Capítulo 10

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El camino de regreso a la academia fue largo, tuve que caminar mucho, cuando finalmente llegué ya había amanecido, pero Lissa aún seguía despierta y estaba en el ático. Tenía que contarle a alguien lo que había pasado.

Cuando llegue el sonido de varias voces llegaba desde arriba, todas voces conocidas y sentí una punzada de preocupación recorrerme, una preocupación que no me pertenecía.

–Ya les dije demasiadas veces, ella estaba conmigo y después desapareció – dijo Adrian

–Ella no pudo simplemente desaparecer

–Probablemente ni siquiera esté desaparecida, Belikov, tal vez solo fue a dar un paseo.

–¿Quién desapareció? – pregunte llegando a la cima de la escalera

Cinco pares de ojos me contemplaron (Lissa, Adrian, Christian, Dimitri y Tasha)

Lissa fue la primera en reaccionar e inmediatamente corrió a abrazarme.– ¿Donde estabas? – preguntó después de un momento

No podía decirle que había pasado, no podía decir que había compartido una escalofriante charla con un ser no-muerto.

–Solo di un paseo

–¿De más de seis horas? – interrogó Christian

¿Seis horas?¿Tanto tiempo?

La charla no había durado tanto, una hora a lo mucho

¿Dormí cinco horas?

–¿Desde cuando te preocupas por mí, Christian? – pregunte

–Todo nos preocupamos por ti, Rose – intervino Tasha – Nos preocupamos al saber que no aparecidas, creímos que estarías con el guardián Caldwell pero cuando el vino y le preguntó a Dimitri donde estabas nos preocupamos.

–Comenzamos a buscarte por todas parte, pero nadie te había visto – continuó Lissa – También tu madre está preocupada.

–¿Mi madre?

–Y Alberta

–¿Porque avisaron a Alberta?

–¡Porque no sabíamos qué hacer! – exclamó Lissa

Christian se acercó y sacó algo de mi cabello–¿Porque tienes ramas y tierra el el cabello y la ropa?

–Me caí – explique rápidamente –  paren con sus preguntas. Me voy, debo ir con Jesse

–El cambio fue hecho

–Yo le dije a Alberta que no lo quería

Christian sonrió –No estas con Lissa

Que no sea lo que estoy pensando.

–La pasaremos bien juntos, Rose.

¡No!

***

Después de una ronda de despedidas Christian y yo fuimos a la habitación de Jesse por mis cosas y después a su habitación. Por suerte Christian no tenía compañero de habitación así yo podía tomar la cama sobrante.

Después de instalarme le dije a Christian que me daría una ducha. Tenía muchas cosas que pensar.

El agua caliente ayudó a relajar mis músculos y ha ayudarme con el dolor de los entrenamientos y de dormir en el bosque.

Tenía que contarle a alguien lo que había pasado, la pregunta era a quien. Antes inmediatamente hubiera sabido a quién pedir ayuda, pero ahora ya no podía confiar en él. Contárselo a alguien más me llevaría a dos cosas: que estaba loca o que mentía. Un strigoi cerca de la academia era imposible, pero yo estoy segura de que no estoy loca.

Shadow kiss - Un Cambio En La Historia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora