XV-Final

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¿Cómo iba a dejarlo?, eso jamás sucedería y menos ahora que la necesitaba en verdad, desde que lo conoció nunca había considerado siquiera la idea de una vida sin él y definitivamente no desaprovecharía el tiempo que le restara a su lado.

Continuaron yendo al instituto pero después de unas semanas, Jace estaba más débil y el médico le recomendó permanecer en su casa, las actividades más simples se volvieron extremadamente extenuantes para el castaño y el seguir yendo al instituto se volvió algo imposible. Lauren también hubiera dejado de asistir a las clases de no ser porque Jace prácticamente le rogó que no abandonara el instituto, entonces todos los días al terminar las clases, la ojiverde iba a casa de Jace para cuidarlo y pasar tiempo con él.

—Buenos días Lauren.— dijo abriendo la puerta.

Era sábado, el invierno ya los había abandonado por completo y el sol estaba más brillante que nunca. Un hermoso día para pasarlo con la persona que amas.

—Buen día.— sonrió —¿está Jace?— «pregunta estúpida, no puede salir de casa sin su madre o alguien acompañandolo» restregó su rostro con una mano.

—Si, por supuesto, está en el jardín.— apuntó al jardín con la mirada y suspiró un poco desganada.

A Margarett la enfermedad de Jace también la tenía muy mal. Trató de convencerlo de tomar el tratamiento pero la decisión de Jace ya había sido tomada y no tuvo otra opción que aceptarla pero...«¿cómo deberías reaccionar si te enteras de que tu hijo tiene cáncer y ya se resignó a la muerte?»

Hizo una pequeña mueca volviendo a la realidad y tomó su bolso para luego regalarle una sonrisa a Lauren antes de salir, la ojiverde le sonrió de vuelta y caminó hasta la puerta de vidrio que daba al jardín.

—¿Disfrutas el clima?— habló recargada en el marco de la puerta.

—Es lo más cercano al mundo exterior que puedo estar sin agonizar.- sonrió irónicamente mientras cortaba una flor.

—Que linda forma de verlo.— blanqueó los ojos avanzó hacia él.

El castaño le entregó la flor que recién había cortado a Lauren y sonrió ampliamente. La ojiverde comenzó a rebuscar entre su mochila hasta que sacó una hoja de papel con algo escrito.

—Toma.— extendió la hoja para que Jace la tomara —es para ti.— sonrió.

El castaño tomó la hoja extrañado y la analizó por unos instantes.

—Leela.

Jace asintió riendo levemente y comenzó a leer:

"Escribe en mí,
colorea fuera de las líneas,
amo la manera en que me das vida,
cariño, tómate tu tiempo."

Sin duda alguna era un texto corto pero con mucho significado. El castaño se aproximó a ella y depositó un beso en su frente.

—Aveces siento que me asfixio en este lugar, antes no salía demasiado pero extraño poder hacerlo...¿podrías acompañarme a dar un paseo?— la observó con ojos suplicantes.

—Otro día, tu madre salió y se molestará si llega y no estamos aquí. — hizo una mueca.

—Por favor, hoy es un día hermoso y solo quiero salir a caminar un rato.

La ojiverde lo meditó unos segundos pero ante los tiernos pucheros de Jace terminó por ceder.

—Vamos.— sonrió y lo tomó del brazo para salir de la casa.

Estuvieron en el parque caminando un rato y platicando de incoherencias, todo era bueno estando juntos...mientras aún pudieran estarlo.

—¿Sabes algo?— se detuvo a mirarla y ella hizo lo mismo —me hubiera gustado demasiado poder verte en uno de esos enormes escenarios con un extravagante tutú bailando al ritmo de las más alucinantes notas.— habló con voz soñadora.

Write On Me #RetoMusical2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora