VIII

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El tiempo transcurrió rápidamente y menos de lo que pensaron ya era jueves, estaban a un día del encuentro entre Lauren y la familia de Jace y esto le generaba extrema ansiedad a la ojiverde, no sabía como lidiar con aquello «¿y si no le cae bien  a...su madre? ¿y si tiene esas típicas tías que preguntan cosas incomodas?». Un millón de preguntas invadían la mente de Lauren y esto solo aumentaba su nerviosismo.

Se encontraban ya caminando por los pasillos del instituto en dirección a la salida en cuanto Lauren se detuvo de golpe haciendo detener a sus acompañantes.

—Demonios...¡olvidé mi mochila!

Tanto Jace como Tyler giraron a verla y rieron por la tremenda cara que tenía.

—Yo voy por ella...si quieres.— dijo Jace retomando la seriedad.

Lauren negó con la cabeza —No, no es necesario, yo voy, solo esperen por mi.— comenzó a avanzar en dirección contraria.

—Entonces te acompaño.

—Yo los espero afuera.— interrumpió Tyler y continuó con su camino.

Jace se apresuró a seguir el paso de Lauren hasta llegar al aula de artes plásticas y la ojiverde pudo recoger su mochila. Una vez iban de regreso pasaron junto al salón de danza y la melodía que sonaba en la clase de ballet combinada con las ordenes impetuosas de la instructora llamaron la atención de Lauren, quien se detuvo a observar la clase a través del cristal de las enormes ventanas.

—¿Te gusta el ballet?— preguntó Jace observando con una sonrisa el extremo interés que demostraba Lauren en cada paso que aquellas bailarinas que pareciesen de papel realizaban con delicadeza.

Lauren asintió aun sin despegar la mirada de los hipnotizantes movimientos de las bailarinas —¿Te confieso algo?— volteó a verlo y sonrió recordando algo —siempre soñé con ser bailarina...supongo que siempre viviré con eso...

—¿Por qué no simplemente tomas clases y ya?— inquirió el castaño quitándose sus gafas para limpiarlas.

—Ya estoy vieja para eso, tengo la flexibilidad de un costal de papas y eso es algo que todas las que están ahí adquirieron desde los cuatro años cuando mucho.— habló en tono desanimado aún observando la clase, ahora con mirada un tanto triste.

—Yo creo que serías buena...— sonrió y le dio un abrazo rápido —pero ya deberíamos irnos o Tyler se molestará demasiado.

—¿Tyler qué?   Como si fuera realmente malo que sebmoleste, solo lo hace lucir mas feo.— bromeo y comenzó a caminar de la mano de Jace.

Salieron del instituto y Jace nuevamente subió a su motocicleta mientras que los hermanos emprendieron su caminata.

—Hasta mañana.— lo escuchó a lo lejos y volteó hacia él para sacudir la mano en seña de despedida.

Una vez llegaron a su casa ambos se desplomaron en el enorme sofá que se encontraba en la sala principal.

—¡Esa no es la manera apropiada de sentarse!— los reprendió su madre indicando su llegada.

—Hola ma, yo también te amo, nos fue muy bien hoy por cierto.— dijo Lauren en tono sarcástico levantándose y acomodando su ropa.

—¿Mañana irás a casa de Jace, cierto?— preguntó haciendo helar la sangre de Lauren.

—S...si, ¿por qué lo preguntas?

—No sé, pensé que tal vez querrías ir a comprar algo de ropa, a menos que ya tengas pensado algo que ponerte...— trató de lucir desinteresada pero era obvio que quería gastar su dinero en un lindo vestido para Lauren.

Tyler las observó a ambas —¿Yo también puedo obtener ropa?

—No, tú no irás va ver a un muchacho lindo y a su familia.— dijo Myranda indicándole que guardara silencio.

El rizado se cruzó de brazos e hizo un puchero —Eso no es justo.— murmuró entre dientes.

Lauren lo pensó unos instantes «tengo mucha ropa...pero no es tan linda...» sonrió y asintió.

—Definitivamente necesito comprar algo para lucir presentable con los familiares de Jace.

Myranda casi se pone a brincar de la alegría, subió rápidamente a su habitación por su bolso y una vez que lo tuvo en sus manos caminó a toda velocidad hasta el auto.

—¡Lauren, apresurate!— gritó desde el automóvil haciendo sonar el claxon.

Lauren subió al auto lo mas rápido que pudo y condujeron hasta el centro comercial mas "elegante" que hay en la ciudad.

—Mamá, es solo el cumpleaños de Jace, no una boda ni nada extravagante.— dijo mientras ingresaban a la primera boutique.

Su madre hizo caso omiso a sus palabras y en cuanto puso un pie dentro comenzó a buscar por todo el establecimiento lo mas costoso y elaborado que pudo encontrar. Lauren mientras tanto esperaba sentada en uno de los cómodos sofás de la tienda, observando la euforia con que su madre escogía cada vestido, pero de pronto posó su mirada en un lindo vestido que lucía un maniquí.

—¡Madre!— gritó llamando la atención de Myranda —ya sé que vestido quiero.— señaló al maniquí que vestía aquel vestido purpura con estampado de flores.

Myranda sonrió enormemente en seña de aprobación a la elección de Lauren e inmediatamente indicó a una de las empleadas que le mostrara uno de su talla.

Una vez en los probadores, frente a el enorme espejo y con todas esas luces apuntando a ella, Lauren hacía todo tipo de poses para comprobar que ese era el vestido correcto.

—Se te ve hermoso.— Myranda la observaba orgullosa.

—¿Crees?¿no es demasiado entallado o corto?— dijo Lauren girándose para que su madre pudiera verla mejor.

—No, es perfecto.

—Creo que se le veía mejor al maniquí.— se acomodó el vestido.

—El maniquí es demasiado escuálido, a ti te luce mejor, tú si tienes curvas.

—Justo por eso no me agrada del todo.

Myranda tomó su bolso y comenzó a caminar hacia la caja —Te compraré ese y punto final.

Lauren blanqueó los ojos y fue a ponerse su ropa nuevamente «¿por qué se preocupaba tanto?, solo iba a ir a su fiesta de cumpleaños, ni siquiera son novios aun».

Pagaron el vestido y regresaron a casa. Mientras iban en el auto Myranda recordó que no habían comprado unas zapatillas que combinaran y pasó todo él camino rogándole a Lauren que regresaran por unas.

—Por favor, yo vi unas que combinaban perfectamente, lo juro.

—Mamá, ya te dije que no es necesario, tengo demasiados zapatos y además...ni siquiera se andar con zapatillas.

Myranda se resigno y al llegar a casa ambas buscaron entre los infinitos zapatos que Lauren poseía en su armario algo decente. Una vez que tuvieron preparado todo el conjunto que utilizaría Lauren, se dispusieron a dormir.

Write On Me #RetoMusical2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora