido ya la había logrado exasperar.

—¿Oh qué diablos se le ofrece?, mi madre no está y yo estoy atendiendo asuntos importantes.— dijo mientras abría la puerta sin siquiera ver de quien se trataba.

—¿Así que tu madre no está?...eso suena interesante.

Indignada levantó la vista para encontrarse con un Jace que la observaba con picardía.

—Traigo algo para ti.— alzó una bolsa de supermercado con un enorme bote de helado y algunas galletas y demás chucherías.

Abrió los ojos enormemente, parecía verdaderamente emocionada por la estratosférica cantidad de calorías que iba a ingerir. Se abalanzó hacia él y lo envolvió en un fuerte abrazo para después darle un buen beso «es lo menos que merecía por ese detalle ¿no?».

—Wooo, parece que quieres engordarme para luego comerme.— bromeó y le hizo una seña invitándole a pasar.

Jace no hizo comentarios al respecto, solo se quedó mirándola con expresión de diversión para después entrar y dirigirse directo al sofá a desparramarse cual paleta de hielo en verano.

—¿Entonces..."yo antes de ti"?— preguntó al ver el titulo de la película en la pantalla.

La ojiverde asintió para después tomar asiento junto a Jace —Había querido verla hace mucho tiempo y no pude hasta ahora.

El castaño rebuscó en el sofá hasta encontrar el control remoto para reanudar la película.

—¿De qué es el helado?— comenzó a sacar las golosinas de la bolsa.

—Menta y chocochips...— no despegó la vista del televisor.

—Tú si me conoces.— sonrió y se levantó para ir a la cocina por unas cucharas para poder comer su helado.

Jace rió un poco fuerte y giró a verla desde el sofá —Me alegra que te guste, pasé un buen rato frente al enorme refrigerador del supermercado escogiendo un sabor de helado para no equivocarme.

Lauren volvió a tirarse sobre el sofá y le extendió una cuchara a Jace mientras abría el bote de helado. Pasaron un buen rato viendo la película entre bromas y risas, pero de repente, la horrible escena del parque se volvió a repetir. Jace nuevamente se encontraba teniendo un fuerte ataque de tos que estaba fuera de su control.

—¡Jace con un demonio!— al igual que la anterior vez los intentos de Lauren por ayudarlo no dieron ningún resultado.

Simplemente el castaño no podía contenerse, había llegado de nuevo al punto en que su abdomen dolía y no había nada que pudiera hacer para parar. Comenzó a estabilizarse un momento después pero esta vez la expresión de Lauren era pura preocupación.

—No puedes continuar así Jace, debes ir a un medico...por favor...— dijo casi en tono de suplica observándolo aun asustada.

—¡Estoy bien!— subió el tono y levantó los brazos para luego dejarlos caer sin más —creeme Lauren, no me pasa nada, supongo que no debo comer demasiado helado o algo así.— recobró la compostura y sonrió para calmar a Lauren.

—Jace...hablo en serio, esto comienza a preocuparme.

—Solo es un poco de tos, ya sabes, casi estamos en invierno y estos días los he pasado comiendo helado.

Lauren le devolvió la sonrisa, ya mas tranquila y le dio un fuerte abrazo.

«Aunque no estaba del todo convencida...»

Write On Me #RetoMusical2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora